Tomás Gómez
El Congreso de Estados Unidos verificaría hoy los votos para cerrar el proceso ganado por Joe Biden pero dentro y fuera del Capitolio los ánimos se caldearon hasta convertir el 6 de enero en una jornada histórica.
El Senado y la Cámara de Representantes tendrían una sesión compartida para verificar los votos en orden alfabético.
Alabama y Alaska -a favor de Trump- se aprobaron sin problema pero Arizona -demócrata- frenó la sesión. Tras reclamos, arrancó una debate de dos horas que no logró culminar.
Desde el martes, los seguidores de Trump comenzaron a protestar en Washington y el presidente los azusó llamándolos a no rendirse.
Con el paso de las horas el grupo se dirigió al Capitolio.
El grupo rodeó el edificio y fue haciendo tímidos avances hasta ingresar al lobby.
Poco a poco fueron sumándose participantes hasta ocupar algunas de las oficinas y el salón de sesiones del Senado.
Mientras los manifestantes avanzaban, los congresistas fueron evacuados.
Ante la amenaza del uso de gases lacrimógenos, los asistentes incluso debieron usar las máscaras de protección.
La violencia implicó el uso de armas y una mujer fue herida de dos balazos en el pecho, tras varias horas, se confirmó su muerte.
Washington entró en toque de queda y llamó refuerzos de la Guardia Nacional para mantener el orden.
Tras retomar el edificio, el Congreso acordó reunirse en la noche para completar el trámite de confirmación de Joe Biden.
