Tomás Gómez
A todos los factores atípicos de las votaciones del 2022 se sumará un cambio notorio en el Tribunal Supremo de Elecciones. Quien hasta hoy se desempeña como presidente, Luis Antonio Sobrado, anunció su renuncia, quedando fuera de la institución en la que laboró por más de 20 años.
Desde 1999 la cara de Sobrado ha figurado en la sesión solemne donde el TSE da los resultados de cada elección y a partir del 2007, con su elección como líder del Tribunal, pasó a ser la voz principal.
“Yo pensaba que mis alumnos de la universidad nacieron siendo yo presidente del TSE. Es decir, han vivido con la imagen mía asociada al TSE”, recordó al anunciar su salida.
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Aunque la renuncia se hará oficial hasta mediados de diciembre, el jerarca adelantó que esa sería su última comparecencia ante los medios.
Adelantó ahí que no será fácil vivir las elecciones desde afuera pero que seguirá siendo un participante.
“Vivir desde afuera este proceso electoral como simple ciudadano será algo diferente. La vida nos pone a veces en situaciones que no preveíamos y ciertamente como buen ciudadano participaré activamente votando y haciéndolo de manera informada como tantas veces le he pedido a mis conciudadanos”, comentó.
Insistió en varios momentos, además, en que el país se dirige a uno de los procesos más complejas de la historia.
Las preocupaciones de Sobrado
Luego de insistir varias veces en los retos que implicará la decisión política del próximo año Sobrado detalló que el reto va más allá del número de candidatos.
“Se le ha dado mucha importancia a la enorme cantidad de candidatos que están compitiendo, pero esa enorme cantidad no es más que un reflejo de la erosión de las lealtades partidarias y del debilitamiento de los partidos como estructuras que aglutinan a la ciudadanía para la participación política”, afirmó.
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A todo ello se suma el contexto del covid, que complica la coyuntura social, que va a elecciones con sentimientos muy tensos.
“Dos años de pandemia han generado sufrimiento para la sociedad costarricense, desempleo para muchos, quiebra de emprendimientos e inclusive luto en muchas familias”, diagnostica.
Según agregó, todos esos elementos “crean un caldo de cultivo para la desesperanza, para el enojo y si no se manejan de manera adecuada estos sentimientos llegan a ser recursos algo difícil dentro de la discusión”.
La herencia que deja
Con su salida a punto de consumarse, Sobrado seleccionó la creación de un nuevo Código Electoral como una de sus principales herencias, llegando a definirlo como “reconstrucción de la justicia electoral”.
Sumó a ello la adaptación de los procesos electorales a las nuevas tecnologías como sus pro y contra, destacando ahí el desafío de las redes sociales en materia de desinformación.
Finalmente mencionó las labores académicas en las que incursionó el TSE durante su gestión. Como ejemplos citó la creación de la Revista de Derecho Electoral y el impulso al Instituto de Formación y Estudios en Democracia.
Bautizado con el referéndum
Luis Antonio Sobrado es abogado, graduado en la Universidad de Costa Rica, y tiene un doctorado en Derecho de la Universidad Complutense de Madrid.
En la década de 1990 laboró como procurador constitucional y en 1999 fue electo como magistrado en el TSE. La Corte Plena lo ratificó en 2006, 2014 y 2019.
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Además, tras el retiro del anterior presidente del TSE, Óscar Fonseca, en el 2007, Sobrado tomó el relevo como máximo jerarca de la institución.
Ese mismo año tuvo su debut como cabeza del Tribunal al organizar el referéndum del TLC con Estados Unidos. Desde entonces fue reelecto sucesivamente y justo el 5 de setiembre anterior había arrancado un nuevo período de 3 años como líder del ente electoral.
En su gestión se dieron también hitos como la separación de las elecciones municipales y el complejo proceso de elección presidencial del 2018.
De vuelta a la U
Sobrado está casado con Carolina Mora. Ella es hermana de Ana Lupita Mora, candidata a la vicepresidencia y a una diputación por el Partido Costa Rica Justa.
Al quedar en firme ambas candidaturas, Sobrado quedó en un dilema legal por tales vínculos familiares. La opción normativa era que él se separara del cargo hasta que se definieran las próximas elecciones, lo que implicaría un permiso con goce salarial por 6 meses.
Explicó en su carta de renuncia que los entes electorales deben generar confianza, motivo que lo hizo optar por su salida.
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A sus 60 años, Sobrado no tiene aún los requisitos para poder jubilarse. Según explicó, se enfocará mientras tanto en su faceta de académico de la Facultad de Derecho de la UCR para optar luego por su pensión.
Sobre ese tema, aseguró que no será una pensión de lujo y que él sigue cotizando en el régimen tradicional de la CCSS.
