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La “Noche Sabinera”: un concierto de corazón abierto en una noche cálida

Mariana Sáenz Mora para El Observador Como cuchillo que rompe el silencio de forma amorosa, la voz de Varona empezó…

Por Redacción El Observador

Tiempo de Lectura: 4 minutos
La “Noche Sabinera”: un concierto de corazón abierto en una noche cálida
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Mariana Sáenz Mora para El Observador

Como cuchillo que rompe el silencio de forma amorosa, la voz de Varona empezó a cantar “Peces de ciudad”. Coreado en todo momento, la joya era la promesa de una selección de piezas musicales insignia para cualquier sabinero.

Dentro del Teatro Melico Salazar, en la calurosa noche de ayer jueves, el minutero del reloj marcó las ocho de la noche en punto. Entonces las luces se atenuaron hasta que el umbral azul del escenario fue dibujando cinco figuras entusiastas. Los músicos de Joaquín Sabina estaban listos para entregarse por completo.

La delicada figura dueña de una voz poderosa era Mara Barros. Un sombrero fedora adornaba la cabeza de Pancho Varona, quien presentó, ante un público ansioso, a sus compañeros de la “Noche Sabinera”: Antonio García de Diego, Paco Beneyto y Jaime Asúa.

Se les notaba tan cómodos tras el telón de boca, tan ávidos como el público que tenía el teatro casi lleno para deleitarse de tantas historias que nunca mueren en las letras de las canciones de Sabina.

Mara Barros y Antonio García de Diego

Una bienvenida y una promesa de regreso

“Estamos aquí para cantarles las canciones de Joaquín, quien está en su casa descansando, esto porque vamos a volver prontito aquí”, dijo Varona mientras el publico se derretía en cada butaca. Anunciaba así la posibilidad de volver al país, un rumor que corre ya en el aire.

Y la antesala de esa promesa en un aire denso y candente que no falló, como sacadas de los tesoros del Rey Salomón, los cinco cantaron “Mentiras piadosas”, “Nos sobran los motivos”, “Llueve sobre mojado” -que fue presentada por Varona como “una canción escrita por dos delgadillos” refieriéndose a Fito Páez y a El Flaco de Úbeda-.

Invitados para ser uno más

Mara Barros no pudo evitar repetir que el lugar ardía mientras frenéticamente usaba su abanico de mano. Parecía que tantas almas le abrigaban como en el caso de “La rubia platino” lo hubiese deseado. Esa canción también sonó.

La sinergia entre ellos era sensacional. Las bromas ligeras pero agudas, las muestras de destrezas para improvisaciones simples de percusión y aguante de silbido se ganaron la expresividad de cada uno de los que corearon con ellos sin parar.

Y es que estos músicos sí saben mimetizarse con el público. La invitación a cantar con ellos refrescó el ambiente y la tónica de un concierto tradicional.

Los talentosos y valientes subieron uno a uno. El primero del público en meterle mano a la vida, a esa oportunidad única de cantar con ellos, fue Marco Castro-Pinagel, ecuánime se adueñó de la historia del bendito y atemporal personaje que protagoniza “La del Pirata Cojo”. El teatro lo aplaudió con fuerza.

El fervor no podía estar más vivo. Y tras un cantante y músico profesional como Castro-Pinagel -quien había sido invitado directamente por la producción- subieron entonces los aficionados escogidos de entre el público.

Entonces llegó al escenario Jimena Durán a contar la historia de un largo olvido que como a muchos nos ha llevado “19 días y 500 noches”. También fue aplaudida.

Y el reflejo de la esencia de lo simple y de los recovecos de los vicios y amores de Joaquín, apareció con “Aves de paso” en la voz de Inés Amador.

Varona luego pidió otro voluntario y entonces subió otro joven, cuyo nombre completo quedó en el aire pero que también arrancó aplausos al abordar “Pacto entre caballeros”.

Irse con una ovación

La Banda de Sabina no olvidó a su compañero el guitarrista José Romero, quien falleció el pasado 18 de abril. Así que luego de reconocerle su sitio habitual con ellos frente al público, sin vacío de espacio aparente, cantaron “Y sin embargo”; con el alma y con el corazón.

Cuando algo es tan bueno, no hay más ley que la de pedir más, y así fue anoche.

El público quería adueñarse de las voces y los acordes, no querían dejarles ir. Pero todo siempre tiene su final, y ese fue uno muy generoso. La banda se despidió, regresó para hacer tres canciones entre las cuales sonó “Pastillas para no soñar” y “Princesa” que levantaron a la gente de sus asientos y los hizo hasta bailar.

Y tras saludos y reverencias a un público que les aplaudía de pie desaparecieron tras el telón para dejar cientos de almas en éxtasis e implorando: “¡vuelvan pronto!”

Fotografías: Cortesía de Gerson Campos Artavia y Costa Rica y Sus Conciertos

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Noche Sabinera”. Músicos: Pancho Varona, Antonio García de Diego, Jaime Asúa, Paco Beneyto y Mara Barros. Hoy: viernes 23 de agosto. Hora: 8 p.m. Lugar: Teatro Popular Melico Salazar, San José. Entradas: de ¢22.650 a ¢55.600. A la venta:eticketcr, boletería del teatro y al centro de llamadas 2295-9400.