Sergio Arce
Raquel Artiñano para El Observador
A nivel de definición básica podríamos decir que gobierno corporativo se define por sí solo como el gobierno de la empresa. Y nos imaginamos a la bien conocida estructura jerárquica con sus roles y responsabilidades.
No obstante, la OCDE le otorga una definición más completa: “El gobierno corporativo abarca un conjunto de relaciones entre la administración de la empresa, su consejo de administración, sus accionistas y otras partes interesadas.
“También proporciona la estructura a través de la que se fijan los objetivos de la compañía y se determinan los medios para alcanzar esos objetivos y supervisar el desempeño”.
A tomar en cuenta
Por lo visto nuestro rígido organigrama imaginario cobra vida con esta definición y se vuelve más orgánico, vivo y sistémico. Ya no priva el quién toma las decisiones, sino el cómo se toman esas decisions y bajo cuáles consideraciones previas.
Podríamos pensar entonces que a partir de esta concepción de gobierno corporativo, existen reglas para interrelacionar la administración, el directorio, los accionistas y los stakeholders o partes interesadas, y a partir de ello tomar las decisiones.
Pero ¿para qué?, ¿por qué como accionistas no tomamos estas decisiones directamente?, ¿por qué tenemos que sujetarnos a una estructura de gobernabilidad?
Esa gobernabilidad al final de cuentas lo que busca es gestionar los procesos de desición en pro del éxito empresarial. Para ello se consideran las costumbres, la ética, la cultura, los valores, las políticas, procedimientos, normas, entre otros.
Inclusive, una gobernanza bien parametrizada dentro de la estrategia de la empresa, colaborará con la identificación y gestión de los riesgos y automáticamente, con la sostenibilidad.
Estrategia empresarial
Una estrategia empresarial trazada para el éxito y la sostenibilidad, cada día se ve más necesitada de la eficacia y responsabilidad en sus decisiones, y esos ingredientes los aporta sin duda la gobernanza.
A falta de ello, puede entorpecerse el proceso de toma de decisiones, o bien errar en ellas y el coste por esos errores, así como el impacto negativo en los objetivos y en el desempeño empresarial podrían ser una dificultad innecesaria.
En suma, con un gobierno corporativo responsable y transparente dando paso a las buenas prácticas de gobernanza dentro de la organización, las decisiones se tornarán menos erradas y más eficaces éticas, responsables y eficientes.
Esto se traduce en valor y ventajas competitivas que, de remanente no menos importante, aportarán también vitaminas para la motivación de sus colaboradores y la reputación de la corporación.
Recuerde que para incorporar el gobierno corporativo dentro de su compañía, como mínimo debe tener en cuenta lo siguiente:
- Establezca reglamentos para los roles, responsabilidades y relaciones entre accionistas, juntas directivas, comités y alta gerencia; de forma transparente y coherente con su estrategia corporativa y de negocio.
- Defina las relaciones con sus principales stakeholders o grupos de interés, tanto a nivel interno como externo.
- Determine un mecanismo de rendición de cuentas, medición de objetivos y evaluación del desempeño del sistema con periodicidad y equidad en cuanto a la protección de los derechos de todos los accionistas.
