Tomás Gómez
Aunque el Gobierno insiste en el que Banco Interamericano de Desarrollo (BID) respalda su proyecto del tren eléctrico, los diputados de diversas bancadas alertan sobre los hallazgos hechos por el ente internacional.
Los señalamientos aparecen en el Documento de Análisis y Recomendaciones, elaborado por el Banco y remitido a la presidenta de Incofer, Elizabeth Briceño, el 25 de febrero del 2021 y cuyos alcances ha dado a conocer El Observador.
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El texto incluye advertencias sobre las proyecciones de demanda, diseño y financiamiento que llevó a los legisladores a sugerir un reinicio total del proyecto.
“Ya con este informe el informe el Ejecutivo tiene que hacer una pausa, enterrar el proyecto que tiene vigente. Si quiere iniciar nuevamente con una proyección de un proceso lo haga basado en las recomendaciones con la gran experiencia del BID”, dijo la liberacionista Paola Valladares, presidenta de la Comisión de Infraestructura.
Valladares recordó que el foro siempre insistió en la evaluación de un tercero y advirtió que el propio Gobierno no ha incluído el proyecto en la agenda pese a que los plazos siguen corriendo.
“El documento se debe de leer de de manera integral y darle la importancia requerida a todo lo que ahí se indica, no solamente la parte que algunos les interesa”, manifestó por su parte María Inés Solís, del PUSC.
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Carmen Chan, legisladora afín a Nueva República, añadió que “los informes técnicos o criterios de entidades como el BID resultan una pieza importante para valorar la viabilidad de inversiones públicas, en el caso particular de un proyecto tan excesivamente costoso como el Tren Eléctrico, insisto —pues ya lo he planteado antes— es fundamental que se cuente con estudios de demanda precisos que garanticen la rentabilidad de la inversión”.
Y Franggi Nicolás, del PLN, agregó que incluso la Contraloría ha advertido sobre el impacto que tendría el proyecto, por lo que aún falta información en los planes de Zapote e Incofer.
“Yo sigo insistiendo en que sin claridad, sin números, realmente aterrizados sería una irresponsabilidad para el país avanzar con este endeudamiento”, consideró.
Un tren de dudas y subsidios
El plan del Tren Eléctrico de Pasajeros (TEP) ha sido una de las promesas más recurrentes del actual Gobierno. Originalmente se propuso con 84 km, 46 estaciones y 78 trenes, con la meta de tener 200.000 usuarios diarios.
La obra costaría $1.553 millones y se adjudicaría por 35 años. Como parte del plan el Estado asumiría un préstamo por $550 millones con el BCIE y subsidiaría parte de la operación.
Ante ese panorama y la situación fiscal del país, el BID urgió recientemente a un generar un equipo que analice las demandas financieras. El grupo debería ser multisectorial por la inexperiencia del país con ese tipo de contratos.
“La definición de la estructura de estos aportes públicos al proyecto requerirá la participación del Ministerio de Hacienda y otras entidades públicas; de manera de lograr un Convenio de Financiación Pública con compromisos futuros de aportes al proyecto”, sostuvi el ente.
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La institución también señaló los cuidados que habrá que tener en la materia dada la fragilidad fiscal imperante.
Agregó que “es recomendable generar canales de diálogo con los principales actores
del mercado, recibir insumos que informen la definición de las premisas básicas del proyecto y la estructuración de aportes públicos”.
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Al respecto también se pronunciaron las diputadas, enfatizando en el origen de las ayudas.
Según la diputada socialcristiana María Inés Solís se sabe que este tipo de ayudas son normales a nivel internacional, pero quedan dudas sobre cómo le hará frente el país al pago.
“Aquí el cuestionamiento siempre ha sido de dónde va a salir ese dinero”, mencionó.
La diputada Chan, por su parte, alertó que la larga el subsidio podría demandar impuestos o préstamos y con ello, recaer en la población en general.
“Sería irresponsable que en una situación de crisis fiscal como la que atraviesa el país, el gobierno esté pensando en subsidiar el costo del pasaje del tren, con recursos que no dispone”, sostuvo.
Más dudas por los planes del Poder Ejecutivo
En los últimos días El Observador ha dado a conocer más hallazgos hechos por el BID al plan del Gobierno para gestar el TEP.
Aunque respaldó la idea de impulsar un tren de este tipo, la institución fustigó una serie de falencias que tendrían los estudios de demanda. Además advirtió que lo conveniente es arrancar con una sola línea y no con el megaproyecto del Poder Ejecutivo.
Entre otros, identificó:
- La demanda se calculó solo con horas pico
- No se estiman posibles efectos de la pandemia en el uso del transporte
- Se tasa un aumento de 1.300% de pasajeros sin certeza sobre el posible éxito
- Hay dudas sobre la conectividad del tren con otros transportes, lo que podría afectar su uso
Todos estos elementos llevaron a sugerir no colocar sobre la empresa ganadora del concurso las incertidumbres sobre el número de usuarios.
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“En atención a la incertidumbre en las actuales proyecciones, y con el objetivo de mejorar la
bancabilidad del proyecto, el equipo del BID recomienda adoptar un modelo de negocio donde el operador del TEP no asuma el riesgo de demanda de pasajeros”, cita el estudio.
Sugiere ejemplos como los metros de Bogotá y Lima donde se subsidia los costos operativos y no la demanda.
El Incofer, por su parte, defendió las metodologías con que hizo sus cálculos. También argumentó que “el mejor de los casos” el tren arrancaría operaciones en 2025-2026, rechazando así los señalamientos por la afectación potencial del covid-19. A su vez insistió en que el propio BID les ha recomendado no suspender los planes del tren.
