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Idiosincrasia e instituciones complican eficacia al “martillazo” en el país, según expertos

La idiosincrasia del país y las falencias de distintas instituciones llevan a Costa Rica a tener un manejo diferenciado de…

Por Tomás Gómez

Tiempo de Lectura: 3 minutos
Idiosincrasia e instituciones complican eficacia al “martillazo” en el país, según expertos
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La idiosincrasia del país y las falencias de distintas instituciones llevan a Costa Rica a tener un manejo diferenciado de la pandemia respecto a otros países vecinos aún en los momentos más duros.

Sin un ejército que vigile las calles, un marco legal que permita el toque de queda y hasta sin un Estado que asegure las posiblidad de realizar los trámites de manera 100% digital las medidas tomadas por las autoridades terminan marcadas por distintos matices.

Con ayuda de números, registros y proyecciones, El Observador conversó con el experto Tomás de Camino quien destacó que el país comienza a sentir ahora los verdaderos alcances de la pandemia, a diferencia de la pequeña ola que se dio al inicio.

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Desde sus estudios, de Camino detalló cómo un “lock down” o un congelamiento de actividades general topa con dificultades prácticas para su ejecución.

“Aquí no me pueden prohibir salir de la casa, en otros países sí se puede. En otros países se puede poner toque de queda y que a la gente se la lleven presa por salir a las cinco de la tarde, aquí no se puede entonces eso dificulta bastante”, destacó.

De Camino, doctor en biología matemática, señaló además el hecho de que la pandemia sorprendió al país sin los ajustes requeridos en su institucionalidad para poder operar de manera virtual y forzando a que el algún momento de los trámites incluso bancarios muchas personas tengan que terminar en una fila presencial.

“La capacidad de innovación para mi ha quedado clara que el país no la tiene. Tiene un enfoque muy paternalista, no es un Estado facilitador”, agregó.

Aunque se habían reducido al máximos las operaciones de las líneas de buses fue necesario ajustar la normativa para ampliar los permisos (Foto: Alonso Solano)

Menos encerrados

Asegurar el distanciamiento social y reducir el movimiento ha sido parte de la misión gubernamental desde el arranque de la pandemia, cuando se comenzaron a tomar medidas de restricción y cierre de negocios.

Justo al cumplirse el primer mes con casos de coronavirus llegó Semana Santa y con ella un primer freno facilitado según el experto por la previsión de que se trataba de fechas de receso.

El disparo de casos en una segunda ola forzó a acelerar la aplicación del “martillo” desde la segunda semana de julio pero según los datos del movilidad la baja en las actividades ya no fue tan certera, aún más a partir de la tercera semana del mes cuando sin avisos previos las restricciones fueron extendidas por 15 días más.

Ante el dinamismo que se siguió notando en las calles, Tomás de Camino destacó que la medida no era integral y no “facilitaba el contexto”.

De acuerdo con el experto, las disposición estuvo marcada en su mayoría por una regulación al tránsito vehicular pero no actividades, lo que forzó a las personas a seguir saliendo a la calle.

Así, decenas de empleos presenciales siguieron en labores, lo que forzó a que entonces incrementara la demanda del transporte público, al cual también se le habían hecho reducciones de operaciones, lo que impidió garantizar el distanciamiento y las facilidades entre usuarios.

Aunque de acuerdo con el experto llevar a teletrabajo la mayoría de opciones posibles es la medida más adecuada, aquellos negocios que mantienen su funcionamiento en instalaciones también podrían hacer ajustes como horarios escalonados, evitando aglomeraciones.

Salud queda satisfecha

En medio de los cuestionamientos a la eficacia de las restricciones y las dificultades para retener a más gente en los hogares, el Ministerio de Salud indicó que validaba los resultados de la medida tanto en recuperación del rastro epidemiológico como por casos.

“No es que estamos tranquilos del todo teniendo 500 0 600 casos pero también si no hubiéramos aplicado lo que aplicamos estaríamos en una cifra mucho mayor”, dijo el ministro Daniel Salas.

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El jerarca agregó la política también permitió desacelerar la ocupación de campos hospitalarios.

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