Sergio Arce
El video de una familia de turistas españoles que se topa de frente con un puma en el Parque Nacional Corcovado, al sur de Costa Rica, pone sobre el tapete la realidades de los felinos en esta área boscosa.
Pero también se extiende al resto del territorio nacional, donde la presencia de los pumas y jaguares es desigual, según explicó a El Observador Víctor Hugo Montalvo, académico y especialista en vida silvestre de la Universidad Nacional.
Montalvo es, además, una de las voces costarricenses con más peso en el estudio de los felinos.
La presencia del puma en el sector del puesto de Sirena y que sorprendió al hogar español no es extraña, según Montalvo.
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Con él coincidió Dionosio Paniagua, quien tiene 20 años de trabajar como guía naturalista certificado en Corcovado.
De hecho, en su cuenta en TikTok Paniagua suele deleitar a sus más de 160.000 seguidores con videos -entre otras cosas- de encuentros con pumas.
Incluso, en uno de ellos se ve a uno de estos animales con un mono aullador en su hocico. Ese hallazgo ocurrió el pasado 31 de julio.
¿Qué pasa con ambos felinos?
El investigador de la UNA explicó que la aparición recurrente de pumas en Corcovado no debería ser motivo de mucha celebración.
Esto por cuanto -dijo Montalvo- refleja que la presencia del jaguar, el principal depredador de la zona (el que debería estar en la cima de la cadena alimenticia en la zona), viene en franca disminución.
La razón es sencilla: Corcovado no está exenta a los cazadores ilegales de especies como el Chancho de monte, que es parte del alimento del jaguar.
De hecho, Montalvo comentó que desde hace unos 15 años la presencia del jaguar en este parque de 42.560 hectáreas terrestres es más difícil de captar. En la acera del frente, es más fácil encontrarse con un puma, cuya población se prevé que es mayor.
Una realidad muy diferente se vive, por ejemplo, en el Área de Conservación Guanacaste. Allí ha crecido la población de jaguares frente a la de los pumas, que se ha visto mermada.
El crecimiento de jaguares en esta zona se explica por los esfuerzos de reforestación y conservación, indicó Montalvo.
Diferentes estimaciones apuntan a que en Costa Rica hay cerca de 350 jaguares. Además de Guanacaste, otras zonas donde está registrada su presencia son Talamanca (en el Área de Conservación La Amistad Caribe) y en Tortuguero.
En cuanto a los pumas los datos son más porosos, pero Montalvo cree que pueden haber unas 500 especies en nuestro país.
El especialista de la UNA hizo un llamado a redoblar esfuerzos de protección en Corcovado, sin descuidar las restantes zonas boscosas donde hay felinos.
Primos
El jaguar es el único felino grande de Costa Rica, ya que puede llegar a medir más de dos metros de largo y pesar hasta 113 kilos.
El puma o león de montaña está presente en Corcovado, el Parque Santa Rosa en Guanacaste, la Reserva Bosque Nuboso Monteverde y también en el Cerro de la Muerte. Es más pequeño que el jaguar y no tiene las manchas de su primo.
Costa Rica es el hogar de seis diferentes especies de felinos: ocelote o manigordo, margay, jaguar, puma, jaguarundi o león breñero y oncilla o tigrillo.
El episodio de la familia española
Un video subido en TikTok el jueves pasado da cuenta del inesperado encuentro que una familia de España tuvo con un puma en Corcovado.
Arnulfo Montes, guía certificado en este parque nacional, contó a El Observador que el hecho sucedió el lunes 1 de agosto a eso de las 10:30 a.m.
Relató que la familia y él se encontraban en un sendero cuando escucharon a los monos arañas cerca del sector llamado río Claro.
Montes alertó a la familia para que se mantuviera atenta a cualquier movimiento… minutos después hallaron al felino a unos 20 metros de distancia.
En las imágenes se ve a la mujer tomar de la mano a la niña más pequeña. El guía hizo lo propio con la niña más grande y el progenitor grabó al puma.
Sin embargo, Montes contó que les dijo que no se acuclillaran para evitar que el animal los viese como potenciales enemigos o presas.
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El padre de llama Felipe García Hernández y la madre Ana Rodríguez García. Ambos se definen como “infatigables viajeros”, quienes dijeron haber experimentado el poder de la naturaleza de Costa Rica.
En un mensaje enviado a este medio, el hogar madrileño relató el encuentro con el felino en tercera persona:
“Ana se quedó sorprendida por la belleza del animal, mientras cogía fuerte de la mano a su hija Noa, de tan sólo 6 años. Ella es una joven aventurera y profunda enamorada de los animales. Noa dijo que nunca podría olvidar la mirada del ‘bigotudo’.
“Felipe no sintió miedo alguno pero notó el poderío del animal. Felipe asegura que tenía confianza en que este animal no les iba a hacer nada. ‘Es un animal inteligente, astuto y en el parque tiene todo lo que necesita’.
“Arnulfo cogía fuerte a la hija mayor, Iria García de 8 años, quien también quedó prendada y boquiabierta con la belleza del animal, difícilmente podrá olvidar al puma de Corcovado.
“La familia manifiesta que el poder de la naturaleza y su autenticidad se encuentran en el parque de Corcovado, donde la intensidad de su vida animal se palpa en cada metro cuadrado.
“Y donde la adrenalina les ha subido más que en cualquier otro sitio del planeta. Todos volverán sin duda a Corcovado.
Fotos cortesía del Programa Jaguar-UNA y de Pepe Manzanilla
