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Intensamente 2: combina claridad y honestidad con dinamismo y buen humor

Pixar nos ha demostrado a lo largo de estos años que, con un poco de cariño y atención, las secuelas pueden ser tan buenas como las originales.

Por Blog

Tiempo de Lectura: 4 minutos
Intensamente 2: combina claridad y honestidad con dinamismo y buen humor
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Popcorn506 para El Observador

Se suele decir que Pixar no tiene ninguna película mala, y esto puede sonar a exageración. Pero, en casi tres décadas y con casi treinta largometrajes a sus espaldas, el nivel general ha sido altísimo.

Obviamente, si queremos que todas las películas sean como Coco o como Toy Story, es un deseo muy complicado de alcanzar.

Pero, siendo honestos, la mayoría están más próximas que alejadas. Hay pocas productoras con una media tan elevada en el conjunto de sus películas.

Precisamente, una de las más grandes de los últimos años fue Intensamente, de la cual se acaba de estrenar la segunda parte. Y, cómo no, aquí vamos a tratarla con todos los sentimientos y las emociones posibles.

No hay que tener miedo a las secuelas cinematográficas

Que las películas más exitosas hayan tenido una continuación es una práctica normal desde hace muchas décadas. Pero el abuso de esta práctica nos ha llevado a desconfiar como espectadores y, también, desde el lugar de los productores.

No son pocos los casos en los que una secuela poco acertada echa al barro el crédito conseguido por grandes primeras entregas, provocando que los espectadores vayan siempre con dudas y prejuicios a las salas.

Pero Pixar nos ha demostrado a lo largo de estos treinta años que, con un poco de cariño y atención, las secuelas pueden ser tan buenas como las originales.

El ejemplo más evidente es el de Toy Story, cuya saga se prepara para la quinta entrega y de las que no podemos tener queja.

Con esto, queremos eliminar ese primer filtro que muchas veces lleva a evitar los carteles que tienen numeritos después del título. Y, de esta manera, animar a hacer clic en la opción Intensamente 2 al comprar las entradas para el cine.

La continuación más natural posible

Si en la primera entrega nos veíamos sumergidos en la mente y las emociones de una niña, en esta ocasión lo hacemos en la mente de esa niña ya convertida en adolescente.

Esto es un gran acierto, porque no busca muchas más complicaciones y el guión se aferra a lo que funciona.

La novedad es la continuación más natural posible, que es abordar los conflictos que vienen dados a las nuevas emociones que llevan en la adolescencia.

No hace falta decir que todos somos conscientes de lo complicada que es esa etapa en la mente de los jóvenes, por lo que las posibilidades que se abren ante la ansiedad, la vergüenza o el aburrimiento son casi infinitas.

Y la película lo aprovecha a la perfección, gracias a mantener también ese estilo que combina claridad y honestidad con dinamismo y buen humor.

Es un grandísimo mérito, porque tratar estos temas en una obra de ficción siempre es muy delicado, y más aún cuando la obra está dirigida a un público familiar, pero principalmente infantil y juvenil.

La historia va bien acompañada

La parte visual no se queda atrás. Cuando, hace ya nueve años, vimos la primera entrega de Intensamente, quedamos maravillados ante la gran imaginación y la excelente compenetración que se había conjugado entre la historia, los personajes y el estilo visual de la película.

En Intensamente 2 al igual que con el guión, el diseño de imagen es una continuación fluida desde la original y se fusiona a la perfección con la historia y los personajes.

Todo esto nos lleva de la mano a través de los 100 minutos que dura la película, con un ritmo que no da oportunidad al aburrimiento ni a la ansiedad, aunque los tengamos presentes durante gran parte del metraje.

En definitiva, se puede decir que es una suerte que esta película haya resultado tan redonda. Es una segunda parte muy agradecida y nuestra previsión es que, al igual que la primera, va a conseguir permanecer en el tiempo sin envejecer mal.

Es decir, dentro de diez, quince o treinta años, seguirá siendo una obra que apetece rescatar y que, dicho esto, descansará en el estante de los clásicos, al igual que ya lo haceIntensamente y también lo lleva haciendo las entregas de Toy Story desde los noventa.

 

Popcorn506