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Hoteles de abejas: una alternativa para su conservación

En Costa Rica existen alrededor de 600 especies de abejas y el 90 % son “solitarias”. ¿Qué significa esto? Que…

Por Paula Umaña

Tiempo de Lectura: 3 minutos
Hoteles de abejas: una alternativa para su conservación
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En Costa Rica existen alrededor de 600 especies de abejas y el 90 % son “solitarias”. ¿Qué significa esto? Que son abejas que no viven en colmenas, como las que solemos ver en los techos de estructuras como casas y demás, la mayoría no produce miel.

Aunque son los insectos polinizadores más importantes para el desarrollo de la agricultura y el sector de la alimentación, los especialistas aseguran que están en peligro de extinción por la pérdida de su hábitat, la reducción de los bosques y el agresivo uso de agroquímicos.

Por eso, se han buscado mecanismos para garantizar su conservación y uno de estos es la construcción de “hoteles de abejas solitarias” que se hacen usualmente con madera y bambú, y que ya se comienzan a utilizar en el país.

Cualquier persona puede tener uno en su casa, manteniendo cuidados básicos, para ayudar a preservar las abejas. Solo es necesario construir la estructura y las abejas comenzarán a llegar por sí solas.

Países como Estados Unidos, han echado mano a este invento para beneficiar a los productores de flores y alimentos, productos de gran importancia para la dieta de su población.


Los hoteles son construidos con materiales de bajo costo como bambú y barro (Foto: cortesía UCR).

Conservación y educación

Los hoteles de abejas permiten albergar diversas especies sin aguijón y les brinda un espacio para colocar sus huevos, de cara a uno de los periodos más duros para su sobrevivencia.

“Muchas de ellas hacen estos nidos en cavidades, por lo que estos hoteles son un sitio de reproducción para las abejas solitarias”, explicó Mauricio Fernández, biólogo de la Universidad de Costa Rica (UCR).

Cuando las abejas solitarias anidan, suelen ser sobreprotectoras y buscan espacios naturales reducidos como hoyos de árboles, donde los depredadores no puedan atacar a sus crías.

Una vez que depositan el huevo en uno de los orificios, la abeja proveerá polen para que su cría se alimente cuando nazca y procederá a sellar la entrada para que nada perturbe su crecimiento.

Así, es la abeja en crecimiento la que se encargará de romper la puerta de seguridad y salir al mundo exterior, sin ayuda de su madre.

Fernández explicó que además de ayudar a su conservación, los hoteles de abejas constituyen una herramienta para la educación ambiental, al mostrar la gran variedad de especies de abejas que sobrevuelan en Costa Rica, su ciclo de reproducción y su vital función como agentes polinizadores.

“Muchas personas solo conocen las abejas que producen la miel, pero desconocen estos otros grupos importantes”, añadió Fernández.

Para Paul Hanson, entomólogo de la UCR, estas estructuras podrían ser vitales para la reproducción de las abejas en la ciudad y por eso, ya fueron instalados varios en el campus de la sede Rodrigo Facio, en Montes de Oca, San José.

Además de la UCR, la Universidad Nacional también ha trabajado en la conservación de estas abejas y desde el 2015 cuenta con hoteles en sus alrededores.

Paul Hanson, entomólogo de la Universidad de Costa Rica (Video: Alonso Solano)

¡Construya su propio hotel para abejas!

Aunque la preocupación de muchas personas es la posibilidad de ser picado por uno de estos insectos, si instalan un hotel en su hogar, los especialistas aseguran que la mayoría de estas abejas solitarias no poseen aguijón y las que lo tienen, no suelen atacar sin razón.

Hanson recalcó que este tipo de abejas solitarias no representan un peligro para las personas; y que las que suelen atacar son las abejas sociales, es decir, las que viven en colmena. Lo importante, dijo el entomólogo, es no molestarlas directamente o bien pretender tomarlas con las manos, como a cualquier otro insecto.

Por eso, si usted quiere colaborar en la conservación de estos agentes voladores, puede construir su propio hotel y colocarlo en espacios abiertos, sin temor a daños.

Lo único que necesita, es un material hueco como el bambú, con orificios de diversos tamaños, u otros materiales como tejas de barro y madera.

Según Hanson, los que han sido instalados en la UCR son hoteles de una fabricación muy elaborada, pero en las ciudades y en las casas pueden utilizarse algunos trozos de madera y bambú amarrados, que son colocados en espacios exteriores como jardines.

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