Irene Henderson para El Observador
Los padres siempre desean lo mejor para sus hijos, por eso buscan las mejores escuelas, actividades extracurriculares y terapias para ellos, pero ¿Por qué el exceso de estas actividades no siempre es lo más recomendable?
A este exceso se le conoce como sobreestimulación.
Durante los primeros años de los niños, hasta que terminen su periodo escolar, todos los días ellos están aprendiendo. Sin embargo, no todo se puede aprender frente a un profesional.
Por ejemplo, para aprender a sumar existen los profesores o tutores, para aprender a jugar baloncesto existen los entrenadores, pero, ¿cómo aprender a crear? ¿A ser independiente? ¿A conocerse a sí mismo? ¿A reflexionar?
Como profesional he aprendido que los niños deben tener espacios donde se sientan “aburridos” o no tengan mucho material a la mano con el objetivo de que empiecen a crear juegos, situaciones y a conocer sus intereses.
Porque es en estos momentos que no hay un profesional guiándolos sino al contrario, estamos desarrollando su pensamiento crítico o creativo.
Por eso, como padres, pongamos a prueba la creatividad y el potencial de los hijos.
Irene Henderson
Terapeuta ocupacional con especialidad en integración sensorial para niños
Email: irene@henderson.cr