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La crisis por la emergencia del COVID-19: ¿Qué hacemos mientras termina el aislamiento?

La semana que termina fue de luto por la noticia del segundo fallecido por COVID-19 y por el aislamiento al…

Por Elizabeth Rodríguez

Tiempo de Lectura: 2 minutos
La crisis por la emergencia del COVID-19: ¿Qué hacemos mientras termina el aislamiento?
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La semana que termina fue de luto por la noticia del segundo fallecido por COVID-19 y por el aislamiento al que voluntariamente se ha sometido la población.

Para entender este sentimiento, el psicólogo Milton Rosales conversó con El Observador sobre la difícil situación que está atravesando Costa Rica y el mundo, o como él lo llama, el “momento de pérdida de equilibrio, llamado crisis.”

“Lo primero que hay que entender es que una crisis es un estado de trastorno y desorganización, es el momento en el que yo no puedo abordar situaciones particulares con los métodos acostumbrados, porque simplemente no aplican, no me dan resultados”, detalló el psicólogo.

Cuando se da una crisis hay una alteración que se conoce como “el desorden CASIC”, el cual implica que hay cambios en lo Cognitivo, Afectivo y Somático, Interpersonal y Conductual, según sus siglas.

Rosales indicó que sentirse confundido y desamparado, incluso llegar a presentar síntomas físicos como agotamiento y dolor de cuerpo son parte de la crisis.

¿A qué se puede recurrir durante una crisis?

El especialista recomendó una serie de pasos que se pueden aplicar desde los hogares para disminuir ese temor ante el COVID-19.

  1. Realizar rutinas, ya que dan una sensación de control ante un escenario tan incierto.
  2. Tratar de entender los resultados reales y tener la información adecuada.
  3. Tener con quien hablar y sentirse apoyado y escuchado.
  4. Pedir ayuda y tratar de ir “un problema a la vez”.
  5. Reconocer las emociones y aceptar que nos vamos a sentir desanimados.
  6. Confiar en nosotros mismos, y en los demás. “Ya los seres humanos hemos pasado por crisis y las hemos resuelto”, acató Rosales.
  7. Aplicar el autocuidado: alimentarse adecuadamente, realizar ejercicio físico, descansar mínimo ocho horas y poner la mente en otros temas para distraerse.

“Esta crisis no se puede vivir desde el miedo porque el temor es muy mal consejero, aunque también tiene su parte positiva: nos vuelve prudentes, cuidadosos y precavidos, pero si nos domina, nos atropella”, concluyó.

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