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La corrupción: ¿cómo eliminarla?

Carlos Peña para El Observador La corrupción para diferentes personas significa diferentes cosas. Pero lo que es cierto es definirla…

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La corrupción: ¿cómo eliminarla?
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Carlos Peña para El Observador

La corrupción para diferentes personas significa diferentes cosas. Pero lo que es cierto es definirla como tomar ventaja o entorpecer el buen funcionamiento de algún proceso institucional establecido con el fin de obtener un beneficio o castigar a alguien determinado.

Los síntomas de la corrupción son múltiples. Más allá de sólo la sustracción o desviación de dinero, es también el favorecimiento específico para obtener ventajas ilegítimas que en condiciones normales no sucederían.

Los actos de corrupción son más notorios en las entidades públicas porque ciertamente sus efectos son más constatables dentro de la ejecución del Estado para crear bienestar, pero también en la empresa privada suceden acciones indebidas que cuestan dinero a los socios, proveedores y clientes.

He sido testigo, muchas veces, que en la empresa privada se dan abusos en las negociaciones de contratos con el fin de beneficiar específicamente a personas ligadas a la cadena de compras o pagos dentro de las empresas. No es de interés público ciertamente estas acciones, porque en una empresa no hay un impacto social directo, pero no deja de ser negativo para la empresa y sus socios porque muchas veces las empresas terminan recibiendo servicios costosos de baja calidad o entran en problemas legales con clientes o entidades gubernamentales.

Las prácticas de buen gobierno corporativo son la herramienta perfecta para disminuir este riesgo. El que diga que la corrupción será erradicada de las entidades, cualquiera que sea, es iluso y mentiroso porque es algo imposible de lograr. Todas las entidades humanas están sujetas a actos de corrupción de alguna forma.

Lo que se puede hacer es disminuir las oportunidades y crear mecanismos eficaces de rendición de cuentas en todo el accionar público o privado.

En los pasados años se han creado, dentro de las oficinas de abogados o empresas, departamentos especializados en una rama de procesos llamada “compliance”. Estos departamentos tienen como función única revisar que los procesos, especialmente de contratación, hayan sido manejados conforme a la normativa aplicable.

En países desarrollados, a veces, las empresas son exigidas de tener estos departamentos para que puedan presentar informes financieros y administrativos certeros y así evitarles problemas a los socios.

Por ejemplo, empresas que cotizan en ciertas bolsas de valores se les exigen estados financieros auditados. Para eso, estas empresas internamente, y de forma preventiva, tienen departamentos o firmas de abogados trabajando en cumplimiento para que su labor fiscalizadora sea más adecuada.

En Costa Rica no es usual que las empresas recurran a estos servicios, pero deberían revisar esta herramienta. Estoy acostumbrado a escuchar a empresarios, en compañías medianas y grandes, quejarse de empleados que abusan de sus puestos para ganar dinero adicional. Lo hacen por medio de contratos que fueron otorgados con altos sobreprecios, condiciones ruinosas o inclusive a proveedores que no tenían que siquiera ser tomados en cuenta.

Otro punto importante dentro de las empresas es propiamente el manejo interno; muchas quiebran por malos manejos gerenciales. Existen ocasiones que las ventas van bien pero los gerentes empiezan a entregar bonos, regalías u otras ventajas que ponen en riesgo a la empresa.

La mejor herramienta, decía mi profesor Luis Noel Alfaro en INCAE, es el presupuesto.

Si usted quiere evitar abusos en su empresa maneje un presupuesto. Aunque suene extraño, no me es extraño encontrar empresas de mediano y gran tamaño que se manejan como pulperías de barrio.

Por ejemplo, conozco el caso de un hotel que vende alrededor de $1,100.000 anuales y manejan todo sin factura. No existe el presupuesto ni hay contabilidad confiable; mientras tanto, el dueño del hotel se queja de robos, exceso de gastos y un sinfín de problemas internos.

Las empresas deben manejar presupuestos para poder mantener estabilidad y control, además de una buena planificación estratégica. Muchos dueños de empresa dicen que eso les quita tiempo y no le encuentran valor, pero a la vez se quejan de que les roban o la empresa no camina.

Lo ideal para bajar los posibles casos de corrupción en cualquier institución son:

  1. Presupuesto: prepare un buen presupuesto anual operativo y apéguese a eso.
  2. “Compliance” (Cumplimiento): contrate abogados especializados en contratos y fiscalización.
  3. Contabilidad: tenga un buen análisis de sus finanzas.
  4. Maneje todo en cuentas bancarias: minimice el uso de efectivo.
  5. Salario del dueño: cuando el dueño ya sabe lo que recibirá por mes disminuye el jineteo de dinero.
  6. Firme contratos: con proveedores, clientes y empleados. Los contratos ordenan los negocios.
  7. Plan estratégico: genere una planificación anual.
  8. Auditoria: busque asesores en auditoria financiera y operativa

Muchos empresarios creen que la consultoría es ostentosa o que les generará más trabajo; pero en mi experiencia siempre he visto que la inversión en un buen gobierno corporativo se paga sola.

Solo empresas ordenadas pueden tener crecimiento sostenido en el tiempo. Si no tienen nada de lo anterior su crecimiento será finito, y el crecimiento obtenido hasta la fecha está en riesgo porque cualquier competidor con mejores procesos les puede ganar mercado.