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Escuchando, con el corazón, a nuestros adolescentes

Margarita Murillo para El Observador He querido detenerme un poco y compartirles un “pedacito de cielo” que he estado viviendo…

Por Redacción El Observador

Tiempo de Lectura: 2 minutos
Escuchando, con el corazón, a nuestros adolescentes
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Margarita Murillo para El Observador

He querido detenerme un poco y compartirles un “pedacito de cielo” que he estado viviendo en mi convivencia con los jóvenes a quienes imparto los Talleres de Educación Sexual.

Digo “pedacito de cielo” porque cuando se logra que la juventud se abra en diálogo profundo solo hay que escucharlos y aprovechar este “milagrito” de la comunicación profunda. 

Es simplemente tener el privilegio de escucharlos, y digo esto y lo afirmo con fuerza, pues será el fuerte en el abordaje de la educación sexual con los adolescentes, y de ahí en adelante, con todas las personas.

La disposición

“Escuchar”, “tener disposición de escuchar”, “escuchar con el corazón” dicen muchos en los talleres de diálogo. Escuchar profunda y sensiblemente. Un espacio que los lleve a construir y que nos permita aportar para sus vidas en ese “estar al lado de ellos y ellas”. 

Cuando les pregunté en una sesión de pintura ¿Cuál compromiso con su sexualidad pensaban que era importante adquirir en sus vidas, y que a la vez, fuera un reto para sus amigos y amigas?Respondieron:

  • El respeto, visto como el centro en toda convivencia. Es decir: poder tener la capacidad de respetar a pesar de las diferencias y poder vivir juntos. Es por medio de esto que vamos a mejorar la convivencia de cada persona”.
  • “Sabemos que dos caminos nos invaden: el bien y el mal, pero tenemos que aprender a seguir los pasos, tomando consejo y aprendiendo de los errores”.
  • Aprendiendo de nuestras diferencias, pero no olvidándolas sino como ese espacio que nos permite ser auténticos”.
  • “Uno no está definido, no todo es color de rosa, todo afecta.Necesitamos respeto, definir el carácter, tener metas”.
  • Necesitamos amor para vivir. Unas veces más, otras veces menos, pero lo necesitamos en todos los caminos”.
  • “Lo que hagamos afecta a los otros, ya sea bueno o malo, debemos tener paciencia, tolerancia, prudencia, solidaridad y conocer las edades sexuales”.
  • Hay dos dimensiones: una de orden y otra de desorden, vicios, problemas, vacíos; pero necesitamos construir el futuro, ser más ordenados, organizar las metas y sobre todo promoverse como líderes positivos”.
  • “La sexualidad es el camino de la vida, hay que buscar ayuda, creer en las metas y los deseos sobre todo con mucho esfuerzo. Reconocer lo que se es y lo que se desea alcanzar”.

Si ustedes leen entre líneas, hay en todos ellos una seguridad por seguir creciendo, por construir, por creer en sí mismos. Ahí entra nuestra parte, el que nos propongamos apoyarlos en la conformación de sus metas, sus valores, sus fortalezas afectivas y morales.

Aún cuando creamos que no nos están escuchando, sí escuchan y es cuando nosotros no debemos flaquear sino seguir creyendo. Les interesa mucho el respeto y la diversidad, se cree en un mundo mejor. 

Esto hay que aprovecharlo. No hay que censurarlo o disminuirlo, como generalmente sucede, sobre todo cuando les decimos que no sean tan confiados o que pregunten. No es que eso sea malo, solo es esa dualidad que logro observar en los adultos cuando ya no creen ni en ellos mismos, y les transmiten a los adolescentes que aún creen, este resentimiento o dolor. 

Es un hilo delgado el que está entre educar, acompañar, escuchar y crecer con ellos. Una clave es procurar que no busquen satisfacer su autoestima débil en la confianza extrema, poder explicarles que no necesitan que los irrespeten para que los amen.  Continuaremos con esto.

Margarita Murillo es psicóloga y master en sexualidad clínica. Autora del libro “Cómo enseñar sexualidad”
Web:
http://sexoamoryvida.com/
Correo:
[email protected]
Instagram:
@margaritamurillo
Facebook:
Margarita Murillo Sexóloga