Paula Ruiz
El Gobierno, a través del presidente de la República Carlos Alvarado, reconoció que hubo intervención militar en Bolivia para propiciar la salida del expresidente Evo Morales, aunque evitó referirse a un “golpe de Estado”.
Este martes, el jefe de Estado fue consultado por la prensa para conocer su criterio con respecto de lo sucedido en la nación suramericana.
“No me pareció oportuno que sean fuerzas militares las que sugieran la salida del presidente no obstante, Morales renuncia al cargo dado el contexto”, respondió Alvarado.
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El mandatario informó que se puso en contacto con Manuel González, excanciller costarricense quien estuvo al mando de la misión internacional de la Organización de Estados Americanos (OEA) donde denunciaron graves irregularidades sucedidas durante las recientes elecciones presidenciales en Bolivia.
A su criterio, es importante analizar la situación que enfrenta dicho país, sin simplismos.
“Según la Observación de OEA tiene un proceso fuera de normalidad o regularidad, que eventualmente desencadena estos procesos”, agregó.
Alvarado dijo que afirmar que el llamado de las fuerzas armadas fue una sugerencia para la dimisión de Morales es una afirmación “en un área peligrosa”.
Sobre la situación de costarricenses en Bolivia, el Presidente informó que hay registro de 80 nacionales aunque no se reporta ningún tipo de inestabilidad con ellos.
Morales llegó este martes a México donde recibió asilo político por parte del presidente Andrés Manuel López Obrador.
Carlos Alvarado Quesada, Presidente de la República, Conferencia de prensa posterior a Consejo de Gobierno, Casa Presidencial, 12 Noviembre 2019. Foto: Roberto Carlos Sánchez @rosanchezphoto
PAC y Luis Guillermo Solís sí lo definen
Quienes no dudaron un segundo para catalogar lo sucedido con Morales como un golpe de Estado, fueron el expresidente Luis Guillermo Solís y la fracción oficialista.
“Como demócrata repudio el golpe de Estado y espero una pronta y pacífica restitución del orden constitucional en Bolivia”, mencionó Solís.
Ambas partes defendieron a capa y espalda al exmandatario boliviano e incluso, la rojiamarilla Paola Vega criticó a quienes se alegraban desde Costa Rica de la salida de Morales, al suponer que el país tiene posiciones en contra de los ejércitos.
