Marco Marín
Desde este miércoles comenzó a regir el cuarto aumento en los precios nacionales de los combustibles. Dicha alza constituye en una de las más altas aplicadas en el país, en los últimos años.
Si bien la situación responde, principalmente, al recorte de la oferta por parte de la Organización de Países Exportadores de Petróleo (OPEP), el impuesto único a los combustibles que existe en Costa Rica, hace que estos incrementos le resten competitividad a las empresas del país.
Así lo manifestó, este miércoles, la Cámara de Industrias de Costa Rica (CICR), la cual agregó que, además de bajar este impuesto, es importante acompañar ese esfuerzo con una facilitación en la importación de otros combustibles, como el gas natural.
“En el país estos aumentos se hacen más pesados para los consumidores, por el impuesto único a los combustibles. Para la gasolina Súper y Plus ha representado, en promedio, 41% en los últimos 10 años. En el caso del Diesel ha representado un promedio de 30% en el mismo periodo.
“Esto hace que se pierda competitividad, pues aunque los países competidores importen los mismos combustibles, ese impuesto único que es más alto en Costa Rica, lo que puede sacar de competencia los precios de los productos costarricenses”, explicó el director ejecutivo de la Cámara, Carlos Montenegro.
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Poca producción
El portavoz señaló que, con estos aumentos, algunos sectores como la manufactura de alimentos y bebidas, la metalurgia y equipo de transporte son algunos de los más afectados.
La situación es aún más preocupante al considerar que, a nivel mundial, el único sector estable durante la pandemia, fue el de la elaboración de productos alimenticios.
Con el fin de estabilizar y elevar el precio del crudo, la OPEP ha mantenido recortes de producción, de manera sistemática, desde el 2016. Con la crisis sanitaria la situación se agravó.
A esto agregó la afectación causada por el invierno en el estado de Texas influyó, que sacó de operación a varias refinerías. Hubo equipos que se congelaron, lo que provocó una salida no programada de refinerías.
Así lo explicó recientemente el director de Finanzas de la Refinadora Costarricense de Petróleo (Recope), Luis Carlos Solera.
Aunado a esto, en los próximos meses se espera un mayor consumo debido al avance de la vacunación a nivel mundial, lo cual se traduce en más gente movilizándose de un lado a otro.
Por esta razón, el gremio considera que urge bajar el impuesto, más al considerar que las empresas del sector industrial fuera del régimen de zonas francas, alcanzarían el nivel de producción prepandemia hasta el 2022.
Esto ascienda a poco más del 90% del parque industrial.
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¿Contraproducente?
Los recursos que genera el arancel son empleados para gastos que tiene el gobierno central. No obstante, las medidas restrictivas aplicadas por el Gobierno, con motivo de la pandemia, le generaron una baja considerable en su recaudación durante el 2020.
Con respecto al 2019, Hacienda dejó de percibir ¢115.663 millones. Durante el año pasado, el monto recaudado, por concepto de impuesto único, fue de ¢436.383 millones. Así lo confirmó, de forma preliminar, dicho Ministerio tras la consulta de este medio.
El impuesto único a los combustibles es un tributo contemplado en las tarifas de los productos que compran los consumidores (gasolinas, diésel, GLP, keroseno y otros). Este tributo debe ser girado a Hacienda.
Marco Marín
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