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Lejos de la meta: Electrificación de parque vehicular de Costa Rica no acelera

La ambiciosa meta de Costa Rica de descarbonizar el transporte aún está muy lejos de cumplirse. Del objetivo previsto de…

Por Rodrigo Díaz

Tiempo de Lectura: 9 minutos
Lejos de la meta: Electrificación de parque vehicular de Costa Rica no acelera
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La ambiciosa meta de Costa Rica de descarbonizar el transporte aún está muy lejos de cumplirse.

Del objetivo previsto de tener 100.000 vehículos eléctricos en circulación en el 2023, a la fecha no se cuenta ni con el 3%. Esto a pesar de que el país es pionero regional en la materia y cuenta con una serie de incentivos como la exención de impuestos para la importación de automóviles con cero emisiones.

En cuanto al transporte público, la utilización de buses eléctricos aún se encuentra en un plan piloto.

Aunque se lograron frutos positivos, los empresarios del transporte tienen muchas preguntas antes de optar por las compras de unidades. A esta obligación deberían someterse una vez que finalice el período de pruebas.

Y mientras se insiste en tecnología de baterías de iones de litio, algunos empresarios miran hacia otras alternativas de cero emisiones, aún incipientes, pero que podrían tener un mejor futuro, como el uso del hidrógeno.

Esto porque aún no se ha dicho la última palabra sobre cuál será el modelo dominante que sustituirá a los vehículos de combustión interna.

Las metas de descarbonización

En el Plan Nacional de Descarbonización, proyecto que definió metas para el año 2050, tres de los 10 ejes tienen que ver con transporte y movilidad sostenible.

Según el proyecto, para ese año todos los buses y taxis serán cero emisiones (70% en 2035), lo mismo que el 60% de la flota de automóviles privados (un 25% en 2035).

En cuanto al transporte de carga, se espera que en 2050 haya reducido las emisiones en un 20% con respecto a las de 2018.

De la misma forma, se espera un menor uso de vehículos privados y un mayor incentivo a medios de transporte público, incluido el tren eléctrico de pasajeros.

No obstante, el ritmo de avance para este cambio no acelera de acuerdo con lo previsto.

En 2018 se promulgó la ley 9518 Incentivos y promoción para el Transporte Eléctrico. En ella se establecieron beneficios fiscales para promover la importación de vehículos.

Entre los incentivos se contempló una exoneración de hasta el 100% de los impuestos selectivo de consumo y de ventas y valor aduanero en autos de un valor inferior a los $30.000. También se contemplan algunos estímulos para los de valor superior a ese monto.

La ley tiene una duración de 5 años, y para el final de esta, se estimaba que habría unos 100.000 vehículos en el país.

Si bien las ventas de vehículos eléctricos en el país no mermaron -pese a la pandemia- no fue suficiente para lograr el objetivo.

Aunque hay más de 4.000 automotores en el mercado, cerca de la mitad de ellos son carros de golf, motocicletas y equipo especial.

En total, solo unos 2.800 son automóviles.

Entre las razones que explican el poco crecimiento está en que los costos de los autos eléctricos.

Pero también existen incentivos en otros países exonerar parquímetros, peajes y hasta entregar un bono por la compra del vehículo. Sin embargo, tales condiciones no son viables por la situación financiera del país, explicó Allan Blanco, comisionado presidencial de movilidad eléctrica.

Por vehículo eléctrico se entiende todo aquel impulsado en un 100% por energía eléctrica o bien con tecnología de cero emisiones y que no tenga motor de combustión.

Es por ello que de esta ley quedaron fuera los vehículos híbridos, es decir, lo autos que combinan un motor de combustión con uno eléctrico. Únicamente existe un decreto que permite la importación con una rebaja del 20% del impuesto, la cual finalizará en diciembre de este año.

Tampoco se ha logrado un avance significativo en el caso de los autobuses. Por ahora, solo existe un plan piloto con dos buses en operación.

El sector autobusero considera que es importante que se lleven a cabo estas pruebas. Sin embargo, los períodos de ejecución fueron cortos como para sacar conclusiones.

“Hay interés del sector de continuar con este proceso y hay un compromiso. Sin embargo, creemos que es fundamental revisar los plazos de concesión a efecto que el monto que se tiene que invertir para la compra de unidades no impacte de manera significativa las tarifas”, mencionó Silvia Bolaños, directora ejecutiva de la Cámara Nacional de Transporte (Canatrans).

Durante este año ha funcionado un plan piloto con buses eléctricos traídos desde Alemania (Archivo)

Además, señaló la importancia del apoyo de la banca para que se establezcan créditos con intereses bajos. Esto es importante sobre todo en este momento en que las finanzas de las empresas autobuseras no están sólidas.

Extender incentivos

Ante la imposibilidad de cumplir con la meta, un grupo de diputados promueve en la Asamblea Legislativa un nuevo proyecto que extendería el beneficio hasta el año 2034. La nueva ley incluiría a los vehículos usados, que tengan no más de 5 años de antigüedad.

El proyecto ya fue dictaminado y solo está a la espera de su convocatoria para iniciar su discusión en el plenario.

Habría un buen ambiente en todas las fracciones para su aprobación, entendiendo que la mayor parte de la factura petrolera del país es por sector transporte, y que la ley vigente no tuvo el alcance esperado, señaló la diputada Paola Valladares, una de las proponentes del proyecto.

Diferentes grupos apoyan la iniciativa y piden al Gobierno que lo convoque a sesiones extraordinarias.

Según Valladares, diputada proponente, sería muy extraño que el Poder Ejecutivo se comprometa en foros con la descarbonización como la reciente cumbre climática (COP26), pero por el otro lado no convoque el proyecto que apoya incentivos para este sector.

No contar con esos beneficios podría perjudicar lo avanzado hasta ahora. Países que quitaron esos incentivos experimentaron una regresión en el uso de vehículos de energía limpia, aseveró Liliana Aguilar, directora ejecutiva de la Asociación de Importadores de Vehículos y Maquinaria (Aivema). Esto porque, según Aguilar, los costos todavía siguen siendo altos en comparación con los vehículos de combustión.

La ejecutiva señaló que actualmente se está en un proceso de transición mundial. Cuando las ventas a nivel mundial alcancen un 15%, posiblemente para el 2035, esta tecnología se masificará a mayor velocidad, dijo Aguilar.

La Asociación Costarricense de Movilidad Eléctrica (Asomove) también apoya el proyecto. “Nos parece fundamental que se mantengan los incentivos económicos para promover la movilidad eléctrica y el crecimiento de la Red Nacional de Carga. Eso ha permitido que haya más oferta de mercado en modelos y en precios”, comentó Silvia Rojas, directora ejecutiva de dicha asociación.

Asomove plantea que se incluya a los vehículos usados, con no más de 5 años de antigüedad, para “democratizar el acceso a la movilidad eléctrica”.

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Red eléctrica en crecimiento

Uno de los puntos clave que puedan decantar al usuario por un auto eléctrico es que el país tenga la infraestructura con centros de recarga suficientes en puntos estratégicos del país.

Aunque la implementación no ha sido sencilla, se han logrado avances significativos.

El ICE ya instaló 36 cargadores semirrápidos, 8 cargadores rápidos de 50 kilovatios y 28 cargadores rápidos de 120 kilovatios. Otras entidades, como la Compañía Nacional de Fuerza y Luz y la Empresa de Servicios Públicos de Heredia (ESPH) también cuentan con sus estaciones de carga.

El propio ICE cuenta con su propia flotilla de 100 vehículos eléctricos, que representan el 2,87% del total.

Una buena parte de las llamadas electrolineras, en especial las semirrápidas, fueron instaladas gracias al apoyo del sector privado.

Esto se hace mediante un modelo llamado Rutas Eléctricas en el que los negocios de algunas comunidades adquieren e instalan las estaciones de recarga.

La primera red exitosa se instaló en Monteverde. Esta localidad tiene una alta visitación de turistas interesados en la conservación de la naturaleza.

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Muchos de ellos se sentirían atraídos por alquilar un vehículo eléctrico con la confianza de que tendrán centros de recarga suficientes para continuar su camino sin problemas.

Además de Monteverde, ya se instaló una red similar en La Fortuna, y se está próximo a completar otra en Nosara, Guanacaste. También se trabaja en las redes para Tamarindo y Puntarenas, y el objetivo es tener 15 rutas eléctricas en todo el país, señaló Rojas, de Asomove.

Hidrógeno, ¿será la respuesta?

Pero mientras los esfuerzos de las autoridades se concentran en autos eléctricos personales con baterías de iones de litio, un grupo de empresarios en el país trabaja en otra alternativa.

Se trata del uso del hidrógeno para la movilización automotriz. Se trata de vehículos que, en lugar de tener baterías poseen celdas de combustible que producen energía en forma de electricidad y calor alimentadas por el hidrógeno.

Aunque hay automóviles y autobuses con esta tecnología en el país, el mundo lo mira como potencial para el transporte de carga.

El empresario Javier Quirós, vicepresidente de Grupo Purdy, coincide con esta visión y asegura que los vehículos pesados generan más contaminación que el parque de automóviles, por lo que es ahí donde deberían apuntar los esfuerzos de descarbonización.

Esta tesis la respalda el Programa Estado de la Nación. Con datos de la empresa de revisión técnica Riteve, determinó que los vehículos de diésel conforman el 25% del parque vehicular, pero lanzan a la atmósfera el 50% de dióxido de carbono, el principal gas que contribuye al calentamiento global.

Debido a que la tecnología de baterías no es adecuada para el transporte pesado, Quirós considera que la respuesta puede estar con el uso del hidrógeno.

“Costa Rica está en una posición interesantísima, por posición geográfica y por la producción de energía del ICE, todo el hidrógeno que se produciría sería verde. Podría ser un ejemplo mundial en el uso de esta tecnología”, señaló el empresario. Agregó que uno de los errores que se cometen es apostar al cambio con una sola tecnología, cuando hay muchas opciones en el mercado.

Por ejemplo, la fabricante de vehiculos Toyota invierte en el desarrollo baterías de estado sólido, más eficientes para autos eléctricos. Pero también con el hidrógeno hace una fuerte apuesta y ya cuenta con vehículos de producción masiva.

Para producir el hidrógeno se requiere de un electrolizador. Este a su vez utiliza energía de la red eléctrica del país, la cual es prácticamente un 100% sostenible.

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No obstante, en transporte el uso del hidrógeno es incipiente. La única estación de recarga de este tipo en el país se encuentra en Liberia, en Ad Astra, empresa del científico Franklin Chang.

Por medio de esta hidrolinera, se recargan tres vehículos Toyota Mirai, los únicos en el país que utilizan esta tecnología de hidrógeno. Este centro de recarga es capaz de cargar estos vehículos en 6 minutos, tiempo suficiente para que tengan una autonomía superior a los 400 kilómetros.

El Toyota Mirai, que funciona con hidrógeno, tiene una autonomía de más de 400 kilómetros (cortesía RLX)

Dos de estos automóviles los arrienda la empresa RLX para transporte de lujo a huéspedes de los hoteles en Guanacaste.

Esta empresa quisiera dar un servicio más allá de la zona de Guanacaste. Sin embargo, para ello, se necesitaría un centro de recarga más, por lo menos en el Gran Área Metropolitana, aseguró José Daniel Peña, gerente general de RLX.

Recientemente, la Alianza para el Hidrógeno presentó un proyecto que fue seleccionado por el fondo internacional Nama por el que podría recibir recursos para implementar un proyecto en el país que ayude a impulsar la industria del hidrógeno.

Esta alianza es una iniciativa liderada por la Fundación Crusa y que la conforman empresas privadas, organismos y entidades estatales,

La alianza crearía una red de hidrolineras en puntos estratégicos del país. Una parte de los recursos del fondo se utilizarían para financiar la compra de camiones que utilicen este combustible.

Actualmente, avanza en la Asamblea Legislativa una iniciativa que propone hasta un máximo de 20 años de exoneración de impuestos, a las organizaciones que participen en la investigación y comercialización del hidrógeno verde en Costa Rica.

El proyecto, bajo iniciativa del diputado Erwen Masís, se encuentra en revisión por parte de diversos sectores antes de continuar con su trámite legislativo.

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Compromisos para el nuevo Gobierno

Sea quien sea el nuevo presidente, el futuro Gobierno está en la obligación de mantener muchos de los compromisos internacionales suscritos en materia ambiental. Eso incluye seguir avanzando en la descarbonización del transporte y esto es lo que dicen algunos partidos políticos.

Gabriela de San Román, candidata a vicepresidenta del PUSC, señala que se debe ir más allá de los incentivos para los autos eléctricos. No puede pretenderse un aumento de la flotilla eléctrica si no viene acompañado de un aumento de la infraestructura para recarga. Es decir, debe hacerse de manera integral y esa será una de las acciones en un eventual gobierno socialcristiano.

En cuanto al transporte público, De San Ramón aboga por hacer una sectorización de las líneas de autobuses acompañado de la electrificación de las unidades. Y en cuanto a un sistema de tren de pasajeros, señaló que debe hacerse un replanteamiento del proyecto, pues el actual está fuera de la realidad económica del país.

En el caso del PLN, su plan de gobierno propone la implementación de una política nacional para la producción, comercialización y exportación del hidrógeno verde. Además, plantea una red de recarga para vehículos que utilicen esta tecnología.

También busca promover el uso de biocombustibles, especialmente para el transporte pesado, y crear las condiciones para la reconversión de la flotilla vehicular a cero emisiones.

Se plantea establecer plazos para que se prohíba la importación de vehículos de combustión y ampliar el tiempo de exoneraciones para los autos con cero emisiones.

En relación con el Tren Eléctrico de Pasajeros se propone revisar el plan de ejecución del proyecto para mejorarlo y crear las condiciones
para su exitoso desarrollo.

El Partido Liberal Progresista, liderado por Eli Feinzaig, también propone un replanteamiento de la estrategia ferroviaria del país. Se hará un análisis de costo-beneficio de las alternativas técnicas planteadas en el proyecto del tren eléctrico.

También plantea desarrollar un Plan Nacional de Energía. En este se establecerán las condiciones para la transición energética gradual hacia las tecnologías limpias.

El Partido Acción Ciudadana plantea dentro de su plan de gobierno acelerar la electrificación de la flota vehicular particular y motocicletas. Señala incluso, "hasta llegar a la prohibición total de los vehículos carburados para el año 2030".

Además, plantea al tren eléctrico interurbano como columna vertebral de un modelo interconectado con estaciones de autobuses, taxis y bicicletas públicas.

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