Tomás Gómez
La mañana del 8 de febrero del 2010 Laura Chinchilla amaneció convertida en la primera mujer electa presidenta de Costa Rica. El día antes, con 48% de los votos, la liberacionista derrotó a Ottón Solís (PAC) y a Otto Guevara (ML). Ese día comenzaba a trazar lo que sería su gestión.
A 11 años de esa fecha histórica, Chinchilla defiende su legado y augura que próximamente el país tendrá otra presidenta.
“Si no es en esta (2022), en la próxima estoy casi segura de que habrá una mujer en la Presidencia”, dijo en entrevista con El Observador.
La verdiblanca destacó que el hito de su triunfo, si bien abrió brecha en el Poder Ejecutivo también lo hizo en la política en general.
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“Hoy se escuchan muchas más voces femeninas muy empoderadas desde la política que las que habían cuando yo llegué a la Presidencia. Eso me hace sentir muy feliz,”, mencionó.
“Muchas mujeres en ese momento sintieron que efectivamente no había límites a sus aspiraciones. Hemos visto como que hoy 50% de las congresistas en Costa Rica son mujeres”, planteó.
El ejemplo de Chinchilla
Tras el Gobierno de Chinchilla solo una mujer ha vuelto a figurar en la papeleta presidencial -Stephanie Campos por Renovación Costarricense en 2018-, sin embargo, la expresidenta asegura que es ahora cuando se comenzará a cosechar el legado de su hazaña para los máximos niveles de la política.
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“Quienes más se ven reflejadas en una experiencia como la que yo viví no son las mujeres de mi propia generación, sino las que vienen atrás. Aquí hay que pensar en aquellas mucho más jóvenes”, dijo.
“No tengo la menor duda que de ese semillero de mujeres lideresas que tenemos hoy en la política, todavía algunas de ellas muy jóvenes, empezarán a emerger las candidatas a la Presidencia del futuro”, agregó.
Lo pendiente y lo que le preocupa
Al salir del Gobierno, Chinchilla retomó actividades académicas y de política regional, sin dejar de lado el acontecer local.
Desde esa trinchera reclama como el país sigue pagando las consecuencias de no haber ejecutado el plan fiscal que ella planteó.
“Pese a que fue una de mis banderas, no me permitieron ejecutar esa reforma tributaria”, recordó.
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“Costa Rica hubiera enfrentado esta pandemia de manera muy diferente. Hoy tendríamos más familias con respuesta solidaria, tendríamos pequeñas empresas recibiendo subsidios, nada de eso pudimos hacer en la magnitud que se requería”, explicó.
De los procesos venideros, Chinchilla advierte un escenario más turbio y complejo. Según su análisis, la capacidad de diálogo y acuerdos son otro de los puntos gastados en la última década y que se deben de abordar con prontitud.
“Hay cada vez más dificultades para converger y eso nos preocupa de cara a las próximas elecciones “, finalizó.
