Tomás Gómez
Hay travesuras de hermanos que terminan en regañadas, otras en anécdotas familiares y también están las que pueden definir una elección presidencial en Estados Unidos.
Sobre las “tortas” de los hermanos Biden, siendo niños, no hay mucha información pero sí sobre sus negocios como adultos.
Mientras el mayor de la familia, Joe, llegó a la Casa Blanca como vicepresidente de Barack Obama tras décadas de representar a Delaware en el Senado, el menor, Francis William, “Frank” para los amigos, hacía negocios pareciera que aprovechando el peso de su apellido.
OBSERVE MÁS Favorecimiento en Costa Rica a hermano de Joe Biden es cuestionado por investigación en Estados Unidos
Así lo denunció el periodista Peter Schweizer en su libro «Perfiles en corrupción: abuso de poder por parte de la élite progresiva de Estados Unidos», publicado el martes anterior.
Un extracto del texto fue adelantado por el medio New York Post y entre los destinos de las aventuras empresariales aparecía Costa Rica.
Los tentáculos en Liberia
Para ser más exactos, las dudas de la prensa norteamericana se relacionaban con Guanacaste Country Club, un megaproyecto de 1200 viviendas y un campo de golf de profesional lanzado en el 2009.
El proyecto nunca arrancó y cinco años más tarde se anunció un reajuste de planes para convertirlo en un desarrollo turístico con hoteles, centro de convenciones, residencias y una “miniciudad solar”.
OBSERVE MÁS Carta de Luis Guillermo Solís garantizó respaldo a polémica inversión de familia Biden en Guanacaste
Hasta acá, los planes no distaban de los de otros inversionistas que han encontrado en el Pacífico Norte un paraíso para traer millones de dólares, pero el eco que recibió el plan por parte de Casa Presidencial levantó suspicacias.
“La visión de Frank de un club social en Costa Rica recibió el apoyo en los más altos niveles del gobierno costarricense, a pesar de su falta de experiencia con tales desarrollos. Se reunió con los ministros costarricenses de educación, energía y medio ambiente, así como con el presidente del país”, indicó el periódico neoyorquino el 18 de enero.
Todos los hombres (y mujeres) del presidente
La información dada a conocer en Costa Rica por El Observador a partir del martes 21 de enero ha profundizado en las huellas que Frank Biden dejó a su paso por el país.
Sus promesas de inversión fueron lo suficientemente poderosas para que Luis Guillermo Solís lo recibiera en Zapote con un almuerzo durante las primeras semanas de su Gobierno y para que se le concediera una nueva reunión días después.
También lo fueron para que se hiciera una carta oficial de respaldo a la iniciativas inmobiliarias de Biden.
Desde Miami, Solís conversó con este medio y tomó distancia de las supuestas inversiones de Biden que alguna vez agradeció en nombre del país y para las que prometió la colaboración del Ministro de Comercio Exterior, Alexánder Mora.
Según dijo, el estadounidense llegó a su despacho por medio de la vicepresidenta Ana Helena Chacón, a quien también le había encargado darle seguimiento al proyecto.
Chacón, que ahora funge como representante diplomática en Madrid, alegó que generó la cita a petición del abogado y empresario Roberto Batalla y que el acompañamiento se limitó a explicarle las reglas del juego para invertir en suelo nacional.
. 
La misiva se convirtió luego en una pieza de publicidad con la que agencias de bienes raíces trataban de atraer comprador.
En la búsqueda de clientes se usaron también fotografías donde Frank Biden posaba junto al expresidente Solís y varios de sus subalternos como el entonces jerarca de Ambiente, Édgar Gutiérrez, y la Ministra de Educación y actual embajadora en Francia, Sonia Marta Mora.
El MEP estuvo también en la mira de Biden, quien propuso, mediante sus negocios Go Solar y Sun Fund Americas la instalación de paneles solares en las escuelas.
En esa línea incluso se firmó una carta de intenciones entre el ministerio y la empresa en el 2016 que, al igual que los otros planteamientos de inversión, no llegaron a materializarse.
Una familia atípica
Originarios del estado de Pensilvania, los Biden han sido descritos en Estados Unidos como una familia de clase media.
El bloque lo conformaron el vendedor de autos Joseph R. Biden y el ama de casa de ascendencia irlandesa Chatherine Finnegan, quienes tuvieron cuatro hijos: Joe, James, Valerie y Frank.
Esas raíces han sido en parte el caldo de cultivo para diversos cuestionamientos que van desde el hecho de profesar la religión católica -algo poco común en la clase política estadounidense- hasta la manera en que se multiplicó el patrimonio de sus herederos.
Ucrania, impeachment y unas elecciones candentes
Los señalamientos contra la familia se ha intensificado ahora que Joe se ha convertido en uno de los favoritos para la candidatura del Partido Demócrata en las elecciones de noviembre.
En la contienda electoral se juega la posibilidad de sacar de Washington al actual presidente Donald Trump, del Partido Republicano.
Trump ha sido uno de los más críticos con otro de los Biden, Hunter, hijo de Joe y quien fue contratado por una firma de gas en Ucrania.
OBSERVE MÁS Ana Helena Chacón niega vínculos con negocios de familia Biden pese a menciones de Luis Guillermo Solís
El proceder de Trump con algunos funcionarios ucranianos dentro de las investigaciones fue, a su vez, la excusa de los congresistas demócratas para iniciar un impeachment -juicio político- donde se votará la posible destitución del mandatario durante las próximas semanas.
Las consecuencias de las travesuras familiares de los Biden en cada uno de esos procesos aún están por verse.
