Voz de América
MANAGUA — Las dictaduras “aparte de sus actos de crueldad y sus excentricidades que los llevan a perder el poder y a ser vilipendiados por la historia, dan mucho a la literatura”, dijo a la Voz de América la poeta nicaragüense Gioconda Belli. Considera que en ese contexto surgen personajes que, aunque parecieran de ficción, “desgraciadamente son verdaderos”.Así reaccionó Belli a las acusaciones presentadas esta semana por la Fiscalía nicaragüense al escritor y exvicepresidente Sergio Ramírez, que lo señala de incitación al odio y lavado de dinero. La poeta no duda que “este episodio” le servirá a Ramírez para hablar sobre Daniel Ortega. Ella lo cataloga como “un personaje maléfico que tiene mucho que dar”.
“Hay varias novelas dedicadas a dictadores. Lo hizo Gabriel García Márquez con su libro El otoño del patriarca, o Mario Vargas Llora con La fiesta del Chivo. A Sergio le servirá para hablar más de ese personaje dictatorial”, dijo Belli en alusión a Ortega.
La escritora considera que a Ortega le ha incomodado la voz crítica de quienes fueron sus aliados. Este es el caso de Ramírez, su compañero de fórmula de 1985 a 1990; pero también de otros exguerrilleros y disidentes sandinistas como Dora María Téllez, Hugo Torres y Víctor Hugo Torres, quienes actualmente están en prisión.
“A Sergio lo han tenido en la mira desde hace rato, desde que fundó el Movimiento Renovador Sandinista. Es un personaje que les molesta, porque les molesta la inteligencia”, expone Belli y tilda la acusación contra él como “aberrante”.
“Todo sabemos que Sergio es un hombre que tiene una trayectoria tanto política como literaria y que ha puesto en alto el nombre y la presencia de Nicaragua en el mundo. Lo que veo es que el régimen actúa de manera irracional”, señala.
Tongolele no sabía bailar
La obra más recientemente publicada de Ramírez es una crónica de los hechos que marcaron el año 2018, cuando murieron al menos 300 manifestantes durante las protestas antigubernamentales.
“Tongolele no sabía bailar” representó para Ramírez “una excepción” a la regla que el escritor dice que “más ha respetado para alejarse los acontecimientos y personajes para lograr una especie de neutralidad”.
Sin embargo, estaba consciente de que “hay ocasiones en que vale la pena asumir los riesgos y acercarse al fuego, sabiendo que se puede resultar quemado”. La respuesta vino rápidamente.
“Tongolele no sabía bailar es también una crónica de los hechos que marcaron ese año de 2018, convertidos en episodios narrativos: los francotiradores cazando muchachos con rifles Dragunov desde el techo de un estadio de béisbol; el incendio de una fábrica de colchones que era también vivienda de la familia propietaria, y donde todos, adultos y niños, murieron entre las llamas, el asalto de los paramilitares a la iglesia de la Divina Misericordia en Managua, con más muertos”, dijo Ramírez al lanzar su último libro.
Condena internacional
Las acusaciones de la Fiscalía, señalada por opositores de su afinidad con Ortega, contra Ramírez han generado repudio de la comunidad internacional.
En Costa Rica el catedrático universitario y escritor Óscar Aguilar Bulgarelli catalogó como “inauditos” los señalamientos en contra de Ramírez.
La Asociación Gremial de Editores de Guatemala “condenó el ataque a que Sergio Ramírez está siendo sometido por el régimen de la familia Ortega en Nicaragua”.
En México, el también escritor y director de la Revista Nexos señaló que en “Ramírez está encarnado todo lo que hay que defender en Nicaragua contra los nuevos tiranos de ese país”.
“Uno no puede incitar a la violencia cuando se ejerce una labor crítica hacia un gobierno, en este caso la nefasta dictadura del señor Ortega y su amante. Jamás uno puede creer que porque se digan barbaridades de Nicaragua se atente contra Nicaragua. Al contrario, don Sergio ha pedido que vuelva ese Estado de derecho”, dijo a la VOA el escritor costarricense Óscar Aguilar.
Concluyó exponiendo que Ramírez sigue siendo leal “a aquellos principios de la revolución” y consideró que quienes “han traicionado la revolución son el señor Daniel Ortega, su mujer y su pandilla”.
