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La marca del Presidente y las estelas guanacastecas

En medio del calor guanacasteco, rodeado de deliciosas tortillas palmeadas, venta de rosquillas, tanelas, una refrescante resbaladera y probablemente en…

Por Manuel Sancho

Tiempo de Lectura: 2 minutos
La marca del Presidente y las estelas guanacastecas
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En medio del calor guanacasteco, rodeado de deliciosas tortillas palmeadas, venta de rosquillas, tanelas, una refrescante resbaladera y probablemente en algún rincón sombreado, vino de coyol, el Presidente más joven de Costa Rica, adujo que la falta de almuerzo, quizás, lo movió a una inusual vociferación, que minutos antes mostró en el podio colocado especialmente en el parque de Nicoya.

Hoy Carlos Alvarado cierra una semana de contrastes máximos, luego de mostrar una cara inédita en sus casi 15 meses de Administración.

Supo trazar su mano izquierda; con la Primera Dama Claudia Dobles – coordinadora del trabajo territorial del Poder Ejecutivo en la Región Chorotega – iniciando la gira y con entregas concretas de viviendas o un Mercado Regional que aún está por verse si impactará como se planea a una de las tres regiones más deprimidas del país.

Pero quiso mostrar su mano derecha, a quienes le pedían más carácter. La misma mano derecha que programadamente golpeó el atril en el parque y fue parte de una desafortunada escena en el teatro político actual costarricense.

(Douglas Campos para El Observador)

Alvarado quiso enseñar dureza y terminó sonrojado, literalmente como su rostro lo evidenció. Quiso introducir fiereza en la mezcla de su “persona” política, que conocíamos como calma y hasta plana, y más bien extrajo descontrol, característica que nunca es útil cuando se ocupa el principal sillón de Zapote (a menos que se viva en tiempos de caracteres colérico con plan como José Figueres Ferrer o Ricardo Jiménez).

La mano derecha no causó el efecto deseado y aconsejado (saben en Casa Presidencial por quien), al menos no en la mayoría del país.

En el no científico sondeo de Twitter es evidente la molestia de ciudadanos y la sensación general de que su imagen – ya de por si gastada en una nación dividida – se golpeó aún más.

Esto a pesar de que miles pidieran carácter, ante quejas y solicitudes ridículas, perversas y sin sentido como una ley para proteger la libertad de culto cuando ese derecho ya está garantizado en el ordenamiento jurídico, o que un colegial no pueda expresar su orientación sexual.

Carácter. Particular palabra y debate. Del latín character, characteris, “hierro de marcar ganado” o marca que se imprime.

Mucho cuidado debe tener en adelante el Presidente Alvarado del sello que imprime en tiempos convulso. No toda marca se puede borrar. Y necesita el cuero lo más liso posible, ante los retos enormes que maneja su Gobierno y todo nuestro país.

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