Rodrigo Díaz
Un vivo ejemplo de lucha y superación. Esa es María Fernanda Figueroa, campeona goleadora del fútbol femenino, y una de las principales figuras de Dimas Escazú, en el campeonato femenino que recién finalizó.
Sus 22 goles en el actual torneo fueron la culminación de años de trabajo, desde que decidió salir de La Esperanza de Río Claro, en la zona sur, para forjarse un mejor futuro de la mano del fútbol.
Y sus 22 anotaciones también son la llave para un futuro promisorio, en el que busca forjarse una carrera en los terrenos de juego y un futuro en su vida profesional.
Una vida de lucha
Desde pequeña, “la Negra”, como le dicen sus compañeras, debió lidiar con un hogar disfuncional. Su madre la abandonó, siendo muy pequeña, junto con sus cinco hermanos, y la crianza de estuvo a cargo de su abuelita, a quien considera su verdadera madre.
Empanadas, donas, arroz con leche, chocolates. De todo hacían para vender y obtener el sustento para poder comer.
En medio de esa complicada situación familiar, María Fernanda descubrió que tenía un talento innato para el fútbol.
No solo empezó a destacar en su barrio, sino que también lo pudo hacer en Juegos Nacionales, primero con el representativo de Corredores y luego como refuerzo de Pérez Zeledón.
Una rival, la guardameta Maciel Calvo vio sus condiciones y la invitó a formar parte del proyecto de Dimas Escazú.
“Estaba en un ambiente muy difícil, donde había muchas drogas y yo quise cambiar ese chip. Quise ser mejor, dedicarme a estudiar para poder ayudarle a mi mamá. Y el fútbol me estaba dando esa oportunidad”, dijo María Fernanda, al contar por qué decidió dar finalmente el paso hacia la capital, hace unos 7 años.
Se cumplía su sueño desde niña. Cuando veía partidos por televisión y observaba a la delantera Karla Villalobos, no dejaba de pensar en que quería ser futbolista como ella.
El proyecto de Dimas le dio esa oportunidad que quería. Por su forma de ser, logró hacer amistad muy rápido con las demás jugadoras, y muy pronto fue acogida como parte de la familia.
Rápidamente se adaptó al equipo del que ha sido un engranaje importante junto con otro símbolo del equipo, Cristel Sandí.
Sin duda, el mejor momento se dio este año, cuando disputó el título de goleo frente a su referente, a la jugadora que le inspiró a convertirse en futbolista desde niña, Karla Villalobos.
“Fue una motivación más. Yo la veía por televisión, tenía los recortes y le decía a mami que yo iba a estar en la tele y que iba a ser la próxima goleadora. Siempre la he admirado”, dijo María Fernanda.
María Fernanda Figueroa renovó para la próxima temporada con Dimas Escazú (Cortesía Dimas Escazú)
Oportunidad de superación
Aparte de ayudar a otras jugadoras de zona rural, Dimas cuenta con un programa de residencia académica, en el cual las futbolistas pueden continuar con sus estudios. En el caso de la goleadora, actualmente está terminando noveno año y espera el año próximo iniciar bachillerato y estudiar inglés, pues desea seguirse superando.
Ahora su objetivo es convertirse en policía, para así ayudarle a los demás y ser útil a la sociedad.
“Mi historia no está completa. Tengo dos hermanos que están en la cárcel. Desde pequeña vi todas esas cosas alrededor mio, tenía frente a mí el espejo de lo que no quería ser”, aseguró la futbolista.
Con el honor alcanzado en este campeonato, sus sueños deportivos también son altos. No descarta que en el futuro pueda tener una oportunidad de jugar en el extranjero.
“Ojalá Francia o Estados Unidos”, señaló.
Y así como una futbolista inspiró a María Fernanda, ella desea también que su historia de superación inspire a otra niñas a jugar al fútbol.
“La vida es como el fútbol. Hay que luchar y no rendirse. Deben ser fuertes y luchar porque los sueños se cumplen”, concluyó.
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Fábrica de talentos
Dimas Escazú tiene 17 años de existencia y desde su inicio, el proyecto se propuso promover y desarrollar el fútbol femenino. Nació como un proyecto de liga menor, que pasó por Juegos Nacionales, segunda división hasta llegar a la máxima categoría
Valores como la persistencia, disciplina y deseos de superación son constante en este equipo de jugadoras, que no solo provienen de las ligas menores, sino que también se nutre de futbolistas de zonas rurales. A ellas se les apoya con un programa de residencia y estudio para su desarrollo profesional.
La historia de este proyecto se dará a conocer el próximo año en el documental “Cuna de Sueños”, el cual incluirá declaraciones de los dirigentes del equipo y los testimonios de las jugadoras.
Observe un adelanto de dicho documental:
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Rodrigo Díaz
