Manuel Sancho
En una de las más impresionantes luchas sobre una cancha de tenis, el español Rafael Nadal derrotó en cinco sets al ruso Daniil Medvedev, este domingo en la final del Abierto de los Estados Unidos. El mallorquín de 33 años alcanzó su cuarto US Open y llegó los 19 títulos de Grand Slam, los más importantes en el circuito.
Con parciales de 7-5, 6-3, 5-7, 4-6 y 6-4, Nadal fue el último hombre de pie, en un juego que duró cuatro horas y 50 minutos. Luego de ganar con lo justo el primer set y dominar el segundo, parecía que tendría un triunfo apacible. Pero el de Moscú se sacudió y mostró una calidad fuera del radar y por momentos sublime.
El Matador, el mejor jugador de la historia sobre polvo de ladrillo, volvió a demostrar que es un guerrero único, un luchador especial. Pero se topó a un ruso de 23 años que lo igualó en perseverancia y por momentos lo desesperó. El joven es frío y calculador, de carácter y casi un robot (en la cancha) que no expresa sus emociones.
Los miles de aficionados en el estadio Arthur Ashe apoyaron más al manacorí. Con decenas de “batallas” inolvidables en torneos Grand Slam, el de hoy se coloca en las páginas aparte, las extraordinarias.
La clave más valiosa para Nadal fue de nuevo su defensa inigualable y el poder escapar a dos puntos de quiebre en el último set, cuando Medvedev se adueñó de la inercia y parecía que sacaba la ventaja. El ruso fue preciso en la mayoría de su juego, pero flaqueó al final, cuando la mente es quien empuja, pero el cuerpo ya no puede más.
Rafael Nadal es incombustible, inagotable entre sus lesiones y dueño de una garra incontrolable. Se ha reinventado durante 15 años y hoy escribió la más reciente página de su brillante carrera. Con 19 de los grandes, se acerca a los 20 de Roger Federer, el mejor jugador de la historia.
Los seguidores del tenis solo miran asombrados y agradecen, la epopeya de juego que hoy se vivió en el último Grand Slam del año.
Manuel Sancho
