Juan Pablo Arias
(Varsovia, Polonia) Científicos, académicos, salubristas, comunidades de consumidores y representantes de la industria se dan cita esta semana en la capital polaca para debatir sobre la conveniencia y la seguridad en el uso de productos con nicotina.
Bajo el lema “Es hora de hablar de la nicotina” se lleva a cabo desde este jueves el Sexto Foro sobre Nicotina, el cual buscará dar respuesta a una serie de preguntas científicas sobre la seguridad de estos nuevos dispositivos, quién los usa y por qué; así como el impacto en los hábitos de los fumadores.
Frente el daño que provoca la combustión de los cigarrillos en la salud humana, la industria ha desarrollado alternativas que incluyen vaporizadores y dispositivos que solo calientan el tabaco, sin quemarlo. El propósito ha sido ofrecer opciones menos peligrosas para aquellas personas que persisten en el consumo de la nicotina.
La conferencia de esta semana en Varsovia también examinará el rápido desarrollo de la ciencia en relación con la nicotina y su uso, incluidas potenciales respuestas para quienes tienen en sus manos el diseño de políticas públicas y regulatorias.
Riesgo reducido, pero no exento
Los productos con nicotina plantean retos para los gobiernos que buscan entender qué tipo de política y regulación es apropiada de cara a estos productos y frente al permanente consumo del cigarrillo.
Quienes adversan estos productos afirman que los nuevos dispositivos o mecanismos podrían calar entre una población joven que actualmente no consume la nicotina mediante el fumado.
Sin embargo, algunas autoridades han valorado el potencial que tienen los nuevos dispositivos para reducir el daño entre quienes ya tienen una adicción a la nicotina.
Recientemente, la Administración de Alimentos y Medicamentos de Estados Unidos (FDA) autorizó -después de 2 años de análisis- la comercialización en ese país de IQOS, un sistema de calentado eléctrico de tabaco desarrollado por la transnacional Philip Morris.
Este es el primer producto de tabaco calentado en calificar para la venta en Estados Unidos, conforme a la ley de 2009 que faculta a la FDA para regular los productos de tabaco, incluyendo la vigilancia de productos innovadores.
La agencia determinó que autorizar dichos productos para el mercado estadounidense resultó “apropiado” porque, entre varias consideraciones clave, los productos generan niveles más bajos de algunas toxinas que los cigarrillos combustibles.
Según la FDA, si bien la acción permite que los productos de tabaco se vendan en Estados Unidos, no significa que estos productos sean 100% seguros. “Todos los productos de tabaco son potencialmente dañinos y adictivos, y quienes no los usan deben continuar sin hacerlo”, indicó la agencia en un comunicado de abril pasado.
Para insistir en este punto, la agencia impuso estrictas restricciones de comercialización con el fin de prevenir el acceso y la exposición de los jóvenes a los nuevos productos.
Según cifras de la Organización Mundial de la Salud, en el mundo hay cerca de 1.100 millones de fumadores, de los cuales el 80% pertenece a países de ingresos medios o bajos.
