Hermes Solano
El informe de labores de Rodrigo Chaves en el Plenario Legislativo tuvo varias curiosidades más allá del mensaje dado frente a los diputados, ministros y autoridades del Estado, así como diplomáticos.
La “fiesta” que vivió el presidente en las afueras de la Asamblea Legislativa con las decenas de personas que lo llegaron a apoyar se convirtió en tensión en el recinto legislativo.
Mientras un grupo de personas, que al parecer llegó en buses, lo aplaudió y saludó a su llegada, algunos diputados lo recibieron con lazos y pañuelos morados.
Lo hicieron los legisladores de Liberación Nacional y las diputadas del Frente Amplio. Se unieron a la protesta las diputadas Gloria Navas (independiente), Vanessa Castro (Unidad Social Cristiana) y Kattia Cambronero (Liberal Progresista).
“Es un símbolo de las luchas que durante años hemos dado las mujeres y con la realidad que vivimos la importancia de no quedarnos calladas por el entorno de violencia política de género”, dijo Kattia Rivera.
Llamó la atención que los verdiblancos Carolina Delgado y Joaquín Hernández no portaron el lazo.
“Es un llamado a frenar la agresión hacia mujeres en el ámbito público que legítima la violencia en lo privado, que viven cientos de mujeres en nuestro país”, mencionó la frenteamplista Priscilla Vindas.
El mandatario se topó de frente los pañuelos morados al ingreso al Plenario, luego de darle un abrazo al socialcristiano Carlos Andrés Robles.
El PLN con lazo morado. (Alonso Solano / El Observador)
Priscilla Vindas llevó un pañuelo morado. (Alonso Solano / El Observador)
Mejor no verlo
El discurso de Chaves, aunque Pilar Cisneros había dicho que no pasaría de una hora, se extendió por más de hora y media.
En todo ese tiempo un diputado no volvió a ver en ningún momento al mandatario: Francisco Nicolás. El verdiblanco veía de un lado a otro, agachaba la cabeza, revisaba el celular, pero no volvió su mirada hacia al mandatario durante la presentación.
Los otros diputados, por su parte, pasaron el tiempo entre la atención del mensaje presidencial y tomar apuntes, ver el teléfono, y contestar mensajes.
En algún momento hubo cruce de miradas entre el presidente y los liberacionistas, principalmente con Óscar Izquierdo, luego de que Chaves mencionara el episodio de reclamos en Limón, cuando criticó a Katherine Moreira y Geison Valverde y que desató una serie de cuestionamientos desde el Congreso.
Izquierdo en todo momento fijó su mirada en el mandatario, mostrándose serio ante las palabras dichas.
Del otro lado, los liberales Luis Diego Vargas y Eli Feinzaig “gastaron” muchas hojas de su libreta tomando apuntes al ritmo del mensaje de Chaves. Lo mismo hacía su compañera Kattia Cambronero, solo que ella lo hizo en hojas blancas.
Otros apostaron a la tecnología, como Fabricio Alvarado y Antonio Ortega, a quienes se les vio tomar apuntes en el IPAD.
Francisco Nicolás evitó ver al presidente durante su discurso. (Alonso Solano / El Observador)
Engañar al estómago
El café, té y agua fueron los acompañantes principales de los diputados para “engañar” al estómago. Eso sí, uno de los legisladores se salió del saco o ¿el protocolo?
Antonio Ortega no optó por ninguna de las bebidas arriba mencionadas; él tuvo en su curul una botella de hidratante, que poco a poco fue tomando durante la sesión.
Algunos del Frente Amplio compartieron galletas, que parecían de chocolate. La dueña era Sofía Guillén, quien no dudó en darle a sus compañeros Rocío Alfaro y el propio Ortega.
Las diferencias y los enfrentamientos que ha tenido Rodrigo Chaves con muchos de los diputados de la Asamblea Legislativa hicieron que la sesión se mantuviera en extrema seriedad y tensión y solo una que otra sonrisa apareció, en los diputados Leslye Bojorges y Carlos Andrés Robles.
Al final, los aplausos llegaron de la fracción oficialista y también del propio socialcristiano Robles y un aplauso tímido de David Segura.
