Tomás Gómez
El diálogo convocado por Casa Presidencial entre Carlos Alvarado y los exmandatarios Laura Chinchilla y Miguel Ángel Rodríguez estuvo marcado por las advertencias al Gobierno actual sobre las actuaciones a tener en medio de la crisis.
Aunque la idea era reflexionar sobre las negociaciones que se darán con el Fondo Monetario Internacional (FMI), los representantes de los otros partidos que han gobernado el país alertaron sobre otros elementos a tomar en cuenta para mantener el Estado de Derecho.
La primera intervención estuvo a cargo de Rodríguez quien recordó que la crisis económica no responde solo a la pandemia sino que venía desde el 2015.
Según el socialcristiano, un punto fundamental pasa por asegurar los empleos. Sobre los impuestos, adelantó que estos deberían ser temporales y sobre las utilidades de los accionistas, de manera que no se afecte la productividad.
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Rodríguez además llamó la atención al indicar que es “un mal momento para pensar en acciones contra las zonas francas”, a la vez que recordaba la competencia internacional que surgirá por la inversión extranjera.
Sobre la gestión política opinó Chinchilla, quien reconoció las iniciativas de diálogo político pero demandó más acciones del Gobierno, a quienes recordó que el país va para el sexto mes de pandemia
“El Gobierno ha tomado decisiones pero con todo el aprecio que le tengo al Presidente, siento que la voluntad política que muchas veces expresa reververa con la urgencia necesaria”, citó la líder del último gobierno liberacionista.
Ni la regla fiscal salvará las finanzas públicas
Al revisar el estado de los recuros públicos, los exmandarios dividieron sus mensajes en dos vías: por un lado se habló del recorte de gastos y por otra de las división de las cargas y financiamiento.
Ambos exmandatarios coincidieron en que el Estado corre el riesgo de no poder cumplir sus obligaciones.
Rodríguez insistió en que un primer paso será el cumplimiento de la Regla Fiscal -que según él no era suficiente desde su aprobación- y exigió que entes como el Poder Judicial o las universidades la cumplan, pero que a ello habrá que sumar cambios como la reestructuración de entes públicos, contemplando la venta de activos.
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“En estas circunstancias hablar de la venta de Fanal o del Bisca es hablar de minucias”, a la vez que advertía que hay que pensar en otros organismos de mayor valor como el Instituto Nacional de Seguros (INS) o el Banco de Costa Rica.
“El estado social de derecho está cayéndose a pedazos”, dijo por su parte Chinchilla, quien mencionó que será necesario un mayor aporte de diversos sectores e insistió en la necesidad de acelerar las decisiones, incluyendo la aprobación de préstamos pues si no está en riesgo cerrar los próximos años.
Un FMI que “no impone”
A diferencia de las advertencias hechas por los exmandatarios, Carlos Alvarado insistió en mostrar un panorama más amable insistiendo en llamar a diálogos y consensos.
“Muchas veces en Costa Rica somos un poquillo negativillos de como nos expresamos”, dijo.
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Sobre las reticencias que sigue generando el FMI, Alvarado insisitió en que la institución internacional ha cambiado y que ahora el énfasis de la negociación son los objetivos, respetando las decisiones locales.
“La ruta la escoge Costa Rica, no la impone el FMI”, dijo el jerarca, que estuvo acompañado por la viceministra de la Presidencia, Silvia Lara.
