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Francisco Soto para El Observador
Como comentamos en el último artículo, Costa Rica tenía grandes desafíos de competitividad como aspirante a la OCDE.
De acuerdo con el informe “Estudios Económicos de la OCDE: Costa Rica 2018” la situación del país revelaba aspectos críticos como:
- Que una tercera parte de los estudiantes carecen de competencias básicas. Son influenciados considerablemente por los antecedentes socioeconómicos.
- A pesar del alto nivel de gasto público en educación, este no se ha traducía en buenos resultados.
- La existencia de desajustes en cuanto a la falta de habilidades perjudica el crecimiento de la productividad. La falta de personal calificado es uno de los principales obstáculos mencionados por los empresarios costarricenses.
En el año 2020 la OCDE publica el informe “Estudios Económicos de la OCDE Costa Rica: 2020”.
En este informe se reconoce el progreso social y económico de Costa Rica, ya que ha procurado el progreso y el bienestar a través de una serie de elementos.
Entre ellos el respeto al Estado de derecho, la democracia, la integración a la economía mundial y la educación. También la seguridad social, y la vocación por la protección del ambiente y de los derechos humanos entre otros.
Por otro lado, llama la atención los principales retos que enfrenta el país para consolidar los logros alcanzados y continuar con los índices de desarrollo.
Persisten tareas pendientes para mejorar la calidad de la educación, facilitar la participación de la mujer en el mercado laboral, combatir la informalidad, todos relacionados a las competencias laborales.
Falta de igualdad de oportunidades
El informe indica que la informalidad es muy alta y que afecta a más del 45% de los trabajadores.
Esto evidencia que más de un millón de personas carecen de la educación y las habilidades necesarias para para mejorar sus competencias laborales y optar por un empleo formal.
La realidad golpea principalmente a las mujeres, las cuales tienen una participación laboral muy baja y desigual.
Estas siguen asumiendo responsabilidades de cuidado familiar y enfrentan dificultades para completar la educación o continuar en la fuerza laboral después de la maternidad.
Lo anterior ha generado un problema complejo como un círculo vicioso. Al ser pobres no pueden pagar la seguridad social ni acceder a servicios públicos ni financieros, por lo tanto, acceder a una formación técnica o superior es muy difícil.
Pruebas PISA… resultados deficientes
Sin embargo, en la población que sí tiene posibilidades de una educación existen grandes desajustes también.
A pesar de que se sigue manteniendo un presupuesto alto en educación, los resultados de las pruebas PISA son deficientes y están disminuyendo.
Además, el presupuesto de las universidades se ha canalizado principalmente para aumentar los salarios del personal administrativo con lo cual es un divorcio entre las necesidades actuales y futuras del mercado laboral.
Por lo tanto, la formación para el desarrollo de habilidades para las competencias laborales son un reto también en esta población.
Garantizar que todos los costarricenses tengan acceso a una buena educación es relevante y fundamental para construir una economía más inclusiva y productiva.
La OCDE señala la necesidad de una reingeniería de los sistemas de formación de competencias, que brinden a las personas las diferentes habilidades y competencias que se requieren en el mundo actual y futuro.
Destaca que la falta de competencias y habilidades es una de las principales limitantes a la productividad, el desarrollo económico y la inclusión alrededor del mundo. Por ello es necesario innovar y hacer las transformaciones necesarias.
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