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La carta que una de las denunciantes del Banco Mundial le envió a Mr. C (Rodrigo Chaves)

  Una de las economistas que denunció a Rodrigo Chaves, exministro de Hacienda, ahora candidato presidencial y en ese momento…

Por Tomás Gómez

Tiempo de Lectura: 4 minutos
La carta que una de las denunciantes del Banco Mundial le envió a Mr. C (Rodrigo Chaves)
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Una de las economistas que denunció a Rodrigo Chaves, exministro de Hacienda, ahora candidato presidencial y en ese momento alto funcionario del Banco Mundial, le contó a sus superiores e investigadores del caso, que tras rechazar invitaciones en múltiples ocasiones, finalmente aceptó un almuerzo. Fue el 5 de junio del 2009.

Ella dijo que creía que iban a almorzar en las instalaciones del Banco pero Mr. C, como cita a Chaves la Decisión N. 64 del Tribunal Administrativo del Banco Mundial, había hecho la reservación en un restaurante.

La mujer narró que el almuerzo fue incómodo, que Mr. C quería que ella bebiera de su vaso como si tuvieran gran cercanía; que la invitó a probar el ceviche que había ordenado y que además hizo comentarios inapropiados que la hicieron sentir incómoda.

Contó que le preguntó sobre su novio y “luego hizo una insinuación de que si él era más joven [que ella] entonces tenía que satisfacerla [de] diferentes maneras ”. Que entre otras cosas, le preguntó si alguna vez lo había engañado y que si se había enredado con hombres casados.

El informe de los investigadores señala que la economista declaró que respondió a los comentarios y preguntas del Mr. C “literalmente mirando el plato”, “literalmente congelada […] en completo estado de shock”

La joven explicó que uno de los motivos por los cuales aceptó el almuerzo, fue porque él (Chaves) dijo que quería hablarle de unos rumores que había escuchado sobre ella. Luego, cuando trató de hablar del tema notó que él lo evadió y luego le dijo que no habían tales rumores y solo era una excusa que usó para que accediera ir a almorzar con él.

Posteriormente, le contó a sus superiores de lo que había pasado y le escribió la siguiente carta a Chaves. (La carta a continuación es una traducción no oficial)

 

Estimado Mr. C

En aras de la honestidad y el respeto, tengo que abordar un tema algo incómodo.

Usted podrá haber notado que durante y desde nuestro almuerzo, a principios de junio, yo he he tomado distancia. Debo ser sincera y admitir que el almuerzo fue bastante incómodo para mí.

Algunas de sus actitudes, gestos y los temas explícitos de la conversación y la naturaleza privada de algunas de las referencias me tomaron por sorpresa y las encontré inapropiadas para un almuerzo.

Me tomó por sorpresa y desorientada ese almuerzo y quedé bastante confundida, y busqué la asesoría (de mi Supervisor) y guía del Defensor, ambos de forma estrictamente confidencial, sin embargo, ambos saben que le enviaría este correo electrónico.

Puede que le moleste esto, pero dado que “soy relativamente nueva en el Banco”, no tenía idea a quién pedir orientación, ni sabía cómo manejar la situación. No quiero ser confrontativa o parecer amenazante.

No quisiera escalar las tensiones e incomodidades, me gustaría simplemente mirar hacia adelante, y estas razones me llevaron a escribirle el presente correo electrónico.

En este punto, no creo que sea productivo revisar o analizar lo que se ha dicho o cómo se dijo. Simplemente me gustaría seguir adelante.

Para evitar posibles malentendidos futuros o circunstancias incómodas, creo que debemos evitar abordar temas de naturaleza privada.

Es mi prioridad preservar el espíritu de compañerismo que es un sello distintivo del trabajo y del ambiente en nuestras oficinas.

Espero que pueda entender las buenas intenciones subyacentes a este correo electrónico y mi deseo de ser honesta, franca y respetuosa en un esfuerzo por no dañar la relación relación profesional.

 

La respuesta de Mr. C

Mr. C respondió a la economista investigadora con el siguiente correo electrónico:

“Tomo nota de su solicitud de no discutir asuntos personales y estaré encantado de acatarlo. Dicho esto y con el mismo espíritu de honestidad y respeto que invoca en el documento. Me permito reaccionar a su correo electrónico.

Primero, su correo electrónico realmente me sorprende porque no he tenido ninguna indicación anterior de su preocupación y porque, contrariamente a su suposición, no he notado que usted se hubiera distanciado.

De hecho, no motivos que me hicieran notar  su presunto distanciamiento como la mayoría de nuestras pocas interacciones son aleatorias, en presencia de otras colegas, y se limitan a conversaciones casuales.

Como recordará, le mencioné que la idea del almuerzo se originó en un comentario de uno de sus colegas quien me habló de que pensaba que a usted le podría beneficiar recibir tutoría de personal experimentado del banco fuera del ambiente de la oficina.

Además, tenga en cuenta que soy el Coordinador de Diversidad e Inclusión de mi departamento. Como tal, estoy obligado a identificar talentosos economistas a quienes eventualmente podría reclutar.

También me perturba su correo electrónico. Fácilmente podría haber considerado hacer una indicación verbal de su solicitud. En su lugar, eligió ponerse en contacto con su gerente y el Defensor del Banco (y posiblemente otros colegas del Banco), lo que difícilmente parece ser una primera instancia razonable para tratar de abordar el tema.

Lamentablemente, sus acciones podrían interpretarse como amenazantes en vista de las potenciales implicaciones negativas en mi reputación, la relación con mi familia y mi carrera en el Banco.

En consecuencia, me gustaría hacerle la amable solicitud que se abstenga de hacer más comentarios sobre estas situaciones para evitar más lesiones y daños, a mi persona. Al igual que usted yo, no quiero ser conflictivo ni parecer amenazante.

También es mi preferencia no escalar el problema y mantener una  buena relación profesional. No obstante, también me parece legítimo revisar la opciones que ofrecen los mecanismos de resolución de conflictos del Banco para proteger mi integridad, como estoy seguro de que comprenderá, en caso de que las acciones / comentarios de cualquier colega sea injustificable y lesivos.

Para terminar, quiero asegurarle que nunca ha sido mi intención hacerla sentir incómoda y que me esforzaré por evitar, por todos los medios razonables cualquier circunstancia que la pueda incomodar.

Lamento profundamente que haya malinterpretado mis acciones. No le guardo ningún resentimiento.