Esteban Mata
El expresidente de la República y exprecandidato presidencial por el Partido Liberación Nacional (PLN), José María Figueres, acusó a los últimos cuatro gobiernos de sembrar el resentimiento y el enojo en la ciudadanía.
Figueres aprovechó para desmarcarse de los otros seis expresidentes que quedan vivos, quienes este miércoles firmaron una carta abierta en la que clamaban por la unidad nacional, el diálogo y la paz.
La carta se hizo pública en momentos de alta convulsión social, luego de dos semanas de protestas y reyertas callejeras que afectaron el libre tránsito con marchas y bloqueos provocados por pescadores, estudiantes y traileros descontentos con diferentes abordajes del Gobierno, especialmente en materia tributaria y educativa, lo que le costó el puesto al ministro de Educación, Edgar Mora.
La carta contó con la firma de todos los expresidentes, desde Rafael Ángel Calderón hasta Luis Guillermo Solís, con la excepción de Figueres.
Así las cosas, el documento se entregó con las firmas de Óscar Arias (1986-1990 y 2006-2010), Rafael Ángel Calderón (1990-1994), Miguel Ángel Rodríguez (1994-1998), Abel Pacheco (2002-2006), Laura Chinchilla (2010-2014) y Luis Guillermo Solís (2014-2018).
En una nota en su perfil de Facebook, Figueres no escatimó en señalamientos a sus colegas expresidentes.
“Me preguntan porqué no firmé el documento de los expresidentes que circuló hoy (miércoles). Comprendo su buena voluntad. Sin embargo no lo firmé porque también comprendo y me identifico con el malestar nacional”, apuntó el verdiblanco.
El expresidente separado
La nota no solo pone a Figueres fuera del clan de los expresidentes, sino que además, se separa del accionar de los partidos políticos que estuvieron en el poder los últimos 16 años, incluido el PLN.
En la nota apunta que la ciudadanía tiene razón de estar en contra de la clase política.
“Tienen razón nuestros compatriotas al estar hartos! Con el alto desempleo y el estancamiento económico actual, la falta de seguridad personal y los bloqueos que nos paralizan, el costo de la vida y ahora nuevos impuestos – realidades que en su conjunto aumentarán la pobreza, en otro país habrían linchado a la clase política”, afirmó.
La publicación rápidamente fue difundida por otros perfiles de la red social y se viralizó, poniendo a Figueres en un mapa político donde hasta este jueves no aparecía.
Esto le permite recobrar vigencia en medio del río revuelto en el que se ha convertido la administración de Alvarado, aquejada por críticas sobre la situación fiscal y la supuesta parcialización en favor de minorías progresistas.
“Muchos de esos problemas nacionales nacieron o se acrecentaron en los últimos cuatro gobiernos de tres partidos diferentes. No reconocer eso en el documento, es pedir comprensión sin pedir perdón”, reseñó.
Cabe resaltar que hasta la campaña anterior, Figueres mantuvo sus aspiraciones políticas para volver a la Presidencia en el 2018 con el PLN, sin embargo, luego de una convulsa precampaña donde figuraron el expresidente Oscar Arias y el exdiputado y excandidato del PLN, Antonio Álvarez Desanti, Figueres quedó fuera.
La sombra de cuestionamientos éticos por el caso ICE-Alcatel y ataques a decisiones de su gobierno entre 1994 y 1998, también incidieron en que el hijo del fundador del PLN quedara relegado.
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Este jueves, Figueres aprovechó la oportunidad que se abrió ante la emisión de la carta, para marcar terreno, señalar pecados de Alvarado y sobre todo, reaparecer en la escena política, apuntando con el dedo a los otros expresidentes y a sus respectivas gestiones.
“Este gobierno que hereda buena parte de los retos acumulados, llegó con la misma buena voluntad de los otros, sólo que sin derrotero. Le “ayudan” desde las filas del PLUSC (en alusión al PLN y al PUSC), trincheras en que ni terminan de ser gobierno ni terminan de ser oposición, pero se parecen al gobierno en la falta de visión y de iniciativas para sacar al país adelante”, escribió.
“De seguir así, este gobierno va camino de ser el quinto en línea con lo que acumularemos veinte años de políticas deficientes que no pueden producir más que el estancamiento en el que vivimos”, agregó.
El expresidente hizo su propio llamado al diálogo, pero se diferenció de los otros exgobernantes al recriminarles que la carta, si bien hace un llamado a la paz social, refleja una incapacidad de escucha que vuelva a conectar a los ciudadanos con la clase política.
“Hoy estamos en una situación en la que los grupos no se escuchan, menos se colocan en la posición del otro para sentir por donde les aprieta el zapato, y mucho menos se tiene un plan. Un ejemplo de esto es la falta de un programa de competitividad nacional y de reactivación económica que estimule la creación del empleo que necesitamos”, se lee en su escrito, antes de cerrar con una frase que pone en evidencia su estrategia: acción política, frente al discurso.
“Por todo esto es que preferí no firmar el documento. Las palabras se las lleva el viento. Yo prefiero menos palabras y más acciones”, finalizó.
Esteban Mata
