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¡Mi hijo de diecinueve se embarazó!

Quise retomar la misma pregunta del artículo anterior, solo que ahora en masculino, pues la realidad es que creemos que…

Por Margarita Murillo

Tiempo de Lectura: 3 minutos
¡Mi hijo de diecinueve se embarazó!
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Quise retomar la misma pregunta del artículo anterior, solo que ahora en masculino, pues la realidad es que creemos que los hombres no se embarazan, por esa actitud proteccionista y en cierto modo castrante de las responsabilidades de ambos cuando de tener hijos se trata.

Cuando pensamos en embarazos, pensamos en “cuidar” a nuestras hijas, porque de forma irónica pensamos que son ellas las que se embarazan. ¿Y qué sucede cuando un joven adolescente entre los 17 y 20 años usualmente se embaraza con su novia, amiga, relación casual, etc.? Pues sentimos que el mundo se desmorona, pues como son “ellos los que tienen la responsabilidad del hogar”.

Sin embargo tenemos muchos hogares jefeados por mujeres. ¿Y eso qué significa? Pues que tenemos que generar en nuestros hijos la conciencia y responsabilidad de que asuman su vida de forma intensa, pero con mucho autocontrol, responsabilidad y mucho respeto hacia lo que desean construir en sus vidas, tratando de valorar lo que se suscita en las diferentes relaciones y no esperar que sean las muchachas con las que sale o ama, las que asuman la responsabilidad de “cuidarse”. Ellos también deben cuidar sus sueños, sus metas, su vida sexual.  

Además quiero aclarar que por lo general dejamos al vacío la educación sexual de nuestros hijos varones, pues como es esperable que “ellos sean terribles”, es decir que vivan con descontrol su vida y sus deseos sexuales, pues eso es parte de la formación de su “identidad sexual”. Lo único que logramos al permitir este desenfreno y falta de responsabilidad es la presencia de más y más niños y niñas sin padre. Y sobre todo una inmadurez en la conformación de su identidad sexual, pues han sido incapaz de configurar sus metas, de asumir con madurez su desarrollo y de proveerlo de límites que le permitan estructurar la etapa de pasar de las relaciones superficiales a relaciones mucho más íntimas, permanentes y duraderas.

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Diálogo

¿Y qué sucede si se embaraza nuestro hijo? Lo ideal es que se converse acerca de la responsabilidad de asumir a ese bebé, la forma en que el muchacho puede estar viendo la situación, lo que eso implica a nivel de cambios. Dejemos y abramos el espacio para pensar con claridad, pues toda la familia cae como en un caos de sentimientos y valores.

A menudo creemos que con “casarlos” se soluciona la situación. Eso es tomar muy a la ligera la responsabilidad que implica conformar un matrimonio, la madurez y solidez personal que se requiere, y la construcción en una relación de noviazgo, que se necesita para hacer del matrimonio un tiempo de crecimiento, felicidad, lucha y entrega. Por un embarazo no vamos a utilizar al matrimonio para que venga probablemente a empeorar más que a solucionar.

El embarazo es eso, un embarazo, y se debe enfrentar con mucho respeto, amor, espacio, responsabilidad y todo lo que implica el cuidar de ese bebe que no entiende nada de la forma en que fue concebido.

Debemos educar a nuestros hijos e hijas acerca de la gran responsabilidad, libertad, felicidad, compromiso y respeto que implica vivir una vida sexual completa, el reconocimiento de sus deseos y el manejo de sus deseos. Estos deseos no deben asumirse a la ligera, como lo venden en las series de televisión en donde tienen relaciones sexuales a diestra y siniestra y no sucede nada, ni hay rencores, ni vínculos, ni abortos, ni infecciones de transmisión sexual, ni embarazos a destiempo. 

Eso es lo que nos hacen creer, que se puede vivir una vida hedónica, es decir de placer por el placer y que con solo usar el adecuado método anticonceptivo será suficiente. Simplemente no es cierto. Ya los que hemos avanzado en la vida sabemos lo difícil que es planificar, comunicarse, ponerse de acuerdo, construir el placer y conformarnos en una vida íntegra, firme y libre.

Educar a nuestros hijos sobre una sexualidad para la vida, tomando en cuenta las etapas del desarrollo en que están en todos los niveles, será la mejor opción, mucho antes de que se nos vengan los embarazos en una época en que no deben aún llegar.

Margarita Murillo es psicóloga y master en sexualidad clínica
Autora del libro: Cómo enseñar sexualidad
Web: sexoamoryvida.com
Correo: [email protected]
Instagram: @margaritamurillo
Facebook: Margarita Murillo Sexóloga