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“Esto no es Costa Rica”: miedo se apoderó de los vecinos de Casa Presidencial el lunes

Todo inició a las 9 a.m en el parque La Merced, cuando la manifestación convocada por Rescate Nacional inició su…

Por Paula Umaña

Tiempo de Lectura: 4 minutos
“Esto no es Costa Rica”: miedo se apoderó de los vecinos de Casa Presidencial el lunes
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Todo inició a las 9 a.m en el parque La Merced, cuando la manifestación convocada por Rescate Nacional inició su recorrido hacia Casa Presidencial. 

Si bien el camino fue pacífico, en Zapote los ánimos se caldearon al punto de que la Fuerza Pública intervino con gases lacrimógenos a las 3:20 p.m para repeler a los manifestantes. 

La escena es lo más similar a una zona de conflicto que el país ha visto en muchos años, y afectó tanto a oficiales de policía y manifestantes, como a los vecinos y comerciantes de la zona. 

Según lo conversado con quienes viven a diario frente a Casa Presidencial, lo de ayer fue histórico. 

Carlos Salas es vecino de Zapote desde hace más de 40 años. Cuenta que es la segunda vez que la situación se tensa de la manera en la qué pasó el lunes. La primera, fue hace 26 años, durante una huelga de maestros en la administración de Figueres Olsen.

Salas vive con su familia, que incluye a su madre adulta mayor en silla de ruedas y que padece de Alzheimer y Guillain Barre. Además vive con su sobrina de 8 años y ayer también se encontraba una menor de edad que es familia política.  

“Mi madre tiene derecho a vivir la vida en paz. Nadie respeta a la autoridad. Tuvimos que buscar la manera de que los gases no la afectaran, por la insolencia de unos cuantos manifestantes que terminan afectando al pueblo”, dijo.

Pasadas las 3:20 p.m la Fuerza Pública respondió con gases lacrimógenos que afectaron varias cuadras alrededor de Casa Presidencial (Foto: Ezequiel Becerra / AFP).

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Sentimiento de miedo

El miedo y el nerviosismo se apoderó de la familia de Salas, mientras que él, con pañuelo y una manguera auxiliaba a quienes pasaban por el lugar afectados con los gases lacrimógenos.

Su sobrina, de 8 años, contó que cuando las bombetas (gases lacrimógenos) empezaron a sonar fue cuando el nerviosismo se apoderó de ella y de su prima de 6 años. Pese a que estaban dentro de la casa, tuvieron que ir al cuarto más alejado de la carretera y resguardarse con paños. 

“La primera vez (cuando los camiones de los manifestantes empezaron a sonar sus motores) nos asustamos mucho. A la segunda (gases lacrimógenos) nos pusimos un paño y nos fuimos para la casa de atrás y luego para el cuarto de mi abuelita”, comentó la menor.

Salas y su familia cuentan que los vecinos de Casa Presidencial son en su mayoría adultos mayores. Justamente, durante la cobertura del enfrentamiento entre la Fuerza Pública y los manifestantes, algunos vecinos salieron de sus casas huyendo de los gases y artefactos que caían por los aires. 

Al inicio, dos efectivos policiales heridos fueron transportados por sus compañeros a un lugar seguro. Mientras tanto, el intercambio de gases lacrimógenos de un lado de la valla policial y piedras del lado de los manifestantes continuaba tal escena de guerra. 

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Restaurantes afectados 

Además de las familias cercanas a Casa Presidencial, las sodas de la zona se vieron afectadas tanto por los gases como por el miedo. 

Rosmery Cordero, dueña desde hace 13 años de la Soda Villa Nueva, contó a El Observador lo sucedido la tarde del lunes:

“Tengo 15 años de estar viendo manifestaciones y nunca había pasado semejante cosa como hoy. Esto no es el Costa Rica de nosotros”, contó Cordero.

Pese a que ella, los empleados de la soda y algunos periodistas se encontraban dentro del local, el humo también los afectó. Incluido, el perro de la propiedad aledaña al que auxiliaron con agua y leche. 

“Nos fuimos a esconder lo más que pudimos, pero igual nos afectó. Todo el mundo tosiendo y desesperado”, comentó Karina Marín, quien trabaja en soda Villa Nueva. 

La soda Villa Nueva resultó con daños en el techo, el medidor y las paredes (foto: El Observador).

Al frente de Marín y de Cordero trabaja Román Palma, quien maneja la Soda Katy desde enero de este año. 

Palma se fue más atrás en su historia: todo iba muy bien, hasta que cayó la pandemia y con ella las restricciones comerciales, que lo obligaron a cerrar durante meses. 

Ahora son los cierres de las calles de Zapote que realizan las autoridades lo que afecta a su negocio. Hoy, la historia dio un giro hacia el temor, pues además de preocuparse por su soda, tuvo que auxiliar a sus clientes que se encontraban almorzando. 

“Esta manifestación fue algo muy grande y muy feo. Esos muchachos comenzaron a atacar a la policía (…), hasta el momento que la policía dijo basta pero no hubo consideración de que habían niños, adultos mayores y señoras”, dijo Palma.

“Teníamos la soda llena y desconsideramente tiraron gases lacrimógenos afuera de la soda. La soda no tiene vidrios y todo el humo entró, los clientes se asustaron y les ayudamos a salir por la puerta de atrás de emergencia, no podíamos respirar”, agregó al relato.

Carro afectado por el fuego durante la intervención policial con gases lacrimógenos (foto: El Observador).

Sentarse a dialogar

Justamente, algunos de los gases lacrimógenos que cayeron afuera de la soda afectaron un vehículo que se encontraba parqueado en el lugar. 

Según cuenta Palma, uno de los gases tocó una botella de plástico y encendió una llama. El restaurantero, según fue testigo El Observador, corrió por el extintor del local y la Fuerza Pública apagó la llama. 

Sin embargo, el carro sí sufrió daños. 

El mensaje de los testigos de los hechos de este lunes llaman a la paz social y pidieron tanto a los manifestantes como al presidente de la República, Carlos Alvarado, sentarse a dialogar. 

“Alvarado lo va a tener que hacer (dialogar), ya es demasiado. No hay sector que esté de acuerdo con él y quiera o no se va a tener que reunir con los sectores”, recalcó Salas.