Juan Pablo Arias
Carlos Peña para El Observador
El año pasado, en el marco de la negociación para la adquisición de un negocio conocí a una persona denominada “influencer”, sumaba en sus redes sociales más de 120.000 seguidores.
Lo interesante de esa experiencia es que hablando con los socios del negocio consideraban que el tipo de seguidor que este “influencer” tenía era poco efectivo para atraer a los clientes que el negocio requería.
Un “influencer” se supone es una persona que tiene una gran presencia en redes sociales por medio de miles de seguidores que participan, comparten y consumen el contenido hecho por esta persona de forma sostenida en el tiempo, lo que haría pensar, por obvias razones, que esta persona es capaz de difundir un mensaje con mayor facilidad a que si lo hace una empresa directamente.
Se supone que en el uso de personas “influencers” se podrá gestar una forma de vender sin vender, es influir en los gustos y preferencias del consumidor por medio del uso de una persona “conocida” y “validada” por ciertos grupos sociales.
Hay diferentes tipos de influencers, están los “micro” que son personas con 10.000 seguidores en alguna red social, enfocadas en un nicho de tema. Luego, están los “mega influencers”, con más de 100.000 seguidores en una o varias redes sociales.
En lo particular he utilizado la figura del “influencer” para difundir algún mensaje que me resulte importante pero no determinante, como hacer de conocimiento de algún evento o de algún esfuerzo por parte de alguna de los emprendimientos sociales que he conducido.
El uso de un influencer es efectivo si es darse a conocer, pero traducir eso en tráfico y ventas para el negocio hay que revisarlo a mayor profundidad.
Los verdaderos “influencers” son personas creadoras de contenido considerado valioso para los espectadores, dígase criterios técnicos para un tema determinado, consejos basados en técnicas conocidas u opiniones bien fundamentadas.
Luego, está el “influencer estrella” que son personas que copian contenidos de otros o tienen contenido de entretenimiento, por eso no es casualidad usualmente ver mujeres jóvenes muy hermosas con miles o inclusive millones de seguidores.
Me llamó mucho la atención hace unos días ver a una chica de escasos 22 años con 225.000 seguidores en Instagram y cerca de 75.000 en Facebook publicar que andaba buscando trabajo; pensaba a mis adentros que mala gestión de manejo de redes porque fácilmente podría tener una tienda virtual de cualquier cosa, con el 1% de esos seguidores que al menos intenten comprarle tendría muchos clientes.
Un amigo de maestría, experto en mercadeo digital, me comentaba que el tema de esos “mega influencers” con enfoque de estrella lo que hacen es atraer un tipo de seguidor inútil para ventas, son espectadores que buscan morbo y entrenamiento, no conocer nada del perfil del influencer.
En efecto, esta influencer hace muchos bailes, comparte sus fotos de paseos, pero nunca un contenido con información de nicho.
Mientras, por otra parte, vi un influencer en marketing con 5.000 seguidores y este decía que es más importante tener pocos seguidores que en efecto te admiren, consuman el contenido creado y confíen en el difusor del mensaje para que este medio sea efectivo.
En mi experiencia personal tengo ciertamente pocos seguidores, pero sí he notado que mis publicaciones me han deparado una lista de perfiles bastante efectivos para los fines que persigo.
El juego de las redes sociales para las ventas es muy amplio, hay que dedicarle una buena cantidad de tiempo, pero si se trabaja bien me parece que es una mega herramienta.
He conocido influencers realmente efectivos, de nicho y que para mí son ejemplos claros de la efectividad de información correcta, por ejemplo, Pía Nutrición es un perfil en Instagram de una nutricionista con especialidad deportiva. María Pía Gutierrez es la emprendedora que maneja dicho perfil, es la dueña de la clínica y es la creadora del contenido, pero verán alta calidad, buenos consejos, información actual y relevante lo que la hace una influencer perfecta para aquellas marcas que su destino son personas con consciencia en su alimentación.
Las redes sociales bien manejadas son una excelente herramienta para escalar su negocio; es cuestión de revisar adecuadamente la estrategia y las tácticas a emplear.
