La Gloria está de cumpleaños: celebra 120 años de existencia arropada con los recuerdos de épocas doradas, pero también de momentos complicados y nuevos retos en la vida de este negocio enclavado en el corazón de San José.
Juan Carlos Crespo, presidente de La Gloria, aseguró que la tienda llega a esta edad “sin deudas bancarias, gastos operativos bajos y una estructura pequeña”.
“No es el objetivo de La Gloria ser la cadena más grande de Costa Rica en un corto o mediano plazo.
“Es tener una empresa altamente eficiente que cumpla con sus compromisos con los socios, con la sociedad, con los colaboradores y con sus proveedores.
“En la medida que podamos ser una empresa, del tamaño que sea, que cumpla con los valores de eficiencia, productividad y calidad de vida… yo sí veo un futuro promisorio”, contó en entrevista con El Observador.
Un camino nada fácil
Sin embargo, el camino para llegar a este punto de eficiencia y sin deudas bancarias no ha sido sencillo.
La Gloria echó mano de una fuerte “reingeniería” -en palabras de Crespo- en la que se trabajó, por ejemplo, en el tamaño de la operación.
Fue así como los responsables de esta empresa tomaron decisiones vitales para garantizar la continuidad del negocio.
Una de estas acciones fue reducir la cantidad de tiendas, que pasaron de seis a dos: la principal -ubicada sobre la Avenida Central- y otra en Liberia.
En cuanto a la tienda principal -de cuatro pisos para un total de 4.000 m2 de área de ventas- se decidió utilizar únicamente dos niveles.
Un tercero se empleará para épocas relevantes como diciembre o actividades especiales como turnos, bingos, apoyo a emprendedores y hasta en un festival del tamal.
También se trabajó de la mano de proveedores y se enfocaron los recursos y energías en nichos específicos:
- Uniformes escolares y de colegio
- Hogar
- Tallas grandes
- Bebés, mujeres, caballeros y niños
Igualmente La Gloria no se ha quedado atrás en cuanto las ventas en líneas. Sin embargo, Crespo comentó que estas aún representan un pequeño porcentaje del total generado por las dos tiendas.
Crespo se mostró satisfecho de que la pandemia encontró un negocio familiar mejor preparado y más sano en su gestión.
Historia de 120 calendarios
Cuando La Gloria abrió sus puertas como un “pasaje” (paso entre dos calles usualmente cubierto) en 1902, Costa Rica apenas tenía una vida independiente de 81 años. Y San José cumplía apenas 79 años como capital.
El responsable de ofrecerle a los josefinos de aquel entonces un lugar donde encontraran artículos de calidad fue José María Calvo.
Veinteseis años más tarde, él le vendió el negocio a Santiago Crespo Calvo, abuelo del actual presidente, y se marchó de vuelta a España.
El nuevo propietario y su familia tuvieron que sortear momentos complejos para el país; entre ellos, la Guerra Civil de 1948 y el intento de invasión de 1955. También la crisis económica registrada entre 1978-1982.
Entre los años 70 y 80 entraron al negocio los nietos de Santiago, de los cuales dos siguen al frente: Juan Carlos y Luis Roberto.
Ellos son la cuarta generación a cargo de La Gloria, que ya tiene entre sus socios a uno de los hijos de los hermanos Crespo (quinta generación).
“Cuando me siento preocupado o angustiado vuelvo a ver las fotos antiguas y pienso que mi abuelo pasó guerras mundiales, la gripe española (en 1920) y otros eventos… así que me doy cuenta de que todo pasa, lo bueno o lo malo.
“Así que todo lo que ha pasado y más en estos últimos años de pandemia, de situaciones complejas, nos mantienen con mucha esperanza y haciendo todo lo que se puede para seguir adelante”, expresó Crespo.