Sergio Arce
Manuel Guisande para El Observador
Si tú (vos)… si le preguntas a un español: ¿qué sabe de Costa Rica? lo primero que te dirá es que es el único país del mundo que no tiene Ejército.
Bueno, eso si ha estudiado, porque si no, pues igual te dice que hay muchos elefantes, osos polares, nutrias y un par de quebrantahuesos, que la incultura da mucho de sí.
También es muy posible que te diga que al oír Costa Rica lo primero que le venga a la cabeza es mucho sol y mucha naturaleza. Y en eso sí acierta, porque si llega a decir pirámides… habría que cambiar todo el sistema educativo español y el cerebro de algún estudiante.
Yo, desde que Berlioth Herrera, la directora de El Observador, me ha dado oportunidad de escribir en este magnífico medio, me estoy haciendo costarricense a pasos agigantados, y no te creas que es fácil.
Escucho la radio, leo periódicos, contacto con gente de ahí, y aun así… pues que me cuesta.
Pseudodrama ampliado
Si hace unos días escribía en un artículo sobre el problema lingüístico que tengo con algunas palabras, que no sé si se entienden en ¡¡Pura Vida!!, el pseudodrama se extiende a los conceptos.
Hará tres semanas, en este diario había una noticia en la que se decía que habían nacido varios bebés y que fueron recibidos con “chonetes”.
Como uno es muy curioso, entré en la información, vi unos pequeñajos en unas preciosas cunitas y lo primero que me dije fue: chonetes, chonetes…, pues yo no veo a ninguno con chupete (en España decimos chupete, ahí chupeta), ¿Dónde están los chupetes / chupetas?”.
Y claro, como yo no doy más de sí… mira que te remira la foto y que no veo chupetas por ninguna parte.
Bueno, miento, sí, llevaban un gorrito en la cabeza y, también lo primero que pensé fue: “Vaya, qué graciosa es la vestimenta en los hospitales de Costa Rica para los recién nacidos”, pero… ¿Y los chupetes?
Los chonetes
Vos sabés cuando te obsesionas con algo…, pero no un poco, sino un mucho, que no te aguanta ni la familia… Pues bien, así estaba yo con los “chonetes”, que no había quien me quitara de la cabeza que eran chupetas cuando entro en San Google del niño Jesús, escribo “chonete”.
Y allí me sale el dibujo de un muñeco con un simpático gorrito que por lo que leí es el sombrero típico de Costa Rica.
Entonces me dije: “¡¡Anda!!!, ¡¡mira lo que eran los chonetes!!” Y así estaba, ya más tranquilo, cuando me fijo más en el dibujo, en el que además del “chonete”, señalado con flechas aparecían las palabras “jupa”, “guacho”, “ñata”, “jacha”…
Y, oye, lo que es la desesperación, me dio un bajón, pero un bajón porque pensé: “Si solo en la cara ya hay cuatro palabras que no entiendo… “.
También lo que es la vida, a punto estuve de salir de casa, aunque fuera descalzo y en pelotas, ir a buscar un chonete, aprisionármelo contra la cabeza y a ver si así, por ciencia infusa, me hago costarricense; porque aprender tantas palabras… imposible, pero es que imposible. Y para mí que el “chonete” era chupete… vaya futuro me espera.
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Manuel Guisande estudió Derecho. Trabajó en El Correo Gallego, Ideal Gallego y sus últimos 25 años en La Voz de Galicia. Colabora en la actualidad en varios diarios españoles y del extranjero.
Además de conferenciante, imparte cursos en entidades e instituciones sobre escritura creativa (medio de comunicación y redes sociales, cuentos infantiles, relatos, guiones de teatro, novela) así como un curso específico de Periodismo dirigido a profesionales, ejecutivos y universitarios.
Cuenta con numerosos galardones, entre ellos:
Premio Fernando Arenas de Literatura y Ensayo con ¿Cómo somos los gallegos?, depende. (2017-2018)
Premio Isaac Díaz Pardo de la Asociación Galega de Editores a la mejor colección infantil Rodripico (2011)
Premio Galicia de Comunicación (2000)
Premio Codorniz de Plata de la Academia del Humor (2000)
Premio de Teatro Ciudad de La Coruña (1987)
Correo: [email protected]
