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Estímulo de la familia es primordial para que niñas se acerquen a la ciencia

Este jueves 11 de febrero, es el Día Internacional de la Mujer y la Niña en la Ciencia. La fecha fue…

Por Krissia Morris Gray

Tiempo de Lectura: 4 minutos
Estímulo de la familia es primordial para que niñas se acerquen a la ciencia
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Este jueves 11 de febrero, es el Día Internacional de la Mujer y la Niña en la Ciencia. La fecha fue aprobada por la Asamblea General de las Naciones Unidas, con el fin de lograr el acceso y la participación plena y equitativa en la ciencia para las mujeres y las niñas.

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“Este día es un recordatorio de que las mujeres y las niñas desempeñan un papel fundamental en las comunidades de ciencia y tecnología y que su participación debe fortalecerse”, según se desprende de la página de la Organización de las Naciones Unidad para la Educación, la Ciencia y la Cultura (Unesco).

El Tercer Estado de los Derechos Humanos de las Mujeres en Costa Rica, señala que en el 2019, solo el 37% de las mujeres se graduaron en carreras de ingeniería.

Desde la familia

Giselle Tamayo Castillo, presidenta del Consejo Director del Consejo Nacional para Investigaciones Científicas y Tecnológicas (Conicit), fue enfática al indicar que la motivación nace desde el seno familiar.

“Las niñas no reciben ese estímulo de la casa. Lo pueden estar recibiendo, tal vez, en las escuelas. Pero en la casa es tarea de los padres y de los hermanos el fomentar que pregunten; que hagan experimentos, sobre todo, porque la ciencia es hacerse preguntas”, externó Tamayo.

La motivación de las niñas por la ciencia y la tecnología debe surgir desde el ámbito familiar, asegura Giselle Tamayo, presidenta del Consejo Director del Conicit. (Cortesía).

Apuntó que hay estereotipos, porque los padres ven a las niñas como “su princesita”.

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“Cuando llegan una edad que las matemáticas debería gustarles, no les gusta tanto, porque sienten que no tienen las habilidades. Los niños sí fueron estimulados a medir cosas y a construir, pero las niñas no”, refirió.

Falta Ley

Manifestó que en la actualidad hace falta una ley que promueva una verdadera equidad de género y no políticas públicas.

En la actualidad existe una política pública de Ciencia y Tecnología, pero a criterio de Tamayo le hace falta fuerza y contenido económico.

“Lo que tenemos que tener es una ley clara y una línea. Hacer una política no es difícil, se puede hacer, pero sin contenido económico, realmente es muy difícil”, manifestó Tamayo.

En el estudio denominado “Formación femenina de Ciencia y Tecnología: un tema de desarrollo, equidad y competitividad”, elaborado por el Estado de la Nación concluye que, en el 2019, de cada 10 profesionales graduados en carreras  relacionadas a la ciencia y a la tecnología, sólo dos eran mujeres.

En el 2000, la cantidad de graduadas en carreras afines eran 3 mujeres.

Tamayo, quien es química de formación y profesión, recalcó que el clic del asunto nace desde la familia, siguiendo por la escuela y colegio y terminando en la universidad.

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“Hay que hacer políticas afirmativas importantes, atacar fuertemente el acoso laboral y el acoso sexual en la parte profesional. Hay que atacar de manera positiva y no desde el punto de vista delictivo”, afirmó.

Añadió que “si hablamos del 11 de febrero, día de la Mujer y la  Niña en la Ciencia y toda esa transición de la niña hasta la mujer para mí la familia juega un papel importantísimo. Es la familia donde esa niña pasa más tiempo”.

Comentó que el Ministerio de Ciencia, Tecnología y Telecomunicaciones (Micitt) y el Ministerio de Educación Pública (MEP) realizan talleres interesantes, en los cuales las niñas y los niños conviven con la ciencia.

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“Debe ser inclusiva y no exclusiva, somos una sociedad, pero siempre hay una dicotomía y hay que anularla, por lo que hay que incorporar a todos”, reseñó.

Llamó la atención en el sentido de que si bien es cierto la tecnología es impresionante y llamativa “pero no solo eso es ciencia”.

Remarcó que está la biología, geología, química y la física, por lo que abogó por lo que los talleres e iniciativas en la rama deben ser más integrales.

En los Países Bajos

Andrea Mangel es una ingeniera química, que se encuentra en  los Países Bajos, donde participa de una investigación de energías renovables.

Recordó que, desde siempre le llamó la atención las ciencias y reseñó que su mamá siempre le inculcó ese deseo por preguntar y la curiosidad de cómo funcionan las cosas.

“No sé cómo llegué a la ingeniería química. Fue un poco de casualidad y empecé a ver lo que quería hacer cuando terminara el colegio. (…) Siempre me gustó la matemática, la ciencia y la química mucho y en mi casa desde chiquillos nos dijeron que las cosas se podían hacer, que todo era posible”, relató a El Observador.

Apuntó que tiene dos hermanos y que los tres jugaban con los mismo juguetes: con legos, muñecas y demás, porque no hubo mucha diferencia en lo que a roles se refiere.

“Comencé a buscar en todas las cosas en la UCR. Aunque había dicho que no quería ingeniería, de alguna manera terminé en ella, más que nada por los cursos”, sostuvo Mangel quien terminó estudiando ingeniería química.

No hubo discriminación

Alegó que en la UCR no sintió discriminación por parte de compañeros ni profesores, pues considera que en  las ingenierías el asunto es muy equitativo.

Explicó que en los cursos y materia tenía compañeras y profesoras que impartían lecciones, con lo que no había tanta brecha.

“En la UCR no sentí esa brecha, en realidad. Creo que en otras ingenierías es más marcada tal vez. Creo que en Civil, Mecánica y Eléctrica sí son contadas las mujeres que están estudiando”, mencionó.

Luego de trabajar en la UCR, se dirigió a los Países Bajos para sacar una maestría en energías renovables, en una  universidad tecnológica.

“Aquí, después de la maestría, comencé a cursar un doctorado en la  facultad de ingeniería mecánica, de la Universidad Tecnológica de Delft y estoy  trabajado en un proyecto en especial que es para almacenamiento de energía renovables”, anotó Mangel.

A criterio de Mangel, las personas, sin distingo de género, deberían estudiar lo que quieran.

“Sin ese peso social de que eso es de hombres o de mujeres. Si los niños quieren estudiar algo, que es típicamente de mujeres y eso los va a hacer felices, creo que eso también es parte que haya más equidad en ingeniería y en ciencia”, mencionó Mangel.

 

 

 

 

 

 

 

 

 

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