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Hostilidad comunicativa 3.0: La batalla por la reputación corporativa en la selva digital

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Observador CR

José Pablo García para El Observador

La era digital ha amplificado el alcance y la velocidad de la comunicación. Y plantea desafíos sin precedentes para las empresas de todos los tamaños y mercados.

En este entorno la hostilidad comunicativa, caracterizada por interacciones agresivas, polarización y difusión de mensajes adversos, emerge como una amenaza significativa para la reputación, sostenibilidad y la rentabilidad empresarial.

Entender la hostilidad comunicativa

Antonio Castillo y Damián G. Ponce, ambos reconocidos expertos en gestión de comunicación de crisis, entregan una clarividente definición, e inclusive sugieren una tipología muy concisa en varios de sus informes.

“Comportamiento negativo hacia una persona u organización, en el que se desarrollan por parte de actores opositores una serie de acciones que pretenden afectar la reputación. (Pero también la) credibilidad, negocio o situación social con la finalidad de provocar daño y llamar la atención de otras personas o medios hacia el asunto”.

En la actual selva digital, la hostilidad comunicativa se manifiesta a través de una serie de conductas agresivas en todas las plataformas y redes sociales existentes.

Y esto incluye actualmente la inteligencia artificial  (IA) con el  DeepFake, como un ejemplo. Aquí pueden ser ataques personales dirigidos, desinformación intencionada, comentarios hostiles, difamación y polarización.

Por supuesto, tomando en cuenta el actual entorno empresarial, este puede dirigirse tanto a la empresa en sí, como a sus representantes, a una marca,  producto o servicio.

Tipología de la hostilidad comunicativa

Expertos en el tema desarrollaron una amplia variedad de tipologías para entender con mayor facilidad el surgimiento de la hostilidad comunicativa.

A continuación, destaco las que he considerado imprescindibles para una correcta gestión  de crisis en un entorno BANI (quebradizo, ansioso, no lineal, incomprensible):

Su impacto en la reputación corporativa

Un mal manejo de la hostilidad comunicativa puede tener consecuencias devastadoras para la reputación de las empresas. Estos ataques, virales en un entorno digital hiperconectado y con el poder de las redes sociales, pueden desatar una severa crisis reputacional.

Asimismo, pueden erosionar considerablemente la confianza de los grupos de interés y disminuir la lealtad y credibilidad de la marca.

Además, la difusión de información negativa puede perjudicar la percepción sobre la calidad de los productos o servicios ofrecidos, afectando considerablemente la rentabilidad y sostenibilidad de la empresa.

La hostilidad comunicativa representa un desafío significativo para la reputación corporativa en un mundo que opera de forma digital. Sus consecuencias pueden ser profundas y abarcar múltiples aspectos, veamos algunos fundamentales:

Abordar la la hostilidad comunicativa  3.0

En la actualidad, algunas empresas han logrado abordar la hostilidad comunicativa  3.0,  como la he llamado, de forma efectiva gracias a tecnologías como Inteligencia Artificial (IA). El desarrollo de herramientas que ayudan a identificar patrones de hostilidad en línea o la creación de campañas de sensibilización para fomentar un entorno digital más positivo, han demostrado ser eficaces.

La hostilidad comunicativa es una realidad en el panorama empresarial actual, y su gestión cada día toma más relevancia, en especial por el entorno digital en constante cambio.

Las empresas deben adoptar un enfoque proactivo, apoyadas en tecnologías como la IA para anticipar,  integrando estrategias de monitoreo, respuesta rápida, comunicación transparente y aprendizaje continuo para mitigar sus efectos.

La gestión de la hostilidad comunicativa no solo protege la reputación empresarial, sino que también fortalece la relación con los consumidores y garantiza la sostenibilidad a largo plazo.

El futuro de las empresas no solo radica en la calidad de sus productos o servicios, sino también en su capacidad para gestionar la percepción del público y mantener una comunicación sólida, auténtica y resiliente, incluso en tiempos de hostilidad comunicativa.

José Pablo García Roldán