Sergio Arce
«El Gobierno no genera los puestos de trabajo, en Costa Rica particularmente será la empresa privada la que genere la gran cantidad de puestos de trabajo”.
Estas palabras son del presidente de la República, Carlos Alvarado, quien las externó el pasado jueves al hablar del desempleo registrado hasta abril (cerca del 16%), aunque existen empresarios que ven con dificultad la generación de más empleo al considerar que existen inequidades en la aplicación de las restricciones sanitarias para los comercios.
Esta molestia surge luego de que el jueves pasado se anunció la tercera etapa de reapertura económica a partir de este fin de semana.
Los comercios, tales como restaurantes, tiendas por departamento, ventas de electrodomésticos y pequeños locales entre otros, anunciaron que estaban listos para atender a sus clientes aplicando las medidas sanitarias, en especial porque podrían mejorar sus pronósticos económicos gracias a la celebración del Día del Padre.
Sin embargo, 24 horas después el ministro de Salud, Daniel Salas, dio marcha atrás con la reapertura ante el aumento de casos de COVID-19. Así las cosas el país regresaría a la fase que se aplicó en Semana Santa cuando solo estuvieron abiertos muy pocos negocios -principalmente hipermercados- y el resto tuvo que bajar sus cortinas de metal.
Precisamente, el 24 de abril Rodrigo Hernández Cordero firmó un campo pagado en el diario La Nación en el que expresó su malestar por la “situación de desventaja” en la que se encuentran las empresas comerciales nacionales en la actual coyuntura.
Su queja radica en el hecho de que dijo que existen negocios que no solo venden víveres, sino también “ropa, juguetes, electrodomésticos, llantas, herramientas, artículos deportivos, muebles, artículos de oficina, ferretería, artículos para el hogar y múltiples categorías adicionales no relacionados con alimentos”, detalló el campo pagado.
Hernández hizo un llamado a las autoridades de Gobierno para “subsanar esta grave injusticia” en vista que comerciantes locales que también se dedican a la venta de dichos artículos sí tuvieron que cerrar sus puertas.
“Es muy injusto”: reclamo empresarial
Este sábado se repitió el escenario descrito en ese campo pagado del 24 de abril: pocos negocios abiertos, solo aquellos dedicados a la venta de alimentos y, otros pocos, con un surtido que incluye artículos diversos para el hogar, para el carro o el deporte. También las farmacias y restaurantes o sodas pudieron operar pero solo con servicio express.
Carlos Federico Monge, de Grupo Monge, lamentó la “desventaja” del comercio nacional frente a las grandes superficies como los hipermercados.
“A nosotros nos tienen cerrados y las grandes superficies tipo Walmart y Pricesmart pueden abrir el fin de semana y vender zapatos, ropa, llantas, electrodomésticos.
“Es una política súper injusta. O como decían antes: o todos somos narizones o todos somos narigones. Es decir: o cierran el fin de semana las islas de ventas de ropa y electrodomésticos de los hipermercados y todos quedamos en igualdad de condiciones, o nos abren a todos, pero es muy injusto para los comerciantes locales”, expresó Monge.
César León, propietario de La casa de los precios bajos en Santo Domingo de Heredia, coincidió con Monge al asegurar que hay un “trato injusto” para los negocios, no importa si son pequeños, medianos o grandes.
Mario José Crespo, de las tiendas por departamento Llobet, lamentó que Salud haya anunciado “drásticamente” el freno en la activación de la fase 3, porque aseguró que no solo se genera un clima de “incertidumbre”, sino que se propicia la “discriminación”.
“Para uno poder abrir un negocio, atender clientes, se necesita tener las previsiones del caso: personal, mercadería, para estar preparados. Así que las medidas afectan al sector empresarial, no a los empresarios, sino a todas las personas que laboran en el sector y que reciben un salario para sostener a sus familias.
“Esto genera preocupación, porque se genera un clima de incertidumbre en el país porque no se sabe cuando el Gobierno tomará una medida de la noche a la mañana”, expresó Crespo.
Por su parte, Julio Castilla, presidente de la Cámara de Comercio, expresó: “como Cámara de Comercio el foco nuestro ha sido buscar la pronta reapertura de todas nuestras empresas asociadas, ya sean pequeñas, medianas o grandes y nos mantendremos en esta línea, con el fin de que todas puedan estar operando bajo el cumplimiento de las medidas sanitarias que nos ha impuesto el Ministerio de Salud. Nuestro principal fin es preservar el empleo de los costarricenses”.
Preocupación en sector de alimentos
La vocera de la Cámara Costarricense de Restaurantes (Cacore), Clemencia Palomo, aseguró que los restaurantes han trabajado fuerte durante los últimos días en la preparación, publicidad y contrataciones necesarias para satisfacer la demanda que se esperaba para este sábado y domingo.
«Estamos en shock. Teníamos gente contratada, una estrategia comercial, materias primas compradas y sintiendo que ya estábamos en un proceso de recuperación (…), todo se echa para atrás. Estamos ajustando la operación con una reacción de tiempo limitado de horas», comentó Palomo a este medio el viernes.
Asimismo, dijo que el tiempo con el que se les avisa las nuevas restricciones fue insuficiente para modificar los planes de venta y que ahora los restaurantes deberán hacer todo lo posible para conseguir hasta motorizados.
Tanto Palomo como Castilla aseguraron ese día que las medidas anunciadas el viernes por Salud son un castigo para los sectores que han cumplido con los protocolos e indicaciones. Pese a que reconocen la importancia de las restricciones, alegan que debieron ser hechas con mayor antelación.
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Esta noticia se publicó originalmente el 21 de junio.
