Natalia Calderón
Para El Observador. Pasar tiempo especial con los hijos es fundamental para reforzar el vínculo y la conexión, factores que le ayudarán a lo largo de la vida a ser una persona más sana emocionalmente, estable y segura.
Sin embargo, existen 9 minutos fundamentales en la vida de todo niño (a). Y son estos:
3 minutos antes de levantarse:
En los 3 minutos antes de levantarse es muy importante tener un acercamiento de amor y conexión con el niño. Despertar con una rutina ya establecida, donde un ataque de besos o de abrazos sería ideal para arrancar el día. Hablarle al oído sobre el día maravilloso que le espera. Siempre enfocados en animar y empoderar al niño. Darle opciones, si desea irse a bañar saltando como rana y caminando como pato. De la forma en que se inicia en las mañanas determina en forma importante el día que vamos a tener. Acá podemos usar música, abrazos, besos y mucho más. Despertar al niño con tiempo para evitar el estrés del tiempo.
3 minutos antes de dormir:
Es fundamental tener rutinas que ayuden a los niños a ir cerrando la actividad del día, bajar las luces, retomar la calma (sin pantallas); en la rutina puede haber un baño, un masaje o el cuento entre otras cosas. Las rutinas usarlas con fotos para que el niño nos señale qué sigue. Ahora viene la parte más importante, mientras el niño se va durmiendo, vamos a usar frases de poder, tales como: “ahora vamos a descansar”; “mañana será un día maravilloso”; “estarás super concentrado en tus tareas”; “sos un niño amoroso, enfocado, seguro, amado, feliz y muy valiente”.
3 minutos después de clases:
Una vez que los niños regresan del centro educativo, es fundamental conectar con ellos. Se conecta con besos, abrazos y preguntas directas, algunos ejemplos: ¿con quién jugaste hoy?, ¿qué cantaron?, ¿cuál fue el momento más feliz o más triste?, ¿usaron crayolas? ¿con quien te sentaste en clase? ¿qué paso en educación física? Estas son preguntas que van más allá de la típica: “¿cómo te fue en clases?”
Estos son momentos que los niños recordarán en su vida adulta. Recordarán qué sucedía después de clase; si era escuchado, si era amado, si tenia una rutina con fotos para la tarde, si tenía tiempo especial con mamá o con papá para jugar un ratito. Si se sentía valioso.
Así que la recomendación puntual es sacarles el máximo provecho a estos 9 minutos por día en la vida de nuestros hijos e hijas.
Natalia Calderón es Neuropsicopedagoga y Entrenadora en Disciplina Positiva
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