Esteban Mata
La fracción legislativa del PAC sacrifica todos los días la labor de defensa del Ejecutivo para no afectar los acuerdos, posibles o amarrados, con otras fracciones, en función del impulso a proyectos de ley de su interés.
Así lo aceptó el jefe de fracción del PAC, Víctor Morales Mora, al señalar que la prioridad es afianzar los acuerdos para promover proyectos como eurobonos, la reforma al empleo público y mas recientemente, el tema de la pesca de arrastre.
Un ejemplo de esto se dio en las últimas semanas, cuando la gestión del Poder Ejecutivo se vio fuertemente afectada por las protestas y bloqueos de sectores estudiantiles y de transporte, molestos con las políticas del Gobierno.
Esta situación fue aprovechada por la oposición en el Congreso, sin que la fracción del PAC se permitiera plantar una defensa que confrontara a sus atacantes.
“Como fracción tuvimos una posición clara en el sentido de reclamar a un llamado por la paz, y la convivencia”, aseveró Morales Mora, ante consulta de El Observador.
El jefe de los rojiamarillos,aceptó que en el cálculo político del PAC pesa mucho el mantener a sus socios políticos contentos. “Ciertamente nos movemos en un escenario donde debemos calibrar bien la confrontación, en función de la necesidad de mantener un clima de construcción de acuerdos políticos”, dijo.
Aún así, Mora defiende la gestión de su bancada, y asegura que en el momento necesario, darán la cara para defender la gestión de Carlos Alvarado.
Pero esta posición no es compartida por analistas y actores políticos, que encuentran en la fracción del PAC un flanco débil en la gestión política en torno a la gestión de Alvarado.
Entre lo endeble y lo precario
A criterio del analista Gustavo Araya, esta debilidad, si bien no se ha señalado “es una lectura que muestra lo endeble o precaria que es la situación del Gobierno en este momento”.
El politólogo reseñó que la gestión del Ejecutivo para promover el plan fiscal, obligó a que el Ejecutivo “de alguna manera asumiera el costo político para poder, digamos, distraer la atención del centro neurálgico de la toma de decisiones que era la Asamblea Legislativa”.
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“Eso ocasionó que como irradiación de ese proceso, el Poder Ejecutivo sea ahora el blanco de los sectores molestos con la implementación del plan fiscal, sacando, de momento, la responsabilidad de la Asamblea Legislativa”, dijo Araya.
Eso ha obligado a que la fracción legislativa haya “cedido iniciativas importantes o relevantes de apoyos que puedan provenir de otras fracciones legislativas incluso poniendo en tela de juicio la capacidad que pueda tener el control político de la fracción” del PAC, apuntó.
El ministro invisible
A esto se le suma la ausencia, al menos en lo visible, del ministro de la Presidencia, Rodolfo Piza, quien no se caracteriza por ponerse al frente de la articulación con el Poder Legislativo, y que en el caso de las tensiones en la calle de las últimas semanas, tampoco se dejó ver.
“El ministro de la presidencia que debería actuar como un pararayos del presidente estuvo completamente ausente, y el presidente asumió el papel de la primera línea de defensa cuando siempre debe reservarse como la última línea, de manera que el manejo de la situación por parte del Gobierno fue bastante pobre”, dijo Eli Feinzaig.
Fue una vez pasado el fuego de las protestas cuando, a raíz de cuestionamientos de la prensa, que el presidente Alvarado resaltó la participación, tras bambalinas, de Piza en las negociaciones de Casa Presidencial con los estudiantes, pescadores y transportistas.
Si bien el ministro sostiene que su gestión política es activa, la percepción sobre su trabajo entre opositores, como Pedro Muñoz del PUSC o Dragos Dolanescu del Partido Socialcristiano Republicano, quienes dicen todo lo contrario.
Sin embargo, hacia el fin de semana, la figura de Piza se dejó ver mucho más en conferencias de prensa y boletines, sin embargo, su presencia, sigue siendo poca a nivel del Congreso, situación que se constata en las conversaciones de pasillo con diputados y asesores en la cobertura diaria del trabajo de los diputados.
Esteban Mata
