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Familia de tica en Venezuela esperanzada por posible repatriación este mismo mes

La costarricense Alexandra Arias, su esposo y sus tres hijos, están llenos de fe y esperanza con el ofrecimiento oficial…

Por Sylvia Alvarado

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Familia de tica en Venezuela esperanzada por posible repatriación este mismo mes
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La costarricense Alexandra Arias, su esposo y sus tres hijos, están llenos de fe y esperanza con el ofrecimiento oficial de aplicarles un protocolo de repatriación para volver a Costa Rica, desde Valencia, Venezuela.

Arias comentó a El Observador que “con nosotros se ha activado un protocolo de repatriación. Estamos expectantes de que haya una resolución a nuestro favor y podamos pronto volver a Costa Rica.  No tenemos detalle de fecha, pero esperamos que sea antes de que termine mayo”.

Agregó que “este viernes mismo me contactaron para decir que no perdamos las esperanzas, que están muy interesados en ayudarnos con la repatriación. Estamos esperando que Dios lo haga, por medio de ellos, que en todo momento nos han brindado la mano”, dijo, refiriéndose al personal administrativo, de origen venezolano, que se mantiene en la oficina del consulado de Costa Rica en Caracas.

“Ya nos han informado sobre los documentos que debemos anexar, en todo este proceso de repatriación. Nos han enviado correos, supongo que a petición e instrucciones desde Costa Rica, porque aquí el consulado está cerrado y no hay representante del país”.

Esto debido a que Danilo González, último encargado de negocios de Costa Rica en Venezuela, tuvo que abandonar el país a inicios de este mes, tras la expulsión del régimen de Nicolás Maduro.

¿Y los otros ticos?

Arias, administradora de Recursos Humanos, dice que espera que este mismo proceso pueda aplicarse a otras familias ticas que tienen necesidad de volver. “Sabemos que están contactando a los demás costarricenses para tabular la vulnerabilidad y proceder con lo que corresponda”.

En efecto, su familia podría ser la primera en ser contactada, entre muchas otras que buscaron ayuda en el consulado, para regresar.

Haddy Ortega, quien emigró de Venezuela a Costa Rica hace un año y se encuentra en un limbo legal pese a ser hija de costarricenses, dijo que su madre, Iris Bonilla, de 84 años, y su hermano Joaquín, permanecen en Caracas y no han recibido ninguna comunicación oficial, pese a que han intentado, sin éxito, volver a establecer contacto con la oficina costarricense en la capital venezolana.

Sin embargo, Ortega indicó que estará muy pendiente de la resolución de este proceso para solicitar que también se le aplique a su familia.

Idea de repatriación vino de ella

La desesperación por la lamentable situación de esta familia en medio de la crisis venezolana, hizo que Alexandra Arias escribiera a la Cancillería, tratando de obtener la misma ayuda que estaba ofreciendo a sus connacionales el consulado peruano en Caracas.

“Yo estaba revisando el portal de internet del consulado peruano y vi que decía que si uno era ciudadano peruano y quería volver al Perú con su familia, llenara un formulario. Yo le informé a mi esposo, (de origen peruano) y como las cosas se agravaron, envié un correo a la Cancillería en Costa Rica, preguntando por esta posibilidad. Un asesor me contestó muy amablemente y lo remitió al consulado de Costa Rica aquí. Don Danilo González recibió esa información y me llamaron, pero lamentablemente una semana después, se tuvo que ir de Venezuela”.

Alexandra asegura que “a partir de que él se fue, quedamos contactándonos por mensajes y correo con el personal administrativo que está en la oficina de Costa Rica en Caracas”.

El Observador consultó el viernes a la Cancillería sobre el posible proceso de repatriación de esta familia así como las gestiones que están haciendo para prestarle atención al resto de costarricenses en ese país, pero aunque informaron que le darían trámite a la consulta, al cierre de edición no obtuvimos respuesta.

“Esto es el acabose”

Basta escuchar el tono de voz de Alexandra Arias para entender su preocupación. “No tiene idea de lo que aquí se vive. Hay mucha hambre, falta de electricidad, de agua, ahora hasta de gasolina… el asunto de la escasez de comida. Esto es el acabose”.

“Mis hijos mayores nacieron en Costa Rica. Desde hace dos semanas, ninguno tiene clases porque casi nunca hay luz. Mi esposo es hipertenso y no puede adquirir su tratamiento. No podemos ni dormir”.

En octubre del 2018, después de muchos intentos, los jefes de su esposo en una empresa de bolsas plásticas le avisaron que se iban porque no podían seguir produciendo sin materia prima.

Así, de un día para otro, él pasó de ser gerente comercial a vender huevos.

“Empezamos a vender huevos de una granja de unos hermanos de la iglesia… Quedamos solo dependiendo de Dios y de la ayuda de esos hermanos. Gracias a una remesa que nos enviaron familiares de mi esposo desde Perú, hace meses, logramos comprar varios bultos de arroz, granos y harina que es lo que se come aquí, y con la venta de los huevos, compramos algunos plátanos o verduras”.

Luego de 9 años de vivir en el país suramericano, 5 en buenas condiciones y 4 sufriendo el embate de la crisis, Alexandra cuenta los días para regresar a su natal Coronado.

“Ninguna mamá quiere que sus hijos pasen estos trabajos, en especial por algo que se escapa de las manos. Estamos confiando en Dios y en las autoridades para que podamos regresar. Eso sí, después de esto, regresaremos siendo personas diferentes. Ni nosotros, ni ningún costarricense que vuelva a Tiquicia, será el mismo”.

Desde hace dos semanas, los hijos de Alexandra Arias no reciben clases porque casi nunca hay luz en los centros educativos. En su casa tampoco.

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