Los hombres jóvenes fueron el blanco de la violencia entre 2015-2018.
El informe Masculinidad y Tendencias Delictivas -que contempla ese periodo- da cuentas de que el 56,7% de los 2.095 masculinos asesinados pertenecían a un grupo etario de entre 18 y 35 años.
A criterio del secretario técnico de la Comisión Técnica Interinstitucional sobre Estadísticas de Convivencia y Seguridad Ciudadana (Comesco), Óscar Delgado, ese es el dato más relevante del estudio.
“El análisis lo que trata de demostrar es como la construcción de las masculinidades afecta las vulnerabilidades y los hechos violentos. O sea, cómo la construcción de una masculinidad hegemónica hace que los hombres sean mucho más violentos que las mujeres. Pero no solo más violentos per se, sino mucho más violentos contra otros hombres.
“Queda entonces la evidencia de que, excepto en violencia intrafamiliar y violencia doméstica, el alto porcentaje de víctimas son hombres y el alto porcentaje de victimarios son hombres. Básicamente, la masculinidad está construida en nuestra sociedad para que los hombres violenten a otros hombres. Eso es, básicamente”, explicó a El Observador el especialista.
La generación de violencia, según Delgado, se debe a los siguientes factores:
- La construcción social de la masculinidad
- La posibilidad de delinquir
- La contundencia del hecho, puesto que el hombre “va con todo”
- Los niveles de estrés y vulnerabilidad.