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IATA presenta el camino a seguir en bioseguridad para reactivar el transporte aéreo

La aviación mundial enfrenta uno de los mayores retos en su historia: el nuevo coronavirus vino a frenar casi por…

Por Paula Umaña

Tiempo de Lectura: 4 minutos
IATA presenta el camino a seguir en bioseguridad para reactivar el transporte aéreo
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La aviación mundial enfrenta uno de los mayores retos en su historia: el nuevo coronavirus vino a frenar casi por completo la actividad aérea. Ahora, el desafío es volver a poner en marcha la industria asegurando al mismo tiempo que no es un vector significativo para la propagación de COVID-19.

Según la Asociación Internacional de Transporte Aéreo (IATA), el contexto actual supondrá hacer cambios significativos en todo el proceso de experiencia del viaje en avión: antes del vuelo, en el aeropuerto de salida, a bordo y después del vuelo.

Para esto, asegura, se requerirá que los gobiernos asuman nuevas y amplias responsabilidades en cuanto a la evaluación e identificación de los riesgos para la salud de los viajeros, como hicieron los gobiernos para la seguridad después del atentado del 11 de setiembre del 2001, en Estados Unidos.

Esta semana, IATA presentó una hoja de ruta recomendada para reactivar la actividad, con varias etapas de acción en la que deben intervenir tanto los Estados, como los aeropuertos y pasajeros. Los planteamientos de la Asociación en temas de bioseguridad se resumen así:

Previo al vuelo

  • Trazabilidad de pasajeros: recolectar la información de contacto más detallada de los pasajeros que pueda ser utilizada para fines de trazabilidad. De ser posible, los datos deberían recopilarse en forma electrónica y con antelación a la llegada del pasajero al aeropuerto.

Aeropuerto de origen

  • El acceso a las terminales de los aeropuertos debería limitarse a los trabajadores, los viajeros y los acompañantes en situaciones como las de los pasajeros con discapacidad, con movilidad reducida o los menores no acompañados.
  • El control de la temperatura debería realizarse en los puntos de entrada al edificio de la terminal y ser lo más eficiente posible.
  • El distanciamiento físico debe ser de acuerdo con las normas y reglamentos locales.
  • En conjunto con la autoridad aeroportuaria local, el flujo de pasajeros a través de la terminal – facturación, inmigración, seguridad, sala de espera y embarque – debe ser modificado para asegurar el distanciamiento físico.
  • Uso de mascarillas y EPP: Se debe seguir la orientación de las autoridades sanitarias locales. IATA, sin embargo, recomienda el uso de protectores faciales para los pasajeros junto con el equipo de protección personal (EPP) adecuado, para los trabajadores de la aerolínea y del aeropuerto.
  • Limpieza y desinfección del equipo: las líneas aéreas, los aeropuertos y los gobiernos deben cooperar para asegurar que el equipo y las infraestructuras se desinfecten y que se pueda disponer fácilmente de gel hidroalcohólico.
  • Pruebas de COVID-19: se trata de una medida que debe incorporarse al proceso de pasajeros tan pronto como se desarrolle una prueba rápida efectiva, validada por la comunidad médica.

El 18 de marzo de este año Costa Rica cerró sus fronteras a personas extranjeras. Con esto, gran parte de los vuelos hacia el país fueron cancelados y hasta el momento la medida continúa.

Check-in y embarque

  • IATA sugiere que los gobiernos eliminen cualquier obstáculo reglamentario que impida el uso de tarjetas de embarque impresas en el móvil o en el hogar, al igual que las etiquetas de maletas electrónicas o impresas también en el hogar y la captura de datos personales en línea.
  • En los aeropuertos, se deberán habilitar opciones de autoservicio limitando el contacto físico con el pasajero en los procesos aeroportuarios.
  • Los aeropuertos tendrán que rediseñar las áreas de entrada y los gobiernos tendrán que adaptar las normas y reglamentos locales aplicables. Se debe facilitar el uso de la automatización, como el auto-escaneo y la biometría, para el embarque.

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Durante el viaje 

  • Se recomienda el uso de protectores faciales por parte de los viajeros en situaciones en las que no se puede mantener la distancia física, incluso en vuelo. A este respecto, no debe suponerse que sería necesario un distanciamiento físico a bordo (por ejemplo, mediante asientos bloqueados).
  • Se han elaborado directrices para la tripulación de cabina que incluyen el tratamiento de un caso sospechoso de enfermedad transmisible a bordo, para lo cual la OMS también ha alineado la orientación. Esto incluye asesoramiento para un servicio simplificado y un servicio de comidas preenvasadas.
  • Se podrían proporcionar toallitas sanitarias a los clientes para limpiar los espacios que les rodean, y aplicar procedimientos para limitar los movimientos a bordo.

Avianca, una de las líneas aéreas más antiguas de la región, se declaró en bancarrota a inicios de mayo (Foto: Juan BARRETO / AFP)

Llegada al destino 

  • De ser necesario, es preciso utilizar equipos de control masivo de temperatura no intrusivos y el control debe realizarse con el debido distanciamiento social y de la manera más eficiente posible por personal debidamente capacitado que pueda enfrentar con seguridad la posibilidad de que exista un pasajero enfermo.

Control migratorio y aduanero

  • En los casos en que se requieran declaraciones a la llegada, los gobiernos deberían considerar opciones electrónicas (aplicaciones móviles y códigos QR) para reducir al mínimo el contacto entre personas.
  • Para las formalidades aduaneras, se recomiendan, cuando sea posible, carriles verdes/rojos para las autodeclaraciones.
  • Se sugiere que los gobiernos simplifiquen los trámites de control fronterizo, permitiendo procesos sin contacto (por ejemplo, la lectura de los chips de los pasaportes, el reconocimiento facial, etc.), estableciendo corredores especiales y capacitando a sus agentes para detectar señales de pasajeros enfermos.

Recolección de equipaje

  • Buscar las soluciones necesarias para que la recolección de equipaje sea rápida y que los pasajeros no tengan que esperar demasiado tiempo en la zona de recolección.

Según IATA, la reanudación con éxito de los viajes de pasajeros aéreos y el restablecimiento de la confianza en la seguridad de los viajes en avión, son requisitos previos vitales para permitir que la economía mundial se recupere del COVID-19.

En contextos normales, la aviación aporta 2,7 billones de dólares al PIB mundial. Cada uno de los 25 millones de empleados de la industria aérea ayuda a mantener hasta 24 puestos de trabajo más en la economía en general y más de un tercio del comercio mundial por valor se mueve por vía aérea.

Algunas aerolíneas reanudarán sus operaciones en las próximas semanas. Una de ellas es  la chilena-brasileña LATAM, la más grande de América Latina, que anunció este miércoles que reanudará desde junio de manera gradual sus operaciones, reducidas un 95% desde abril a causa de la expansión del coronavirus.

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