Krissia Morris Gray
La aparición de la pandemia del virus SARS-CoV-2 obligó a agilizar la ejecución de una serie de cambios en el proceso educativo que estaban pendientes y atrasados. Entre estos la educación combinada: presencial y virtual.
Estudiantes de todos los niveles pasan más tiempo en casa en el nuevo contexto educativo. Y saltan a la vista otros desafíos: el hacinamiento tecnológico y físico.
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Esta situación es confirmada en el reciente análisis Educación Remota y Hacinamiento Tecnológico: El celular salvando la clase, elaborado por el Estado de la Educación.
Es una investigación del programa Estado de la Nación que busca darle seguimiento al desempeño del sistema educativo costarricense.
Este trabajo analizó la situación de los hogares y la vulnerabilidad que estos tienen en el acceso a la tecnología.
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Crítico
Hogares con más de un menor en edad escolar recibiendo clases al mismo tiempo y compartiendo espacio en la casa, se ha convertido en la nueva tónica educativa. Esto puede generar afectación en el proceso, pues ya no es homogéneo.
“Los problemas se acrecientan cuando en una familia, estudiantes y otros miembros compiten por los espacios de la casa. Y no solo para el estudio, sino también para el teletrabajo. Esto genera hacinamiento y se vuelve crítico conforme más estudiantes tenga el hogar”, se desprende del análisis.
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El trabajo considera que existe hacinamiento en un hogar cuando hay tres personas o más por dormitorio.
Cuando el confinamiento es total, en el que toda la familia está en casa, se considera que:
- Un 4,8% de los hogares con dos estudiantes tiene problemas de hacinamiento
- Aumenta a un 10% cuando hay tres estudiantes
- Llega a un 36% de casas hacinadas cuando hay cuatro o más estudiantes
En este último caso “hace que la educación remota no sea una opción más adecuada para ellos”, reseña el estudio del Estado de la Educación.
Dispositivos y acceso a Internet necesarios
En la actualidad, además del espacio físico necesario para recibir la clase, los estudiantes requieren de dispositivos necesarios y acceso a Internet para acceder a la educación remota.
El Estado de la Educación estima que hay hacinamiento tecnológico cuando hay una carencia de aparatos tecnológicos: computadora, tableta o celular, entre los miembros de la casa que le no permite a los estudiantes estudiar ni a los padres de familia teletrabajar.
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“Se considera hacinamiento cuando la relación es de tres o más personas por cada aparato tecnológico que hay en el hogar (se incluye computadora de escritorio o portátil, tableta o celular)”, agrega el documento.
“Si bien el celular hoy por hoy está salvando la clase remota de muchos estudiantes, esto podría estar afectando su derecho a recibir una educación de mayor calidad”, advierte el Estado de la Educación.
Según ingreso y zonas
Pese que el celular tiene una presencia importante en las familias, que ronda de tres dispositivos por hogar, la disponibilidad de dispositivos varía según el ingreso y la zona de residencia de los hogares.
“Las personas estudiantes de hogares en la zona rural y las regiones periféricas del país son no solo quienes tienen menor posibilidad de tener conexión alguna, sino que en caso de tenerla esta es mayoritariamente de baja calidad y alto costo para recibir lecciones por ser de tipo móvil”, detalla el análisis.
Con estudiantes recibiendo clases remotas y personas haciendo teletrabajo, el hacinamiento tecnológico, de acuerdo a la valoración realizada por la entidad sería del:
- Hay una afectación en el 3% de los hogares del país
- Sube al 14% entre los hogares con cuatro estudiantes o más
- Si se excluye el celular, el hacinamiento tecnológico se incrementa al 51% de los hogares del país
- Alcanza el 67% en los hogares con tres estudiantes
- En aquellos hogares con cuatro o más estudiantes llega al 77%
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“La situación se complica cuando no hay buena conectividad a internet o los usuarios no pueden pagarla.
Los estudiantes de las zonas rurales y periféricas son los que se encuentran en una mayor desventaja. Esto en cuanto al acceso tecnológico con respecto a los que habitan en el centro del país. (Archivo | El Observador)
Para la entidad, los mayores desafíos se ubican en los hogares con más estudiantes. Muchos de ellos afectados por la pobreza y vulnerabilidad social.
“En estas circunstancias es urgente que el Estado genere las condiciones que se requieren para que los hogares con mayor hacinamiento tecnológico tengan acceso a dispositivos y conexión adecuados”, reseña el documento.
El Ministerio de Educación Pública (MEP) detectó, en el año anterior, 250 mil estudiantes sin acceso a Internet.
Clases presenciales permanentes
Isabel Román Vega, coordinadora del Estado de la Educación, fue enfática al indicar que, si las condiciones detectadas se mantienen, lo más recomendable será que el MEP garantice que los estudiantes afectados reciban clases presenciales permanente.
Esto por que “en las condiciones actuales es muy complicado.
Comentó que será cada centro educativo o dirección regional, que debería hacer las valoraciones correspondientes sobre la situación atravesada por el estudiantado.
El Estado de la Educación recomienda que, si las condiciones desfavorables se mantienen, el MEP debería valorar el retorno a la presencialidad en los casos que lo ameriten . Alonso Solano (El Observador)
“Lo importante es que no pase ni un año más, donde esta situación se mantenga porque esto, obviamente afecta el derecho a la educación de los niños”, reafirmó Román.
Apuntó que la medida no debería aplicar para toda la población, sino que en aquella que e ve afectada por el hacimiento tecnológico y físico, es decir que se debe focalizar la situación.
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¿Reducción en el aprendizaje?
Además de la afectación del proceso educativo a causa de la pandemia, a esto se suma el perjuicio sufrido en el 2018 a raíz de la huelga por lo que se denominó el combo fiscal, donde el curso lectivo fue suspendido de manera prolongada y que todavía no hay una recuperación.
“Hay una preocupación en el sentido de que ya tenemos esta generación con una situación que ha venido afectando las horas lectivas.
Son años en los que se ha venido afectando esta situación y que eso implica una contracción muy fuerte en el aprendizaje, lo que implica que tomemos acciones que permitan que estos daños temporales no se vuelvan en daños permanentes en la generación”, alertó Román.
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Dijo que estos estudiantes van a requerir de “planes remediales” a fin de revertir los daños académicos que presentan, pero que estos dependerán del alcance del proceso educativo.
“No es lo mismo un niño que pasa conectado que ha tenido acceso a dispositivo que le permite desarrollar la clase o el contacto con el docente cando lo tiene a un niño que tiene que estar compitiendo con su hermano el celular para recibir la clase o pueda ser que no la reciba. Es una situación que hay que analizar con detalle para que a estos niños se les de un plan remedial”, detalló Román.
Retorno y posibilidades de presencialidad
Melania Brenes, viceministra académica del MEP, manifestó que el análisis es una llamada de atención a dicho ministerio.
“Pero también a cada una de las instituciones a nivel gubernamental sobre la necesidad de movilizar, apoyar y aprobar proyectos de ley relativos a la dotación de alfabetización digital. Esto para darle conectividad de recursos tecnológicos de calidad a los más de 300.000 estudiantes que tenemos identificados en este sentido”, sostuvo Brenes.
Mencionó que el documento es de suma importancia. “Esto en el marco de la toma de acciones relativas a la generación de condiciones y, desde luego, toma en consideración la recomendación de retorno y del fortalecimiento de las posibilidades de presencialidad en aquellas comunidades estudiantiles que más lo requieran durante el ciclo lectivo del 2021”.
Krissia Morris Gray
