Se acabaron las cábalas, las especulaciones, las proyecciones. Llegó la hora de la verdad para la Selección Nacional, una verdad que solo puede ser escrita en la cancha.
Bajo el mando de Rónald González, la Tricolor jugará este jueves contra Curazao en la isla y el domingo contra Haití en Tibás, dos partidos en los que se definirá si avanza las semifinales de la Liga de Naciones, un torneo de pipiribao que se inventó la Concacaf.
Los números le dan la espalda a la Sele. En dos partidos jugados, acumulas dos míseros empates (1-1 con Haití en Bahamas en el debut de González y 0-0 con Curazao en el Morera Soto).
De esta forma, Curazao ocupa el primer lugar del grupo D, con 5 puntos mientras que Costa Rica y Haití tienen 2.
Entonces, explotó la casa de los sustos, pues la Selección Nacional está muy ajustada para alcanzar el primer lugar, el único que da el pase a la siguiente ronda.
La marimorena es así: Si Costa Rica gana los partidos que le restan, pasa sin problemas, pues sumaría 8 puntos y los demás se quedan con los que tienen (5 y 2).
Pero las dudas se agrandan cuando se analiza fríamente la situación: Si no se le ganó a Curazao en el Morera Soto, ¿qué posibilidades reales hay de vencerla en su casa?
Si la Tricolor pierde este jueves ante Curazao a las 5:30 p. m. en el estadio Ergilio Hato de Willemstad se acabó el cuento, pues Curazao llegaría a 8 puntos y Costa Rica se quedaría con 2.
Aún goleando a Haití el domingo, lo más que haría son 5 puntos. Y si te vi no me acuerdo, pues Curazao se deja el tiquete.
¿Y un empate? Curazao tendría 6 puntos y Costa Rica 3. En ese escenario, todo dependará del domingo, pues la Sele tendría que vencer por dos goles o más a Haití, dado que el goleo favorece a Curazao (+1 contra 0).
La verdadera pregunta que se debe formular aquí es ¿por qué una selección como la costarricense, cinco veces mundialista, se encuentra en estos apuros?
Algunos complacientes indican que los rivales han crecido, que sus jugadores son legionarios y toda una pila de escusas.
Habría que recordarles que México, Honduras y Canadá enfrentan rivales similares y no tienes estos problemas. ¿Es que acaso los rivales de estas naciones no han crecido?
Otra preguntica: ¿Por qué nuestros rivales crecen y nosotros no?
Y en ese hilo, si los integrantes de los rivales juegan en el extranjero, ¿dónde militan nos nuestros? ¿Acaso la base de la Tricolor no juegan en Europa y la MLS?
La bajas
Más allá de las escusas que se quieran esgrimir, hay que reconocer que Rónald González no las ha tenido todas consigo. Llegó de emergencia ante la abrupta salida del impresentable Gustavo Matosas y tuvo que asumir de inmediato este torneo que no dispone de ninguna trascendencia.
Encima, su convocatoria se vio afectata por las bajas. De arranque y sin siquiera empezar, se reportaron las lesiones de Keylor Navas y de Ariel Lassiter.
Sin duda, la de Navas es más trascendente: Mundialista en Brasil 2014 y Rusia 2018, uno de los capitanes del grupo, exjugador del Real Madrid (con el que consiguió tres Champions seguidas como arquero titular, algo que nadie ha hecho) y actual cancerbero del París Saint Germain, campeón y actual líder en Francia.
Y Lassiter es toda una promesa para el fútbol costarricense.
Pero luego se conoció otra baja: Leonel Moreira, llamado de última hora para sustituir a Navas, no pudo salir de Bolivia, donde milita en el Bolívar por la situación política de esa nación, y no pudo incorporarse al grupo.
Finalmente, el martes se conoció que el volante ofensivo Allan Cruz (ficha del Cincinnati de la MLS) presenta una inflamación del hueso femoral y una tendinitis rotuliana en su pierna izquierda, por lo que también quedó fuera.
Los juegos
Estos son los últimos partidos de la Selección Nacional en el 2019, ambos por la Liga de Naciones de la Concacaf.
- Jueves 14 de noviembre
- Curazao-Costa Rica
- Estadio: Ergilio Hato, Willemstad, capital de Curazao, 5:30 p. m. hora tica.
- Domingo 17 de noviembre
- Costa Rica-Haití
- Estadio: Ricardo Saprissa Aymá, Tibás, 5 p. m.