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Los ángeles colgaron sus alas: Victoria’s Secret fue vendida en medio de denuncias de misoginia y acoso

La afamada marca de lencería Victoria’s Secret, que vendía un inalcanzable modelo de perfección femenina para el 99,9% de las…

Por Redacción El Observador

Tiempo de Lectura: 2 minutos
Los ángeles colgaron sus alas: Victoria’s Secret fue vendida en medio de denuncias de misoginia y acoso
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La afamada marca de lencería Victoria’s Secret, que vendía un inalcanzable modelo de perfección femenina para el 99,9% de las mujeres del mundo, fue vendida por $1.000 millones a un grupo inversionista en medio de acusaciones de misoginia y hasta acoso sexual por parte de sus antiguos directivos, publicaron medios de prensa internacionales.

La empresa buscaba desesperadamente una salida financiera a su debacle en ventas. Y los otrora famosos desfiles de sus ángeles (con la participación de las modelos más cotizadas del mercado), lejos de ayudar, solo ayudaban a hundir a la marca en medio de ácidas críticas de quienes aseguraban que la empresa había perdido el sentido de realidad.

Mujeres con cuerpos gráciles que rayaban en la delgadez extrema dejaban al descubierto que la firma insistía en vender una imagen que no correspondía con la realidad de una inmensa mayoría de mujeres. Y saltaron las historias de modelos que denunciaron los regímenes estrictos a los que se veían sometidas con tal de modelar la lencería de la compañía, al tiempo que saltaron las denuncias de acoso sexual y misoginia.

Un reportaje de The New York Times sacó a relucir esa realidad bajo el título: ‘Ángeles’ en el infierno: la cultura de la misoginia dentro de Victoria’s Secret.

En el 2018, la brasileña Gisele Bündchen fue la primera en alzar la voz. “Durante los primeros cinco años me sentí cómoda desfilando con lencería, pero a medida que pasaba el tiempo me sentía cada vez menos relajada caminando por la pasarela con solo un bikini o un tanga”. Luego lo hizo su coterránea, la también famosa Adrian Lima, confesó que sufría presión por sus medidas.  Esta forma de vivir no era “física ni mentalmente saludable”.

“Alyssa Miller manifestó que Ed Razek (director de marketing) exudaba ‘masculinidad tóxica’; otras declararon que les sugería sentarse en su regazo o cenar en privado con él y la modelo canadiense Andi Muise, que desfiló para la marca de lencería entre 2005 y 2007, no volvió a hacerlo tras rechazar sus proposiciones sexuales”, informó El País.

La crisis era notoria en la firma: su último desfile en el 2018 registró una audiencia de 3,3 millones de espectadores frente a los habituales 10 millones. El año pasado fueron cerradas 20 tiendas, sus acciones cayeron un 50% y se canceló el espectáculo televisivo, que contó con la participación de cantantes de la talla como Rihanna, Lady Gaga, Rita Ora, Selena Gómez, Shawn Mendes y Justin Bieber.

Ahora, bajo la batuta de los nuevos dueños -un fondo de inversionistas- la marca busca relanzarse con una imagen más cercana al grueso de la población femenina, más inclusiva y quizás menos aspiracional como cuando solo se vendía lencería para mujeres con tallas de modelos de pasarela casi famélicas.

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