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Tannia Moya
Para atraer la buena suerte, el amor, las buenas vibras, los viajes, la salud, entre otros; para eso se acostumbran realizar los famosos “agüizotes”.
¿Podríamos decir que en Costa Rica, los ticos somos bastante “creyenderos”? La firma Unimer realizó una breve consulta online sobre ese tema en la cual participaron 1.171 costarricenses distribuidos a lo largo del territorio nacional; hombres y mujeres de 14 años.
El propósito de la pregunta era saber si los consultados habían escuchado hablar de los agüizotes de fin de año y un 88% dijo que efectivamente los conocía. Por otra parte también se quería hacer un ranking de los agüizotes más conocidos y estos son los resultados:
TOP 6 DE POPULARIDAD DE LOS AGÜIZOTES (respuesta múltiple)
46%- Comerse 12 uvas el 31 de diciembre antes de la medianoche.
43%- Buscar la flor de Santa Lucía para andarla en la billetera y atraer la suerte durante todo el año.
29%– Ponerse alguna prenda amarilla el 1 de enero para atraer suerte.
28%– Dar una vuelta a la cuadra del barrio con una maleta en la mano para atraer viajes.
24%– Pedir 3 deseos al ser la medianoche del 31 de diciembre.
20%– Ponerse una prenda roja el 31 de diciembre para atraer la suerte.
¿Acostumbran ustedes realizar alguno?
Aunque no fue mencionado, recuerdo que, durante toda mi infancia, cada año nuestros padres nos mandaban a recoger -entre los vecinos el día 31 de diciembre- 12 monedas de 5 céntimos.
Éramos muchos niños tocando puertas para poder juntar la cantidad requerida. Luego al complementarlas, las metíamos en un saquito rojo que ellos mismas cocían y que guindamos justo al ser la medianoche detrás de la puerta.
Todo esto para que no nos faltara dinero durante el año.
En una entrevista que le hicieron al recién fallecido costumbrista tico Dionisio Cabal, explicaba que los agüizotes fueron prácticas traídas por los españoles durante el periodo de la Conquista. Estos consisten en una mezcla de superstición, creencia y magia.
Sé que a muchas personas no les gusta este tipo de actividades; sin embargo me gusta verlo como un tipo de tradición que va pasando de generación en generación; iluminando la Navidad y el fin de año.
Por cierto, científicamente se ha comprobado que los “rituales navideños”: fiestas, entrega de regalos, cenas en familia, creencias de fin de año; etc. son un poderoso indicador de identidad y pertenencia de grupo. Pero además son la receta perfecta para la armonía familiar.
Así que sea cual sea su forma de celebrar, cultiven alguna tradición que vaya acorde con sus valores. Algo emotivo que que los ayude a recordar y a escribir una linda historia familiar.
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