Desde la Columna
Andrea Acosta – Columnista Protocolo
El respeto se está perdiendo al compartir con otras personas. Comencemos por lo sencillo y cotidiano. ¿Ha entrado a un elevador, saluda y nadie le responde? ¿Ha estado sentado a una mesa y la otra persona no se despega del celular? ¿Por qué los niños de hoy en día no saludan porque “no hay que incomodarlos”? ¿Ha mandado un whats app (porque la Etiqueta también trasciende a lo digital) invitando a una reunión de trabajo o social, y la otra persona nunca le contesta si sí o no?
Son pautas básicas de convivencia, formas correctas y esperadas de actuar con los demás, de hacerlos sentir cómodos cuando están alrededor mío. Estas normas que parecen las más sencillas, a veces son las más olvidadas.
Son reglas que asumimos se aprenden en el hogar, pero no siempre es así. Nuestro país ahora atraviesa un momento en donde se discuten modelos educativos y el tema de cómo formar a personas y darles habilidades para el futuro. Los buenos modales abren puertas que a veces ni la mejor educación logra: puertas a la comunicación, al diálogo y al progreso.
Los mismos se deberían de aprender en el sistema educativo, no solo en casa. Lamentablemente la Etiqueta no forma parte del curriculum de las carreras universitarias. Yo propongo que debería serlo. Los jóvenes deben aprender a cómo saludar, a cómo escuchar, a cómo comportarse cuando se está en la presencia de mayores, de profesores, de oficiales, del jefe; en ambientes de trabajo, corporativos y sociales.
Mañana, seamos el primero en saludar a nuestro compañero de trabajo. Seamos ejemplo para nuestros niños, de que debemos ser personas de bien practicando la convivencia y el respeto en todas nuestras acciones. Dicen que el éxito es la suma de pequeños esfuerzos repetidos día tras día. Qué mayor éxito que construir juntos nuestro propio modelo de una sociedad adonde los costarricenses no solo somos los más felices del mundo si no también los más respetuosos. Mientras llegan los modales a las aulas, los invito a practicar cortesía día a día.
Desde la Columna
