Tomás Gómez
Cuando no llevaba ni una hora con la cinta municipal en el pecho, al nuevo Alcalde de San José, Diego Miranda, ya le hacían consultas sobre los retos de la capital, el vencimiento del contrato de parquímetros y hasta el Festival de la Luz.
Ese parte del cambio de rol que enfrentará ahora Miranda, que por 8 años estuvo en la oposición a su antecesor, Johnny Araya.
Ahora, cómo oficialista, será a él a quien le toque enfrentar a sus contrarios.
“Siempre hay contradicción, es parte de la democracia. La nueva construcción de una democracia en San José depende también de tener una oposición, ojalá sea una oposición responsable”, dijo al respecto.
Por un lado defiende que se han preparado y que los diferendos necesitarán de argumentos. Por otro, sabe que algunos sectores el panorama pinta complicado.
“Mucha gente está muy dispuesta a colaborar y yo creo que es parte de la tarea. La tarea en política siempre y cuando se dirige un proyecto es convencer a la mayor cantidad de personas de lo que uno quiere hacer. Y eso no depende solo de mi, pero mucha de esa parte va a depender en función de lo que yo logre o no convencer a ese funcionariado”, dice.
“Ahora, también hay que ser realistas, hay mucha gente interesada en que nosotros fracasemos en nuestro proyecto para decir “vean, todo el cambio que proponían no lo lograron hacer porque era una farsa”, suma.
Al respecto dijo también que señalará a quienes sean los que intenten “torpeadear” la gestión.
¿Fumigar o cambiar de actitud?
Uno de los elementos llamativos de la toma de posesión de Miranda es que Johnny Araya no estuvo presente.
“Yo creo que si las formas en democracia siempre son importantes. Creo que si la gente lo apoya a uno, uno tiene que llegar hasta el final y el final es el traslado del mando”, dijo al respecto.
Y es en las formas donde también insiste el nuevo alcalde que se sustentará el desenlace de los proyectos venideros.
“Más que fumigar lo que hay que traer es una nueva actitud. Nosotros traemos una actitud constructiva y a quienes tengan una actitud destructiva pues la gente los va a ir apartando del camino”, amplía.
Ahí destacó también que pondrán énfasis en la comunicación y también la cercanía con las comunidades.
“La legitimidad depende de la cercanía con el pueblo, nosotros vamos estar cerca de las necesidades”, argumentó.
Las primeras semanas a cargo
Aunque ya estaba dentro de la Municipalidad, Miranda tiene ahora responsabilidades diferentes.
Pese a esos años de experiencia cuenta, por ejemplo, que ya tuvo que dedicar los meses que pasaron desde su elección para conocer más de cerca cómo funcionan algunos servicios públicos.
Ahora, ya en su nueva oficina, le toca empezar a ejecutar sus promesas.
“Tenemos prioridades, la primera es reorganizar la casa. Poder hacer que la municipalidad sea una institución que funcione en los servicios que da a la comunidad, sobre todo para preservar el bienestar de nuestro cantón”, dijo.
“Ya tenemos algunas ideas. En estos primeros quince días nos vamos a abocar a resolver algunas resoluciones que queremos echar atrás y algunas que queremos echar a andar también”, sumó.
En el menú de retos menciona desde violencia e inseguridad, hasta la necesidad de atender a las personas en condición de calle y otras poblaciones vulnerables.
