@Popcorn506 para El Observador
Free Guy es un proyecto que llevábamos tiempo esperando. La pandemia del covid-19 hizo que muchas películas se retrasaran, algunas se modificaran y, desgraciadamente, otras se cancelaran.
En este caso, ha habido un poco más de suerte. Ahora podemos disfrutar en la gran pantalla de una producción en la que no se han escatimado recursos y todo ha terminado por salir bien. Y, cuando decimos bien, nos referimos a que la película es, completamente, todo lo que uno puede esperar.
Porque, ¿qué espera alguien que va a ver una producción estelarizada por grandes actores como Ryan Reynolds, Jodie Comer o Taika Waititi? Cuando menos, grandes dosis de entretenimiento, normalmente traducido en palabras de humor y acción, sin renunciar a lo más pícaro y sorprendente, pero apostando por el sentimiento.
Y esto es lo que recibimos. Sin ápice de dudas. Free Guy es una película que va a satisfacer a los que estaban al tanto y sorprender a los que no lo estaban. Este dato tal vez haya sido crucial a la hora de que Disney se haya decidido a continuarla a modo de saga, porque, como estamos diciendo desde las primeras líneas, tiene algo especial.
En la superficie, lo que nos encontramos es una película con muy buena presencia en la que destacan dos facetas que se compenetran a la perfección: la acción y el humor. Esto puede que resulte familiar e incluso poco apetecible si no se entiende que está muy bien conseguido, pero, aquí, insistimos, es solo la capa más externa.
La película nos cuenta la historia de Guy (Reynolds), un chico alegre que trabaja como cajero en un banco y que siempre tiene una sonrisa preparada para mostrar incluso en los momentos más complicados. Un día, Guy empieza a tomar conciencia de su verdadera vida, y descubre que, simplemente, es un personaje no jugable dentro de un videojuego de gran brutalidad que se desarrolla en su ciudad, Free City.
La premisa destaca por su originalidad, más en estos tiempos en los que las historias distintas y únicas suelen escasear, al menos en las películas de los grandes estudios. Pero es que, además, todo esto da juego a un amplio abanico de pensamientos y de posibilidades. Porque en estos tiempos en los que la digitalización avanza a velocidades impensables y las inteligencias artificiales se van desarrollando de modo exponencial, son muchas las dudas y reflexiones que surgen.
Free Guy es una película sobresaliente en el aspecto estético. Hay que reconocer que estamos ante una producción de primer nivel, en la que no se percibe fallos técnicos en lo que se refiere a fotografía, estética, efectos, etc. Al contrario, lo que se nota es un trabajo muy profundo para lograr una buena cohesión entre todos los detalles que se ven en pantalla y que ayudan a enganchar tanto como evitan distraer.
El reparto también es otro de los puntos a favor de Free Guy. Tanto el personaje de Reynolds como el de Jodie Comer y el de Taika Waikiki están bien construidos, pero sobre todo es que parecen hechos a medida para estos actores. Del primero, podríamos decir que hay cosas de Deadpool que nos vendrán a la mente. De la segunda, que es fascinante verla en acción en una historia diferente a lo que tanto nos impactó en Killing Eve. Y de Waikiki, solo decir que sigue siendo capaz de interpretar a buenos y malos con el mismo carisma, aportando matices que lo hacen tan particular que resulta insustituible.
El conjunto de la película, así a priori, ahora seguro que parece más apetecible. Pero estamos convencidos de que, saliendo de la sala, las sensaciones serán de tal orgullo que a más de uno esta película le alegrará el día y, por qué no, ganará un hueco en su videoteca de favoritas de 2021. Para nosotros, así ha sido.
