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Fernando Rudín y sus inusitados designios impregnados en pellón

Por Mariana Sáenz para El Observador En el segundo piso de la Galería Nacional, Fernando Rudín está listo para conversar;…

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Fernando Rudín y sus inusitados designios impregnados en pellón
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Por Mariana Sáenz para El Observador

En el segundo piso de la Galería Nacional, Fernando Rudín está listo para conversar; con una sonrisa amable, dispuesto a realizar el recorrido con todo lujo de detalles. El disfrute por el poder expresivo creado en el arte siempre estuvo presente en él, desde cuando era un niño y tocaba piano hasta en el colegio cuando el profesor de artes plásticas le decía que estudiara dibujo.

No era para menos, había sido ganador de un concurso en la institución. “Para mí era una limpieza interior y una exploración, significaba libertad de las actividades cotidianas y de las profesiones tradicionales”, recuerda mientras se mueve en medio de su muestra “Estampas mixtas”.

Pero la vida tiene sus divergencias. Una vez que concluyó la secundaria comenzó sus estudios de ingeniería civil muy enfocado en hidráulica; y no siguió al pie de la letra su vena artística, como el mismo lo dice, quizás algo condicionado por las expectativas de un mercado laboral muy marcado. Las formas, las matemáticas y las ciencias eran mundos también llamativos para él con distintas estéticas; el materializar un concepto del papel a la realidad urbana mediante cálculos, le resultaba fascinante.

Curiosamente, el recorrido diario que el Fernando niño tenía que hacer de su casa en aquel entonces lo llevaba a pasar cerca de una escuela de bellas artes y fue Alberto Murillo uno de sus primeros instructores en grabado.

La vida seguía su curso, salidas del país y regresos, pero fue cuestión de tiempo para que ingresara en sus ratos libres a la UCCART. “Fui asistiendo y llevando cursos, algo muy experimental, hasta que en un punto me di cuenta de que ya había completado la carrera de artes”, recuerda con una sonrisa.

Dibujo, xilografía, tallaje, escultura, acuarela… poco a poco todo iba pasando por sus manos, conociendo grandes instructores y amigos, entre ellas Leda Astorga y Marcia Salas. Pero entonces aparece en escena eso que no se premedita: de un momento a otro la empresa en la que por 25 años Fernando había sido ingeniero civil, cierra. No se paralizó absorto en el temor de nuevos caminos, todo lo contrario: vio abierto el umbral para dedicarse por completo a la creación artística.


“Disfruto el ver la manera en la que se va descubriendo en el aprendizaje”

Fernando Rudín

Ahora, mientras con la mirada analítica repasa la época su rostro se nota satisfecho, fue algo así como un salto al vacío que ha dejado grandes satisfacciones. Hoy, forma parte de la Asociación Costarricense de Artistas Visuales con quienes ha realizado exposiciones individuales y conjuntas.

Poco a poco descubrió que también disfrutaba de la misma manera el camino de quienes deseaban aventurarse en el arte. “Enseñar es parte de ver el proceso de cómo una persona va construyendo su obra o su pintura, disfruto el ver la manera en la que se va descubriendo en el aprendizaje”, detalla.

De su muestra

“Estampas mixtas” es una colección de xilografías, transferencias y monotipias con impresión del trazo de mediano y gran formato en tela de pellón; muy utilizada en confecciones textiles. Forma parte de la exhibición “Coexistir” y por tanto ocupa uno de los tres salones de la misma.

Son, aproximadamente, 25 piezas creadas entre el 2002 y el 2017 las que conforman “Estampas mixtas”, una muestra que todavía puede ser vista pues cerrará el 30 de junio.

Cada pieza se genera de una talla en madera que se imprime por partes sobre la tela, la que además combina con transferencia de fotografías fotocopiadas, el toque final lo complementa con impresiones de trazo. Por eso, le ha llamado a su técnica “mixta”.

La temática es un panorama hacia la vida, marcada por referencias que encierran la introspección, la traición, la nostalgia y el cambio. En ella se manifiesta la atracción del artista por las formas orgánicas, su afinidad por el detalle de las formas botánicas, la naturaleza compleja del existir humano.

“Estampas mixtas” de Fernando Rudín.
Galería Nacional, Centro Costarricense de Ciencia y Cultura (C.C.C.C.) Calle 4, Avenida 9, sede Museo de los Niños.

Fotografías: Mariana Saénz (retratos); Mario Bolaños (obras)

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