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La infidelidad en tiempos de coronavirus: un fenómeno social que no se detiene

Por Lysalex Hernández A. En tiempos en los que las autoridades sanitarias en todo el mundo llaman a un distanciamiento…

Por Redacción El Observador

Tiempo de Lectura: 7 minutos
La infidelidad en tiempos de coronavirus: un fenómeno social que no se detiene
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Por Lysalex Hernández A.

En tiempos en los que las autoridades sanitarias en todo el mundo llaman a un distanciamiento social y a mantenernos en casa con nuestras respectivas burbujas sociales para protegernos del COVID-19, sería algo incrédulo pensar que existan hombres y mujeres que están dispuestos a saltarse estas medidas con un solo propósito: reencontrarse con sus amantes y mantener vivo el tórrido romance que, probablemente, fue interrumpido por el confinamiento.

Sin embargo, una encuesta realizada a 1.178 suscriptores del sitio web Gleeden, que es el primer portal de Europa que fue creado por mujeres para los encuentros extraconyugales,  informó de que el 60% de las personas casadas en el Reino Unido no tenían miedo de reunirse con su amante, a pesar de una prohibición severe dictada por el gobierno británico sobre las “reuniones entre dos o más personas de distintos hogares”.

Los resultados, que fueron publicados por el sitio web en el mes de junio, causaron sorpresa en todo el mundo, principalmente, por el hecho de que un cierto número de personas estaba dispuesta a ser multada, incluso, encarcelada, si se comprobaba que había cometido algún delito estipulado en la llamada Ley de Prohibición Sexual.

“Los británicos infieles no parecen temerosos por la llamada ‘prohibición sexual’ y, aparentemente, no se abstendrán de tener relaciones sexuales con sus amantes: a pesar de las nuevas restricciones que prohíben las reuniones en interiores con personas fuera del hogar, el 92% de los encuestados van a ver a su amante pase lo que pase. Ellos afirmaron que están dispuestos a arriesgarse también en este asunto”, asegura una publicación en el sitio web de encuentros extramatrimoniales, que en la actualidad tiene más de seis millones de suscriptores activos.

Gleeden también descubrió que sus usuarios recurrían a coquetear en línea, esto para mantener encendida la llama de la pasión con sus amantes, mientras las restricciones de la pandemia eran muy difíciles de “burlar”. Por un lado, el 54% creía que, para ese entonces, el encierro no duraría mucho y, por tanto, asumieron que pronto se encontrarían en persona, mientras que solo el 46% respondió que quería tener únicamente una interacción virtual.

Estos resultados fueron sustentados por otras cifras que fueron reveladas en el sitio web: su tráfico diario aumentó en más de un 150%, además de que el número de membresías activas se elevaron en un 45%, esto a tan solo una semana de que fue anunciada la Ley de Prohibición Sexual.

Si estas cifras les parecen un poco lejanas, hablemos del caso del portal virtual canadiense Ashley Madison –sí, el mismo en el que unos hackers filtraron, en el 2015, la identidad de 32 millones de sus usuarios–, que informó que en los últimos meses, aproximadamente 17.000 personas se registran diariamente en la plataforma.

DATO: El portal de citas extraconyugales Ashley Madison cerró el año 2019 con un total de 65 millones de usuarios activos en todo el mundo. La compañía espera culminar el 2020 con un aumento de más de 150% de usuarios.

En una entrevista cedida a  Venture Beat, Paul Keable, director de estrategia de la compañía, aseguró que el incremento de suscriptores se debía a que existen fracturas en el hogar que, al momento de un confinamiento obligatorio, fueron más evidentes y difíciles de ignorar. Esa, desde su perspectiva, es la principal razón que lleva a una persona a establecer contacto, así sea virtual, con otra que está atravesando la misma situación.

Para Keable, sitios web como Ashley Madison son una oportunidad de ofrecerle una “solución” a las personas que están buscando algún tipo de validación física y emocional, o aquellos que desean tener un espacio en el que puedan compartir sus sentimientos sin ser juzgados o señalados por eso.

“No se trata de convencer a alguien de que tenga una aventura. Queremos mostrarle a la gente lo que realmente está sucediendo detrás de los muros de Ashley Madison y en el mundo de la infidelidad. A menudo no es lo que les han dicho o lo que piensan que es. Es algo que va mucho más allá”, expresó el vocero de la plataforma canadiense.

Es así como han podido conocer algunos datos sobre el comportamiento de los usuarios: los registros aumentan los lunes en la mañana, luego de pasar el fin de semana con la pareja; las conversaciones entre amantes suelen aumentar más cerca del fin de semana, siendo el jueves el día más intenso. Al menos, esa ha sido la constante desde el inicio de la pandemia.

¿Un confinamiento lleno de engaños?

Si bien, a primera vista podría asegurarse que la infidelidad encontró en el confinamiento el escenario ideal para volverse protagonista en las relaciones de pareja, lo cierto es que algunos especialistas consideran que sería arriesgado afirmar dicha percepción.

Lo que sí rescatan sexólogos y psicólogos en el mundo es que es posible que ahora sea más notoria la forma en la que se rompe la lealtad y el compromiso, principalmente por el hecho de que ahora existe una justificación más “real” sobre el continuo uso de los teléfonos celulares y computadores portátiles: el teletrabajo.

A esto se suma también que al estar en un confinamiento involuntario las personas tendrán el tiempo –quieran o no– de reflexionar sobre si se sienten plenos con su vida; si hay algo que quisieran cambiar en su relación y hasta analizar la forma en la que manejan emociones como la ansiedad, el estrés, frustración y la presión.

Para la sexóloga clínica y psicóloga María Ramírez, la infidelidad en tiempos de pandemia puede concretarse por el hecho de que no sabemos cómo lidiar con el cambio tan drástico al que nos enfrentamos por la llegada del COVID-19 a nuestras vidas, y el poco tiempo de preparación que hemos tenido para adaptarnos ante la llamada nueva normalidad.

“Obviamente, antes del confinamiento habían infidelidades, pero lo que ocurre ahora es que las parejas se enfrentan cara a cara con el conflicto previo, el desconocer de la pareja y la convivencia diaria. Quiero ser cuidado, pero no cuidar”, afirmó.

Siempre hemos escuchado decir que todos los seres humanos somos diferentes, por lo que no es de extrañar que cada persona reaccione de forma distinta cuando se encuentra ante una situación límite. Si a esto le sumamos la convivencia diaria durante largos periodos de tiempo, y a los que no se estaba acostumbrado, la situación se complica todavía más.

La psicóloga Emilia Malavassi concuerda en el hecho de que el confinamiento puede llevar al ser humano a sentir que carece de una conexión con su pareja, y en momentos en los que la incertidumbre reina, es cuando se hace más necesario sentir que no estamos solos y que somos comprendidos.

“En algunos momentos, se tiene la mala concepción de que las infidelidades son por una cuestión sexual, y que viene a raíz del deseo de tener un contacto sexual con alguien más. Sin embargo, se ha comprobado que la mayoría de las infidelidades realmente empiezan por una necesidad de conexión emocional”, dijo.

Aprender a manejar nuestras emociones es vital, no solo porque al hacerlo existe una menor posibilidad a ser infiel, pues según explicó Malavassi, es muy común que al no saber qué hacer con lo que estamos sintiendo en ciertos momentos, reaccionemos de forma perjudicial en nuestro diario vivir.

 

La psicóloga afirma que los seres humanos estamos hechos para conectar unos con otros, por lo que es de esperarse que cuando se establece una conexión entre dos personas el deseo a seguir manteniendo contacto sea cada vez mayor, así implique que sea con un “tercero en discordia”.

“Si encontramos esta conexión en alguien más que no es nuestra pareja, igualmente se nos hace necesario repetir esa sensación de bienestar que nos da esa conexión. Cuando trabajas con parejas que han sido infieles, muchas de ellas te dicen que no lo lograron controlar, no porque fuera prohibido, sino porque esa relación estaba llenando un vacío que ellos tenían en ese momento”, sostiene Malavassi.

 

 

Si en algo coinciden tanto Malavassi como Ramírez, es que el tener una comunicación clara y transparente desde el inicio de la relación es vital para establecer límites y conceptos de lo que para uno es la infidelidad. Saber expresarnos sobre nuestras necesidades y expectativas ayudan a saber cuando algo no marcha bien en la relación.

Poco conocido

El sociólogo José Carlos Chinchilla considera que la infidelidad sigue siendo un tema tabú en la actualidad, principalmente por el hecho de estar relacionado con el sexo. Esta es una de las principales razones por las que no abundan estudios científicos sobre el tema, aunado a que las personas no siempre son sinceras cuando protagonizan un engaño.

Según explicó el catedrático de la Universidad Nacional (UNA) y de la Universidad de Costa Rica (UCR), se puede decir que ha aumentado la cantidad de usuarios en sitios web de portales extraconyugales, pero que no se sabe realmente qué hacen allí, si sus identidades son reales o si lo que dicen en las encuestas en las que participan es cierto.

“Sabemos que las personas pueden intercambiar mensajes, compartir fotografías, tener conversaciones eróticas o hasta encontrarse frente a frente, pero  en realidad no hay estudios a profundidad sobre esto, porque no vemos qué es lo que están haciendo realmente. Entonces, la infidelidad es un tema tabú, no solo porque está relacionado con el sexo sino que también por la sinceridad con la que habla de ella, lo que hace difícil encontrar afirmaciones con sustentos reales sobre lo que se dice de ella”, argumenta.

Chinchilla considera que, al igual que sucede en todos los fenómenos sociales, el engaño entre las parejas ha evolucionado a lo largo de los años. En un inicio se tenía la concepción de que únicamente los hombres eran infieles, pero en la actualidad son cada vez más las mujeres tienen un romance extramarital. Una muestra de ello es el portal web Gleeden, que fue creado por y para mujeres.

Esto viene a desmitificar algunas cuestiones que giran en torno a este comportamiento social, como por ejemplo, que esta no ha sido realmente consumada si no hay contacto físico o un encuentro sexual; que las mujeres no son infieles; que la condición socioeconómica hace más propensa a una persona al engaño; que el amor hacia la pareja desapareció y hasta utilizar la excusa de que el infiel busca en la calle lo que no tiene en la casa. Conocer los motivos detrás de un engaño solo será posible en un acompañamiento con un especialista.

Lo cierto es que cada individuo tiene su propio concepto de lo que es la infidelidad, pero sí hay una constante en cada una de ellos: la falta al compromiso que debe existir en una pareja y la ausencia de lealtad en cuanto a respetar los límites que se establecieron desde el inicio.

Cada uno de los expertos coincide en que, más allá de que estemos en medio de una pandemia mundial que ha obligado al confinamiento, detrás de todo engaño hay motivos relacionados con la falta de capacidad de manejar las emociones, de no reconocer nuestras carencias afectivas y asumir que el hecho de buscar ayuda no nos convierte en personas débiles, al contrario, validan que estamos dispuestos a mejorar día a día.

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